Con las dudas de última hora de la LOMLOE, la octava reforma educativa en lo que va de democracia, los colegios y los institutos afrontan una vuelta a la actividad en la que la pandemia será ya un recuerdo del pasado. Los centros gijoneses iniciaron la pasada semana la actividad con el regreso de los maestros celebrando los primeros claustros y encuentros con familias de forma presencial. Los proyectos de fomento de la lectura, del arte, de la mejora en la ciencia, de promoción de la igualdad y el final de algunas obras marcan un inicio de curso condicionado por la reforma educativa y la recuperación de la vieja normalidad. "Hay ilusión. Vamos a recuperar la normalidad de verdad", explican a LA NUEVA ESPAÑA los directores educativos.
El inicio del curso estará marcado en el colegio Laviada por el final de sus obras de ampliación. Con una inversión de 880.312 euros, en el centro esperan que los trabajos terminen para finales de septiembre o principios de octubre. La obra, que marcó el año pasado, viene a cumplir una vieja demanda de la comunidad educativa que es poder centralizar en un mismo edificio a todos los alumnos de Educación Infantil, entre otras cosas. "Empezaremos limitados de espacio en el patio por los trabajos, pero es cuestión de tiempo", celebra Ana Romero.
Menos esperanza tienen en el colegio Cervantes donde temen que las obras para mejorar sus accesos no empiecen este año. Geles García, la directora, se muestra crítica por la falta de personal. "Vamos a estar una semana entera sin dos docentes", apunta García. Como novedad, el centro tendrá un aula abierta. También hay obras en el colegio Montedeva para mejorar sus accesos. "Son para facilitar a las familias dejar a sus hijos de forma segura y rápida", especifica Miguel Marcos, el director. Paralelamente, el Ayuntamiento invertirá cerca de un millón de euros este año en 23 centros para realizar mejoras.
El colegio Asturias apostará este año por la pintura. Con la ayuda de su profesora Ana Prieto, que es pintora, se quiera impulsar un ciclo para atraer a artistas del pincel a que dejen sus obras en el centro y expliquen a los alumnos los pormenores de su arte. También en el arte, pero en la poesía, con su tradicional premio, se focalizará el Antonio Machado, que, además, quiere centralizar toda su actividad en torno al cine. "Todas las actividades girarán a su alrededor", especifica Patricia Maroto, la jefa de estudios.
En el Virgen Mediadora, Las Dominicas, apostarán por proyectos de sostenibilidad y de medio ambiente mientras que en el Severo Ochoa volverán a destacar en su programa de intercambio generacional con los internos de la residencia Mixta, el centro público más populoso de Asturias. En los idiomas volverán a enfocarse en el IES Mata Jove, que ya ha impulsado un programa de intercambio con varios de sus alumnos. "Seguiremos apostando por ello, pero habrá pocas innovaciones por el tema del cambio de ley", advierte César González, el director.
Alberto Ferrao, exconcejal de Cultura, asume la dirección del colegio Pumarín, donde se buscará potenciar las relaciones con las asociaciones del barrio y se impulsará un programa de estimulación temprana vinculada al lenguaje en el primer curso de infantil. "Son los primeros que vienen de la pandemia y queremos anticiparnos a problemáticas", destaca Ferrao.
También hay cambio en la dirección del colegio Príncipe de Asturias donde toma los mandos Matilde Prieto. "Tenemos un amplio porcentaje de alumnos de necesidades educativas de apoyo", recuerda la nueva responsable de un centro que apostará por las competencias comunicativas a través de la lectura y de la escritura. Por otra parte, el colegio Montiana sigue a la espera de resolver los problemas con el transporte escolar y valora recuperar las protestas iniciadas el año pasado.
