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Gijón lidera la recogida selectiva de basura orgánica en Asturias, con la mitad del total

Cogersa gestionó el año pasado 8.900 toneladas de 16 municipios | Emulsa detecta ahora una bajada tras siete ejercicios de crecimiento

Gijón se convirtió en 2015 en el primer municipio asturiano que encaraba la recogida selectiva de basura orgánica a través de un proyecto piloto de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (Emulsa) en El Polígono. Y Gijón sigue siendo el municipio asturiano más comprometido con esa causa y motor del impulso que desde Cogersa quiere darse en todo el Principado a la recogida de biorresiduos. El cierre de las estadísticas de Cogersa de 2021 deja claro el liderazgo de Gijón, de donde proceden casi la mitad de todos los biorresiduos que llegan a Cogersa desde los 16 municipios que, por ahora, tienen implantado el cubo marrón en la comunidad autónoma.

La suma de la basura orgánica llegada desde esos ayuntamientos a lo largo del año pasado alcanzó las 8.968,42 toneladas. Gijón aportó 4.206,72 de ese total. Muy por encima del siguiente competidor, Oviedo, que recogió 2.485,42. No solo cuantitativamente Gijón suma más toneladas. También destaca el hecho de que es uno de los municipios donde la recogida en el cubo marrón creció más porcentualmente comparada con el ejercicio anterior. La media de los 16 municipios supone un crecimiento del 15% sobre el 2020. Gijón creció un 21,8%. Un porcentaje solo superado por Langreo (27,7%), Mieres (28%) y Tapia de Casariego (109%). Oviedo crece, pero solo un 5,9% y en otros municipios como Castropol, Grado, Llanera o Sobrescobio la recogida en 2021 fue inferior a la registrada el año anterior.

Un dato más. Cogersa eleva a 9.194 las toneladas de biorresiduos de fracción orgánica que gestionó el año pasado al incorporar a lo recogido en esos municipios los restos que le envían algunos grandes productores como el hospital de San Agustín de Avilés. La intención de los responsables del Consorcio es que otros 25 ayuntamiento se vayan sumando en los próximos meses a esa apuesta que es esencial si se quiere cumplir el mandato europeo de reciclar el 50% de la basura que se genere.

Gijón va a la cabeza, pero eso no significa que se pueda dormir en los laureles. Ni dar un paso atrás tras siete años creciendo. En los primeros siete meses de ese año, y por eso hay que tener cuidados, se recogieron 1.916 toneladas de biorresiduos, lo que significa un descenso del 11% con respecto al mismo periodo del año anterior. También bajó el nivel de recogida del resto de los residuos que se reciclan, pero a un nivel inferior: 5,7% papel y cartón, un 3,3% los envases y un 0,1% el vidrio.

Eso en la parte negativa. En la positiva está la acción de Emulsa de romper las fronteras de la ciudad, donde tiene diseminados 1.300 contenedores marrones, para conquistar nuevos territorios. Este verano se inició la colocación de 30 contenedores en la zona periurbana para dar servicio a grandes productores. El reto estaba en llegar a espacios tan singulares como el campus universitario, el tanatorio, el hospital de Cabueñes o el Parque Científico y Tecnológico, pero también en buscar la complicidad de los hosteleros de esa zona, donde conviven bares, restaurantes y merenderos. Emulsa entiende que el sector hostelero debe jugar un papel fundamental en el proceso ya que el 40% de la basura ordinaria son residuos orgánicos procedentes de las cocinas.

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