Seis son las sociedades mercantiles de titularidad totalmente municipal cuyas previsiones de ingresos y gastos deben pasar por sus respectivos consejos de administración antes de que acabe el mes. La ronda empieza esta semana. El tope del 30 de noviembre se lo puso la concejalía de Hacienda, que lidera la socialista Marina Pineda, a los máximos responsables de Emulsa, Emtusa, EMA, Divertia, el Centro de Empresas y la Empresa Municipal de la vivienda. Y en eso están.

Pero cerrar las cuentas de esas empresas –con el añadido menos relevante de las sociedades mixtas– es solo el primer paso. Luego están los presupuestos de los tres organismos autónomos, el Patronato Deportivo Municipal y las fundaciones de Cultura y Servicios Sociales, que deben presentarse ante sus juntas rectoras.

Las transferencias a sus empresas y organismos son elemento sustancial para cuadrar el presupuesto estrictamente municipal, a cuyo proyecto debe dar el visto bueno la Junta de Gobierno. Algo que el año pasado ocurrió el 19 de noviembre. Fecha imposible este ejercicio donde todos tienen asumido que de llegar un presupuesto al Pleno puede que sea después de oír las campanadas del cambio de año. Tras la oficialización del proyecto tocan las comparecencias en comisión de los ediles de gobierno para explicar los números de su área y presentar, analizar y votar las enmiendas de la oposición al documento. Aún queda mucho trabajo.