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La fiesta desborda las terrazas en Gijón

"La gente tenía ganas de verano y el tiempo acompañó", aseguran los gijoneses y turistas que abarrotan estos días las terrazas

Terraza repleta en el paseo de Begoña. | F. R.

El calor y las riadas de gente han marcado la Semana Grande de Gijón finalizada ayer. Y las terrazas de la ciudad se convirtieron ayer de nuevo, día de Begoña, en el lugar preferido para refrescarse. "Con este calor, dan más ganas de tomar algo que nunca", afirmaba Víctor Manuel Coto, sentado en la terraza de una cafetería en la calle Rodríguez San Pedro. Eran las dos y media de la tarde y, a esa hora, centenas de personas llenaban el centro de la ciudad para la jornada grande de las fiestas.

"Está muy bien el tiempo para ser el norte, porque uno siempre escucha que en esta parte de España hace más frío", señalaba entre risas Montserrat Corral, que el domingo por la noche llegó con su familia a la ciudad procedente de Tenerife. Viajan en autocaravana después de haber cogido un barco desde su isla a la Península. El primer impacto de esta familia canaria al llegar a Gijón fue la multitud. "Salía gente de todos lados y nos sorprendimos porque no sabíamos qué pasaba. Era el día de los Fuegos", comentaban en la plaza del Marqués. Los Martín Corral son solo una parte de los turistas que este año eligieron la mayor ciudad de Asturias como destino vacacional para recuperar la normalidad que el coronavirus y sus restricciones habían arrebatado hace un par de años.

Ambiente en el puerto deportivo. | F. R.

"El calor ha hecho mella, pero las ganas por volver a disfrutar como antes también han tenido que ver en que haya tanto ambiente, la gente tenía ganas de verano" señalaba Iván Riol, trabajador del mismo negocio en el que la familia canaria se encontraba ayer a primera hora de la tarde. Delante de su puerta está la plaza del Marqués, a escasos metros de la plaza Mayor y del paseo del Muro de San Lorenzo, dos de los lugares con más eventos en las últimas semanas y, por lo tanto, dos de los más transitados.

Riol aseguraba ayer no saber si decantarse por el calor o por el entusiasmo de la pospandemia como la razón principal de que Gijón esté a rebosar, lo que sí señalaba era que "el auge de las ventas se ha notado muchísimo". A su lado, su compañera Sasha Gurcilla asentía y no dudaba en ir más allá, asombrada por lo que para ella ha destacado en el día a día de este transitado verano. "Hay muchísimos extranjeros. Si sales ahora a la terraza solo verás un par de mesas de clientes habituales, lo demás son gente de otros lugares de España. También hay muchos franceses, ingleses e italianos", indicaba.

Por la izquierda, Montserrat Corral, Lucas Vera, Concepción Martín, David Vera y Francisco Martín, ayer, en una terraza de la plaza del Marqués. | Fernando Rodríguez

Pero las multitudes también han provocado molestias en algunos casos, aunque casi siempre fácilmente superables. Algunos, como María José Suárez, tienen esperanza en que "el barullo baje su nivel en los próximos días". "Lo más importante ya pasó. Después del 15 de agosto, la cosa empieza a bajar poco a poco y, a finales de mes, aquí ya solo quedamos los gijoneses", apuntaba esta vecina. Aunque la expectativa de Suárez no las comparten todos los gijoneses. "Este año, la cosa irá para más largo", indicaba José María López a escasos metros de las "Letronas", donde se fotografiaban decenas de turistas a media tarde, incluso haciendo colas de varios minutos.

Entre estos visitantes, estaba Dácil García, que anteayer llegó desde Madrid y manifestaba tener constancia de cuáles son los principales atractivos que este año han proclamado a Gijón como el destino estrella. "Es una ciudad con playa en la que todo está cerca, no solo los comercios de la ciudad, también estamos al lado de la montaña", indicaba esta foránea, encantada también por las buenas temperaturas que se ha encontrado en la recta final de la Semana Grande de la ciudad. "El verano está lleno de eventos y lo que más me gusta es la familiaridad de la gente", añadía para explicar otros de los motivos que le llevaron, como a otros miles, a elegir Gijón como su destino para desconectar en el período estival.

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