La Coordinadora Ecologista de Asturias ha interpuesto recurso de alzada contra la resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas por la que se da luz verde a la autorización administrativa del proyecto de ejecución de la regasificadora de Enagás, en El Musel. Se trata del segundo recurso que formaliza una ONG ambientalista contra la legalización de la planta gijonesa, tras el interpuesto por Ecologistas en Acción.

El portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias, Fructuoso Pontigo, explica que en sus alegaciones sostienen que la planta no era compatible con las determinaciones urbanísticas del planeamiento vigente en el momento en que se formuló la solicitud de autorización, y además también echan en falta un informe de compatibilidad urbanística «que era preceptivo y no existía».

La Coordinadora alude también a la situación de «indefensión producida por el hecho de que el expediente administrativo al que tuvo acceso para formular las alegaciones durante el trámite de información pública se encontraba incompleto por parte del promotor, que presentó informes fundamentales después, que no se pudieron consultar», añade Pontigo.

Por otro lado, la Coordinadora insiste en que no se valoran adecuadamente los «riesgos que suponen para las poblaciones cercanas las instalaciones de Enagás, riesgos que se ven incrementados con el posible efecto dominó al ubicarse muy cerca de otras instalaciones peligrosas». Pontigo recuerda que en su día el incumplimiento de las normas sobre distancias mínimas a los núcleos de población fue el hecho que motivó la anulación de la autorización administrativa previa de construcción de la planta en 2013 y que dejó a la planta en situación de hibernación hasta ahora.

Por último, la Coordinadora esgrime otros aspectos como «la no valoración de las afecciones medioambientales que puede acarrear el uso de la planta con fines logísticos, o la congestión física del transporte gasista que existe en la zona noroeste del país» y que según esta asociación ecologistas se vería «agravada» con la puesta en marcha de la regasificadora de El Musel, que a su juicio «no es necesaria, ni conveniente por el fomento del consumo de combustibles fósiles que suponen».

La planta está previsto que entre en servicio entre finales de este año y principios del que viene, pero no para insuflar gas a la red estatal, si no para almacenar gas natural licuado en sus dos tanques, con una capacidad conjunta de 300.000 metros cúbicos. El conflicto entre la UE y Rusia por la invasión de Ucrania ha acelerado los planes para poner en servicio la instalación, en principio para hacer transbordos de gas natural licuado con destino final al norte de Europa.