La sanidad pública de Gijón recibirá una inversión récord y la privada acaba sus reformas

La ampliación de Cabueñes, los nuevos centros de salud y las mejoras suman 50 millones | Cruz Roja, Begoña y Covadonga rematan sus obras

Movimientos de tierra en la finca de ampliación de Cabueñes. | Juan Plaza

Movimientos de tierra en la finca de ampliación de Cabueñes. | Juan Plaza / S. F. Lombardía

La red sanitaria local encara el que será uno de los años de mayor obra en las últimas décadas. Iniciada la ansiada ampliación de Cabueñes, el hospital público empleará 38 millones de euros en 2023 para erigir un nuevo gran edificio junto a su sede y, en paralelo y en colaboración con el Sespa, comenzará a diseñar un nuevo equipamiento: un edificio de salud mental que se quiere construir cerca del complejo y que busca poner el foco en trastornos mentales de la infancia y la adolescencia. Será la red pública la última en completar una renovación en la que hasta ahora se les habían adelantado en la concertada y la privada. Cruz Roja, el Begoña y el Covadonga, de hecho, están a semanas de inaugurar las obras que pusieron en marcha en este 2021. Una puesta a punto que coincidirá en un año en el que Quirón deberá tramitar su aterrizaje en Asturias con su futuro hospital en Nuevo Gijón y en el que los centros de salud –hasta ahora apartados de las grandes inversiones– empezarán a ver avances, destacando el inicio de obras del consultorio de Nuevo Roces. Solo en 2023, el Principado invertirá unos 50 millones de euros en la red pública.

Los complejos sanitarios de la ciudad empezaron a diseñar en 2021 lo que acabó siendo una renovación completa de toda la red hospitalaria que empezó en la concertada. Jove fue el primer en adelantarse y estrenó hace ahora un año un nuevo servicio de radiodiagnóstico que obligó a ampliar un lateral del edificio. Cruz Roja lleva desde las mismas fechas con un plan similar, en su caso porque adquirió un local anexo al completo que le permitió sacar de su edificio principal las consultas externas y ganar una planta para crear una unidad de cuidados paliativos, un servicio estrella del centro concertado que se quiere potenciar. Se inaugurará, según se ha informado al personal, el mes que viene.

El Hospital Begoña, ayer, casi sin andamios tras la reforma. | Juan Plaza

El Hospital Begoña, ayer, casi sin andamios tras la reforma. | Juan Plaza / S. F. Lombardía

La sanidad privada fue la siguiente en dar el paso y lleva todo este año en obras. El Begoña diseñó un plan en dos fases, con mejoras en su área de radiodiagnóstico –finalizadas este verano– y con una remodelación integral de su fachada, que luce ya casi terminada y se ha visto despojada de casi todos sus andamios. En paralelo, el Begoña afrontó una obra más ambiciosa, con una reforma integral, planta por planta, de todo el edificio del antiguo sanatorio. Trabaja ahora en su última fase, la renovación de su recibidor, y esperan dar por finalizado el proyecto en cuestión de semanas, también a inicios del próximo año. La puesta a punto de ambos hospitales coincidirá en 2023 con los primeros trámites para la llegada de Quirón a Nuevo Gijón, que ahora que ha visto rechazadas las alegaciones presentadas contra su convenio con el Ayuntamiento puede empezar a diseñar su plan de obra.

La red pública, por el retraso en la licitación de Cabueñes –que se demoró primero en pandemia y fracasó después por no haberse ajustado el presupuesto actual de 79 millones de euros–, ha sido la última en entrar en esta carrera de reformas, pero lo hace ahora con una inversión récord en 2023: unos 50 millones de euros. De ellos, 38 se los queda la propia ampliación, pero el montante permite iniciar la esperada construcción del consultorio de Nuevo Roces y tramitar el proyecto del de Vega–La Camocha –los meses de retraso de la licitación impedirán que haya apenas obra real el año que viene–, así como empezar la renovación de toda la red de centros de salud con nuevos equipamientos como ecógrafos y retinógrafos. El que más cambiará será Puerta de la Villa, que tendrá una resonancia y un escáner, y que aglutinará la inversión en atención primaria, hasta ahora casi siempre apartada de los grandes proyectos. La salud mental, la otra gran olvidada en cuanto a dotación de recursos, vivirá en 2023 su primera oportunidad de repensar su modelo con el diseño de un nuevo edificio de salud mental, cumpliéndose una vieja demanda de los profesionales.

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