Las luces del salón y el pasillo del piso del número 31 de la calle Profesor Pérez Pimentel, muy cerca de la rotonda de La Guía, levantaron ayer las alarmas de una de las vecinas. Esta mujer se dio cuenta de que llevaban "muchos días encendidas" y le resultó sospechoso, por lo que decidió llamar al 091. Era aproximadamente la una de la tarde cuando una dotación de Bomberos entró a la vivienda por la ventana y encontró el cuerpo sin vida del inquilino. El fallecimiento, según fuentes consultadas, se produjo por "causas naturales hace aproximadamente una semana", pero nadie se había percatado hasta la fecha de la ausencia de este vecino. Según se comentaba ayer en el barrio, en los últimos meses se ausentaba de manera prolongada de su domicilio porque ingresaba regularmente por complicaciones de salud en el hospital.
Nada más que la Policía Nacional tuvo constancia del aviso, varios agentes del Cuerpo se personaron en el piso del hombre. En concreto, dos patrullas acudieron rápidamente. La presencia policial en la puerta inquietó a los vecinos que pasaban por delante del portal. "¿Qué ha pasado?", se preguntaban los residentes de pisos próximos a donde vivía el hombre. "Llevaba una vida muy discreta y solitaria", indicaban algunos de los que le conocían. Eso impidió que alguien diese la voz de alarma con mayor antelación. "No tenía mucho trato con nadie de la zona. Por ejemplo, las fiestas le alteraban mucho. No le gustaba el ruido, ni que la gente anduviese por la calle", deslizan esos mismos residentes.
El fallecido llegó a vivir al barrio hace aproximadamente cinco años. Natural de Asturias, residió por motivos laborales en Bélgica durante buena parte de su vida, hasta su jubilación, cuando decidió regresar a su tierra natal y alquilar en Gijón el piso donde residió en régimen hasta su fallecimiento. Según fuentes vecinales consultadas, "vivía solo y no salía prácticamente de casa".
"Solo se le veía por la calle cuando iba a echar la quiniela. Ni siquiera se le veía hacer la compra, porque la pedía a domicilio para evitar cargar con ella", explicaba ayer la vecina que dio el aviso a la Policía. Otros residentes del barrio señalan que "su estado de salud era delicado". "Se habían sometido recientemente a una operación por una hernia. Habitualmente acudía al hospital. No se sabían muchos más detalles", añaden.
Una vez que el forense realizó la inspección correspondiente, se procedió al levantamiento del cadáver. Según fuentes policiales, en el interior de la casa "había un intenso olor" debido a una importante acumulación de objetos abandonados. Los investigadores no descartan que el fallecido padeciese el denominado "síndrome Diógenes". La Policía Nacional se ha hecho cargo del caso tras descartar acciones violentas.
