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Somió se entrega a sus mayores

Cuatro de los residentes más veteranos de la parroquia reciben un homenaje durante una cena multitudinaria: "Son grandes vecinos"

Por la izquierda, Soledad Lafuente, Marina Pineda, Mercedes Baldó, Gonzalo Cuesta, Marinita Ablanedo, Carmina Cerezo y José Antonio Migoya, ayer, en el restaurante Somió Park, durante el homenaje a los mayores. | Juan Plaza

Somió es una parroquia orgullosa de su historia y de sus gentes. Por eso, ayer, en el restaurante Somió Park, donde se organizó el homenaje a los más veteranos, se vivieron momentos muy emotivos. Los homenajeados fueron Marinita Nieves Ablanedo y su marido, Gonzalo Cuesta, Mercedes Baldó y Carmina Cerezo, cuatro residentes que distinguen por su amor a la parroquia donde residen desde hace tiempo y, en el caso de Baldó, donde nació. "Son grandes vecinos", afirmaron los presentes.

El homenaje de ayer es la vigésimo cuarta edición de una larga tradición en Somió. El evento estuvo presidido por la presidenta de la asociación de vecinos, Soledad Lafuente. Al tributo acudieron la portavoz del gobierno local, Marina Pineda, y el secretario general de la Fundación Caja Rural de Gijón, José Antonio Migoya, un clásico en este tipo de celebraciones. Al homenaje acudieron decenas de personas, felices de poder festejar como en los "viejos tiempos", antes de la pandemia. Se leyeron varias glosas para recordar la vida de los cuatro distinguidos.

De Mercedes Baldó, se dijo que nació en Somió en marzo de 1933 y que lo hizo en la finca de "El Cañaveral", hoy propiedad del Real Club de Tenis de Gijón. Vivió la Guerra Civil, el miedo a los bombardeos y las penurias de los años posteriores al conflicto. Ayudó a su madre en las cocinas del antiguo restaurante El Cañaveral. Luego, trabajó también en las cocinas del Hospital de Cabueñes y fue gobernanta del Centro Médico de Oviedo hasta su jubilación. "Su trabajo giró en torno a la familia, con pocos medios, pero con mucho amor por los suyos", se destacó.

Carmina Cerezo nació en La Arena hace 89 años, estudió en el Patronato San José y en la Escuela de Comercio, titulándose de Perito Mercantil. Trabajó en la empresa "Marylan". Jugó en la sección femenina de baloncesto y profesó gran amor por la montaña. Formó parte del Club Torrecerredo donde conoció al que fue su esposo, Mario Argüelles. Su padre, Francisco Cerezo, recibió la misma distinción en 1999. "Representa una generación de mujeres que lucharon por conseguir derechos", se afirmó en la glosa.

Marinita Nieves nació en La Carrera, en Siero, mientras que Gonzalo Cuesta lo hizo en Puerta de la Villa, en el centro de Gijón. Fue campeón de España de piragüismo en la categoría de descenso de ríos. También es un ávido lector y posee una gran memoria. Los dos se casaron en 1960 vivieron en Zaragoza, Madrid y Galicia. Su ilusión era vivir en Somió. Dieron un gran paso en 1982 cuando compraron la parcela donde en 1990 se instalaron definitivamente y donde residen hoy, felices. Tienen cuatro hijos y cinco nietos. "Os felicitamos, porque sois unos vecinos estupendos e integrados en la parroquia", exclamó.

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