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El ocio nocturno gijonés se desmarca de los ruidos: "Es una cuestión de responsabilidad individual"

Hosteleros y vecinos, favorables a dialogar para evitar molestias en calles concurridas

Ambiente, ayer, en la Ruta de los Vinos. | Marcos León

La idea de elaborar un "mapa del ruido" en zonas de ocio nocturno para medir la posible contaminación acústica en calles concurridas durante las noches de fiesta cuenta en principio con el visto bueno de vecinos y hosteleros, si bien ambos reconocen que "en la mayoría de casos" los problemas "el comportamiento individual" de usuarios fuera de los establecimientos y no por una mala gestión de los negocios. A juicio de los vecinos, en el entorno urbano las zonas que tendrán que medirse –la iniciativa salió adelante tras una proposición de Ciudadanos aprobada este miércoles en Pleno– serían, al menos, Fomento, parte de la Ruta de los Vinos y algunos tramos de Cimadevilla. René Álvarez es hostelero de la Ruta y explica: "Con la normativa actual, no debería haber molestias, pero debe ser responsabilidad de todos, de hosteleros, clientes y de las fuerzas de seguridad, que esa normativa se cumpla".

Ángel Lorenzo, líder de Otea en Gijón, confirma que su grupo colaborará en la iniciativa aprobada en Pleno, si bien explica que deben "estudiar y profundizar" en la idea de elaborar un mapa del ruido, porque desconocen los detalles. "Queremos señalar que en la mayoría de casos el ruido lo provoca la gente al salir o al ir hacia los locales, y de eso no se puede hacer responsables a los establecimientos", razona. "Pero estamos dispuestos a reunirnos con asociaciones de vecinos para buscar fórmulas para poder convivir mejor entre todos. Nuestra intención siempre es molestar lo menos posible", añade.

El sector vecinal del centro y Cimadevilla, por su parte, lanza un balance similar. "Puede haber zonas más ruidosas por la presencia de terrazas, sobre todo en verano, con algunos ruidos en la avenida de la Costa o en Begoña. Pero el problema de ruidos es Fomento", explica Maite Martín, líder vecinal de la zona centro. Cree que la parte vecinal "no pondrá impedimento alguno" a crear un grupo de trabajo que busque consenso entre residentes y hosteleros, pero aclara que "el problema casi nunca son los locales", si no "la responsabilidad individual de algunos clientes". "Cuando lo hacemos nosotros pensamos que no hacemos ruido, pero cuatro personas en tu portal a las tres de la mañana ya te despiertan", aclara Martín, que sí aporta, dentro de esa idea de repensar el ocio nocturno de la ciudad, una primera alternativa: regular la presencia de fiestas de soltero. "Es un tipo de turismo que da beneficio a dos hosteleros contados y a un par de empresas organizadoras. Para los vecinos esas fiestas solo traen suciedad y, la verdad, bastante vergüenza ajena", completa.

También Sergio Álvarez, presidente vecinal de Cimadevilla, explica que residentes y hosteleros "ya llevan tiempo debatiendo" las molestias causadas por las fiestas nocturnas. "A los vecinos siempre les decimos que la única manera de demostrar que hay un problema es midiendo el ruido desde sus casas, así que está bien que se estudie mejor", señala el gijonés, que explica también que "las mayores molestias" suelen ser, de nuevo, algunos usuarios y no los negocios. Y propone: "Ayudaría mucho que simplemente no se permitiese la concentración de gente a las puertas de los bares. Los ruidos vienen de las aglomeraciones en la calle".

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