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El PSOE opta por hacer un borrador de presupuestos sin aliados para aprobarlos

La edil de Hacienda ultima el proyecto de cuentas para presentárselo a sus socios de gobierno de Izquierda Unida antes de iniciar negociaciones

La concejala de Hacienda, Marina Pineda, durante un acto en el salón de recepciones del Ayuntamiento. | Irene Sirgo

Tras el varapalo que supuso tener que retirar su propuesta de ordenanzas fiscales, el PSOE está ultimando ya un borrador de presupuestos, el último de este mandato, con el objetivo de sacarlo adelante, pero sin un socio claro que les permita lograrlo como, por otra parte, sí se está logrando en las empresas municipales (Emulsa o Divertia, por ejemplo) y organismos autónomos. Las cuentas que prepara la edil de Hacienda, Marina Pineda, van tomando forma, pero nada de su contenido se prevé hacer público antes de sentarse con su socio de gobierno, Izquierda Unida, que poco más de una semana alzaba la voz advirtiendo a los socialistas que presentan unos presupuestos era "imprescindible" para no dar "por finalizado casi todo el mandato".

En las últimas semanas, tanto Pineda como la propia alcaldesa, Ana González, defendieron públicamente la intención de presentar unas cuentas, aunque insistiendo siempre en que no estaba siendo fácil. No obstante, "queremos presentarlo y creemos que debemos hacerlo", defendió a principios del mes de noviembre la regidora. Los problemas para cuadrar las cuentas eran varios, como el fracaso de las ordenanzas fiscales –que implicó congelar las tasas, impuestos y precios públicos para el próximo año–, la subida de la factura energética o el compromiso adquirido para la cofinanciación de proyectos tras la asignación de los fondos europeos Next Generation. También el aumento de las partidas para que las empresas municipales puedan asumir el incremento de gastos de personal a raíz de los últimos acuerdos del gobierno de España, y que en lo que se refiere al Grupo Ayuntamiento se traduce en un desembolso de seis millones de euros más en el pago de nóminas. Las cuentas, pese a todo, parece que van cuadrando, pero falta todavía lo más difícil.

Durante las últimas semanas, y ante las palabras de los miembros socialistas del gobierno local, eran muchas las voces de la oposición que comenzaban sonar, acusándoles de estar poniéndose la venda antes de la herida. Apuntaban, especialmente desde la bancada derecha, a que ocurriría como en 2021, cuando por la incidencia excepcional de la pandemia sanitaria, ni se llegó a presentar un borrador. Pero socio de gobierno, Izquierda Unida, se mostró muy tajante la semana pasada. "Si no hay cuentas, se da por finalizado buena parte del mandato. Creemos que los presupuestos son imprescindibles. Somos conscientes de las dificultades, algunas heredadas de años pasados, pero necesitamos contar con unos presupuestos para poner en marcha la maquinaria municipal", enfatizaron, al alimón, el concejal Aurelio Martín y la líder local de IU, Ana Castaño, en referencia al impacto que supondría una prórroga presupuestaria –en 2022 sí se aprobó en el Pleno un presupuesto de 247 millones de euros para el– afectaría sensiblemente a "proyectos, obras, ayudas a entidades sociales o servicios municipales".

Ahora, el PSOE tiene el borrador a falta solo de algunos flecos para presentárselo en primer lugar a su socio de gobierno, Izquierda Unida, antes de dar detalles del contenido de las cuentas. Juntos, ya lograron sacar adelante los presupuestos en el Pleno en dos ocasiones, los del año 2020 (con 247 millones de euros) y los del 2022, con la misma cifra. Y en ambas ocasiones de la mano de los tres concejales de Podemos-Equo para alcanzar la mayoría. Hubo prórroga presupuestaria en 2020, cuando las cuentas de la concejalía de Hacienda, según defendieron los socialistas, revelaba que salía más rentable una prórroga que presentar presupuesto.

Encarar la aprobación de este presupuesto con el resto de grupos políticos (Podemos-Equo siempre ha sido el socio preferente, aunque PSOE e IU también han sacado adelante acuerdos importantes, como la ordenanza de movilidad o las ordenanzas fiscales con Ciudadanos) tiene este año una especial complicación, puesto que se trata del último curso antes de ir a las elecciones municipales. Tanto PSOE como IU son conscientes de la complejidad. "Si los partidos se plantean que es año electoral y no pueden aprobar los presupuestos por ser año electoral… pues es triste. Creo que por pura responsabilidad deberían afrontar la negociación pensando de verdad en los intereses de la ciudad", reflexionaba Marina Pineda, el pasado octubre, tras el fiasco con la subida de tributos, en una entrevista a este periódico. Y en la misma línea se pronunció Ana Castaño, en su rueda de prensa junto a Aurelio Martín, al reclamar a los grupos "un ejercicio de responsabilidad entre las formaciones que conforman el Consistorio. Está la tentación de mirar a corto plazo, solo mirar a hacia mayo perjudica a la ciudad". Con un proyecto encima de la mesa, al menos, podrían intentarlo.

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