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Mariano Rivas Director de la Sinfónica Mercadante, abre la temporada de la Filarmónica

"Las familias deben poner música clásica a los niños; aprenden lo que ven en casa"

"El público de la Sociedad Filarmónica es muy entendido en el género, y con este concierto escucharán el testamento de un genio"

Mariano Rivas. | Marcos León

El gijonés Mariano Rivas, director de la Orquesta Sinfónica y Coro Mercadante, inaugura hoy (20.00 horas) la temporada de la Sociedad Filarmónica de Gijón en el Jovellanos para poner en escena "Réquiem en re menor", obra cumbre de Mozart. La cita, a la que acudirá el presidente del Principado, Adrián Barbón, permite escuchar "el testamento" de un genio, cuenta Rivas.

–¿Qué puede esperar el público del concierto?

–Creo que el público de la Sociedad Filarmónica, entendido de esto, va a disfrutar de una versión bastante fiel y fidedigna con la partitura original. Mozart estaba muy malito en el tramo final de su vida y solo le dio tiempo a llegar hasta el compás ocho. La terminó Franz Xaver Süssmayr, y aunque hubo varias versiones después, cogemos esas. Creo que el público podrá ver una versión limpia y fiel de lo que buscaba el compositor. No va a ser, sin embargo, una versión historicista, porque la vamos a cantar y tocar con elementos técnicos y mecánicos de hoy en día. Es una versión fidedigna, pero moderna.

–¿Cómo definiría la pieza?

–Es una de las obras más bellas del repertorio sinfónico coral. El público va a escuchar el testamento de un genio. Solo decir esto ya me emociona. Realmente se va a escuchar eso, el testamento que hizo un genio justo antes de morirse.

–¿Cómo han sido los ensayos?

–Muy intensos, con mucho trabajo con el coro. El coro, como la orquesta, es de reciente creación, así que con el primero hemos trabajado especialmente el empaste, la articulación. Se canta en latín, y eso obliga a trabajar muchísimo el ritmo y, sobre todo, el fraseo, que es muy importante en la obra de Mozart. La pieza es muy conocida en el mundo melómano, así que sé que es una responsabilidad muy grande sacarla a escena. Y es un orgullo poder hacerlo con la Sociedad Filarmónica.

–¿Cómo surge Mercadante y por qué la orquesta se acompaña de un coro?

–Surge de la necesidad musical y social de cumplir con una demanda musical de alta calidad. Lo más importante. Para mí los más importante de esa agrupación es que cada voz solista actúa en nombre de un sonido de coro homogéneo. La calidad individual de cada integrante es de gran importancia, sus integrantes tienen la capacidad de hacer actuaciones tanto solísticas como camerísticas. El público podrá apreciar también eso. El coro está formado para cantar desde música antigua hasta la del siglo XX.

–La Filarmónica lanzó una campaña para captar público juvenil e infantil. ¿Tiene esperanza en que las nuevas generaciones se enganchen a la música clásica?

–Claro que sí. La campaña de la Sociedad Filarmónica es muy adecuada, se está haciendo casi en todas partes, porque es verdad que estamos perdiendo masa joven por las redes y este mundo que, como va todo tan rápido, tiene cada vez menos paciencia. Facilitar que los jóvenes se acerquen a estos grupos sirve de puerta de entrada a la música clásica, y luego verán que es como una droga, que engancha. También es cierto que esto tiene que empezar en casa, que debemos concienciar también a las familias. Los niños aprenden lo que ven en casa. Si los padres leen y escuchan música clásica, es más fácil que sus hijos también lo hagan. Y es importante porque es importante estar abierto a todo tipo de música. El jazz, que no es muy mi estilo, tiene a artistas buenísimos, y yo intento ir a todo tipo de conciertos también para pagar mi entrada y colaborar a que la industria musical sea fuerte y variada.

–En el concierto de hoy se nombrará a Luis Vázquez del Fresno como socio de honor de la entidad.

–Me alegro muchísimo por él. Yo fui alumno suyo, en Oviedo, y guardo un enorme recuerdo. Tengo la partitura de "La dama del Alba", su ópera de Alejandro Casona, y en su día llegamos a hablar para trabajar juntos. No pudo ser porque yo me fui para dirigir la Ópera de Viena, pero por eso sé que es una obra fantástica, como él.

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