El barco navideño de Gijón ya surca el Cantábrico: "Es impresionante"

Los primeros usuarios de la novedosa embarcación navideña destacan su originalidad y animan a más gente a participar: "Debería haber más cosas así"

Así es el "Barco de la Navidad" que ya surca la costa gijonesa

Marcos León

Sergio García

"¡Guau, es impresionante!", exclamaba ayer Juan José Carrasco. Este niño de 9 años fue uno de los primeros afortunados en navegar por la costa gijonesa gracias al Barco de la Navidad, que ha comenzado su actividad para darle a los más pequeños una novedosa alternativa para disfrutar de las fiestas. Pero no solo a los más pequeños. "Es una iniciativa increíble, debería haber más así", aseguró Mónica Garrido, madre del pequeño, que se enteró de la celebración de la actividad por la asociación Adansi.

Para el niño, el de ayer era su primer viaje en barco, pero no le temía a las aguas revueltas del Cantábrico. Además, aprovechó la visita a la embarcación para entregarle la carta los Reyes Magos al paje real. "Pido el álbum de La Liga" apuntó, que no indicó ni la dirección en la que quería los regalos. "Los Reyes son Magos", justificó el pequeño, que tildó como "muy guay" la experiencia. De hecho, ya había reservado su plaza para un viaje nocturno, de forma que pudiera ver la iluminación navideña de la ciudad en su plenitud. "Ni lo avisamos en el colegio", comentó Mónica Garrido, temerosa de que los compañeros de su hijo le dejaran sin su anhelado espacio en la tripulación.

Irma Martínez, de Palencia, decidió exprimir al máximo su estancia en la ciudad, a la que ha venido junto a sus hijas, Tania y Edurne Martín, de 11 y 5 años, respectivamente. Era la primera vez que las pequeñas, preparadas para transmitir sus deseos a sus majestades, hacían un recorrido por el mar. "Nos enteramos por el programa de Navidad", confesó su madre.

La bravura de las aguas frustró el plan original: llegar hasta la zona de la iglesia de San Pedro para contemplar, de cerca, la "estrellona" del Náutico. Sin embargo, esa circunstancia no desanimó a los viajeros, deleitados con la presencia de un paje real encantado de recibir las cartas de los niños, que disfrutaron de un paseo de casi media hora de duración por el puerto deportivo. Los viandantes no dudaban en saludar desde las calles, muy transitadas ayer por el día festivo de la Inmaculada.

"Hay mucha gente con ilusión y ganas", subrayó el paje real, que animó a gijoneses y turistas a pasarse por el Barco de la Navidad, el lugar ideal para ser testigos de un "ambiente que hace falta". El ayudante de los Reyes de Oriente, pese a llevar poco tiempo en Asturias, ya conoce las particularidades de la zona. "En el Cantábrico no se sabe qué depara el mar", bromeó.

Hasta el 4 de enero, la embarcación, decorada para la ocasión, seguirá con sus rutas, con las que familias y amigos podrán vivir esta época festiva como nunca antes en Gijón: a flote. Y los grandes protagonistas, los niños, tendrán la posibilidad de depositar sus peticiones en un buzón mágico. El Barco de la Navidad ya pide paso tras unos primeros viajes repletos de ilusión.

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