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La restauración total del «Elogio» dejará las «cicatrices que sean fruto del tiempo»

La escultura recupera el color original en la base, con una capa a prueba de pintadas, pero el proyecto global no se podrá licitar hasta la primavera

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En imágenes: visita al "Elogio del Horizonte" Juan Plaza

El plan de restauración del «Elogio del Horizonte» mezclará lo técnico y lo artístico con lo poético. La idea es respetar las «cicatrices» de la obra de Eduardo Chillida, al menos, aquellas que no supongan un riesgo para su integridad. El proyecto para realizar esta actuación se tendrá entregado para finales de año y se cuenta con que salga a licitación la primavera del año que viene. Será la segunda fase para recuperar uno de los mayores símbolos de la ciudad, tras una actuación que ya ha concluido estos días en la parte baja de la escultura para recuperar su color original y colocar una capa protectora contra los grafitis. La restauración final consistirá en retirar los cloruros, responsables junto a las pintadas y su limpieza de la mayor parte de los daños, en realizar un hidrofugado (repeler el agua) e impermeabilizar la parte superior de la escultura. La logística será lo más complicado y encarecerá una obra que será contrato mayor.

«Las marcas del tiempo que no hagan daño a la escultura se pueden quedar. Todos las tenemos», reflexionó ayer Luis Chillida, el hijo de Eduardo Chillida, que acudió al cerro de Santa Catalina en compañía de la alcaldesa, Ana González, y de Lorenzo Fernández-Ordóñez, el arquitecto responsable de los trabajos, para ver las labores de conservación que ahora acaban. Una de las cuestiones que para mi padre eran fundamentales es que una obra, como todo en la vida, tiene que envejecer dignamente. No puede ser que una escultura de 30 años esté como el primer día», declaró Chillida, satisfecho y feliz por los trabajos que ya se han realizado.

Fue Lorenzo Fernández-Ordóñez el encargado de aportar los datos más técnicos del proceso de restauración del «Elogio» en el futuro. Un proceso que se remonta varios años atrás en el tiempo. Al 2018, que fue cuando la escultura se incluyó dentro del «InnovaConcrete», un plan europeo multidisciplinar que buscaba hallar la mejor forma de restaurar monumentos hechos fundamentalmente de hormigón, como el «Elogio». Lo que vino a explicar este profesional es que no es lo mismo el proceso que hay que seguir para arreglar una estructura hecha de este material como, por ejemplo, un puente, que un trabajo de la magnitud del de Chillida. «Lo que buscaba el proyecto es establecer cómo conservar el material original, establecer unas bases», declaró.

La obra tendrá un nuevo protocolo de limpieza, pues el anterior contribuyó a su deterioro

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Empezó entonces una fase de análisis sobre el terreno, aplicando diferentes materiales en la escultura para ver su reacción. «En un momento dado, no queríamos que hubiera limpiezas de pintadas. De ahí que la escultura estuviera fea durante un tiempo. Pero es que si limpiaban se borraban los productos que aplicábamos nosotros y no los íbamos a poder leer bien. No era culpa del Ayuntamiento», detalló el arquitecto. En estos análisis iniciales se descubrió, como ya se explicó en su momento, que la mayor parte del daño viene provocado por los cloruros procedentes del mar. Hay que recordar que el «Elogio» se encuentra en una zona con una meteorología muy concreta. «Estos cloruros llegan a penetrar en el hormigón y cuando llegan a las barras de acero, estas se oxidan, se hinchan y se rompen», apuntó el arquitecto, cuyo padre, José Antonio, llegó a trabajar mano a mano con Chillida. La conclusión también de aquella fue que el monumento no tenía daños estructurales. «Menos del tres por ciento de la superficie está afectada», apuntó Fernández-Ordóñez. «La mayoría del acero está muy lejos de que le pueda pasar nada, a ocho centímetros. Aunque el ojo se va a las partes afectadas, el acero que se ha roto está a menos de dos», recordó el profesional.

La restauración consistirá por tanto en retirar esos cloruros e impedir que vuelvan a entrar. Fernández-Ordóñez será el encargado de redactar el proyecto y cuenta con tenerlo terminado para finales de año. Comenzará entonces la licitación. Se espera que la inversión sea lo suficientemente importante como para que sea un contrato mayor, con lo cual el proceso administrativo será más largo. Se cuenta con que para primavera esté lista. Se contratará la obra con arreglo a los presupuestos del 2023. El compromiso del gobierno local con la restauración es total. Lo más complicado, eso sí, será la logística. Llevar los materiales al Cerro, el agua y la energía, así como actuar en las partes más elevadas, a diez metros de altura y al pie del acantilado. «El contrato se licitará con su precio y creemos que va a ser grande por las complicaciones técnicas. Pero tenemos esa obligación. No hay otro enfoque posible», afirmó, por su parte, la Alcaldesa.

El acto de ayer sirvió para presentar la primera fase de los trabajos, la que ya se ha realizado en la parte baja de la obra buscando reparar el daño provocado por las pintadas, pero también con la forma que tenían los operarios municipales de limpiarlas. «Lo que es la piel del ‘Elogio’, a base de insistir en esa limpieza, se erosionó. Se llegó a ver la carne de la escultura», explicó el arquitecto, en referencia a la arenilla con la que se hizo la obra.

El trabajo de restauración arrancó en junio y lo que se ha logrado es recuperar el color original de la obra. Se ha reintegrado la pátina con unas resinas especializadas para aguantar a la intemperie. Y esta, a su vez, se ha recubierto de una capa que sirva de protección contra los grafitis, de tal forma que cuando vuelvan a aparecer pintadas sea más sencillo limpiarlas y no vuelva a dañar la base de la obra. «Llevamos desde junio haciendo ensayos con materiales en el taller», apuntó Nacho Bermeja, uno de los restauradores. «No podemos seguir limpiando como antes. Nuestra buena voluntad de tener cuidado el Elogio perjudicaba a la obra. Ahora hay que mantener bien la restauración, todos los días», remató Ana González.

Las claves

Restauración. El proceso para arreglar la parte superior del «Elogio» buscará remitir el daño provocado por los cloruros, que, al penetrar, oxidan y rompen el acero más superficial.

Conservación. Esta semana concluyó una actuación en la parte baja, afectada por las pintadas y su limpieza. Se ha recuperado el color original e instalado una capa de barniz antigrafitis.

Plazos. La actuación en el «Elogio del Horizonte» será un contrato mayor. Su licitación se espera para la próxima primavera. La complicada logística encarecerá el proceso. 

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