La oposición municipal en bloque aprobó ayer en la comisión de Hacienda una enmienda al proyecto de ordenanzas fiscales de Gijón para 2023 que mantiene el precio de la tarjeta para residentes en 45 euros, pero obligando a pagar a todos los vehículos, con independencia de si tienen o no etiqueta ambiental. La enmienda salió adelante pese al rechazo del gobierno local, que ha pedido que se vote por separado del conjunto de la ordenanza en el pleno del próximo viernes, para intentar que no se lleve a efecto, negociando previamente un cambio en el sentido de voto con alguno de los grupos de la oposición (lo que pasaría por aceptar otras enmiendas que ayer rechazó). El ejecutivo local también intentará recabar apoyos de aquí a entonces para aprobar las subidas de las tasas en Emulsa y la EMA, que irán a pleno con un dictamen desfavorable de la Comisión de Hacienda, al rechazarlas ayer todas las fuerzas políticas de la oposición.

Actualmente, la tarjeta de la ORA para residentes tiene un precio de 45 euros, estando exentos los vehículos con etiqueta ambiental ECO y 0. El proyecto de ordenanzas fiscales elaborado por el Gobierno local planteaba subir el precio a 50 euros, pero eximiendo del pago a todos los vehículos con etiqueta ambiental, con lo que sólo pagarían los más contaminantes.

La enmienda que aprobó ayer la oposición para mantener los 45 euros y hacerlos extensivos a todos los vehículos fue presentada por el grupo municipal de Podemos-Equo y apoyada por los demás ya que todos llevaban propuestas similares.

Fue la única de las enmiendas que salió adelante, con varias que ni se llegaron a votar, como la que planteaba eximir del pago de la tarjeta de la ORA a las personas discapacitadas, debido a un informe técnico que señala que no es posible por ley.

Con la enmienda que salió adelante, la Comisión de Hacienda dio el visto bueno al proyecto de ordenanzas fiscales gracias a la abstención de Ciudadanos.

En cuanto a las ordenanzas fiscales de Emulsa y la EMA, se rechazaron las subidas del 30% en la tasa de basuras y del 5% en la del agua y alcantarillado, pero no se aprobó ninguna alternativa ante los planteamientos distintos en la oposición, con fuerzas que plantean congelar las tasas y otras que proponen bajadas en distinto grado de las mismas.

La portavoz del gobierno local, Marina Pineda, insistió ayer en que van a intentar negociar para poder sacar adelante las ordenanzas, advirtiendo de que la subida de las tasas en las empresas municipales son necesarias para «garantizar su sostenibilidad», recordando que ambas registraron pérdidas el año pasado.

Especialmente acuciante es la situación en Emulsa, donde además del aumento de los costes de combustible y de electricidad, la empresa tendrá que hacer frente a un aumento del 10% de las tarifas de Cogersa y el pago de otros 3 millones de euros a Cogersa en base a la nueva Ley de Residuos en una empresa que el año pasado registró 3,8 millones de euros de déficit.

El edil de Ciudadanos, Rubén Pérez Carcedo, justificó la abstención de su grupo en las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento porque «aquí no se trata de oponerse a todo» y no había motivos tras la enmienda de la ORA que supone «no discriminar a los conductores por su tipo de vehículo». En cuanto al rechazo al aumento de tasas de las empresas municipales apunta que «las familias gijonesas también están al límite».

Para Jesús Martínez Salvador, de Foro Asturias, «es una buena noticia que la oposición en bloque hayamos frenado el primer intento de expansión de la zona azul de Aurelio Martín, que pasaba por regalar las tarjetas de residente solamente a vehículos con pegatina ambiental».

Para Laura Tuero, de Podemos-Equo, calificó de «intolerable que un equipo de gobierno que se dice progresista sea capaz de votar en contra de una fiscalidad justa y progresiva», al haber rechazado el gobierno local la implantación del IBI para ricos y la bajada de tasas de basura y agua.

Para la edil del PP, Ángeles Fernández-Ahúja «la izquierda se opone por regla a toda medida de dinamización de la actividad económica y creación de empleo», al haber rechazado las enmiendas del PP a bajar el IBI y bonificarlo y reprochó a la izquierda que no haya bajado los impuestos y tasas a los gijoneses ante la actual situación económica.

Eladio de la Concha de Vox, señaló que «hemos podido constatar la obstinación del equipo de gobierno socialcomunista en subir los impuestos, demostrando no tener ninguna voluntad de aliviar la sangría fiscal que sufren los ciudadanos y, precisamente, en estos momentos en que la mayoría de las familias lo están pasando tan mal».