La pista de hielo de Gijón se despide con exhibición

"La respuesta ha sido tremenda", celebran los organizadores de las actividades del "solarón", que finalizan hoy con alrededor de 40.000 visitantes y tras un espectáculo de patinaje artístico

Sergio García

"A mí a los Juegos Olímpicos me llevas", le decía ayer David Shi a su amiga, la joven patinadora gijonesa Irina Ríos. Minutos antes, su exhibición en la pista de hielo del "solarón" había fascinado al público. Fue un espectáculo repleto de piruetas, giros, saltos y arte. Muchos optaban por grabar. Otros, por disfrutar en silencio de una de las últimas actividades que albergará el espacio de ocio del "solarón", que clausurará su campaña navideña con alrededor de 40.000 visitantes entre toda la oferta. Pese a la buena acogida de la "snow city", la atracción principal ha vuelto a ser la pista de patinaje. "Es la reina de la fiesta", asever Félix Luengo, gerente de la empresa Multiocio, encargada de las instalaciones. "El lleno ha sido continuo", explicó Luengo sobre una pista en la que han disfrutado más de 20.000 usuarios, principalmente niños y adolescentes. El gerente, sorprendido con la aceptación de las nuevas propuestas, tilda de "tremenda" la respuesta de los gijoneses una Navidad más. Las entradas combinadas, muy demandadas, dificultan establecer una cifra exacta de visitantes. Aun así, en Multiocio no ocultan su satisfacción.

Quien tampoco podía esconder su alegría ayer era Irina Ríos. "Esta es mi pista", afirmó una emocionada la joven, que se calzó sus primeros patines con apenas tres años. Su afición por el patinaje era compartida por sus padres, pero a la joven, de 17 años y estudiante de Bachillerato, se le complicaba la práctica de su pasión por la ausencia de infraestructuras. "Me volví a enganchar cuando pusieron la pista en la plaza de toros", subrayó Ríos, que perfeccionó su técnica con cursos de verano y viajando a Madrid en fines de semana. Vivió en la capital dos años. Ahora, de vuelta en su Gijón natal, compagina sus estudios con su gran afición. "Es difícil hacerlo", admitió la adolescente, ligeramente nerviosa antes de la exhibición. Poco a poco, esa excitación se evaporó. "Me ha hecho mucha ilusión, es como salir a competir", señaló Irina, que lamentó que, para mejorar en el patinaje, "no hay facilidades". Que solo haya una pista de hielo en la ciudad durante Navidades es un síntoma. No obstante, de cara al futuro, Ríos "no descarta" dedicarse profesionalmente al patinaje artístico, aunque mantiene los pies en el suelo. "Primero quiero acabar bien Bachillerato", confirma.

A María Alonso, antigua profesora de teatro de Ríos, no se le iba la sonrisa, agradecida por cómo Irina "deleitó" al público. "Sigue raspando momentos de su sueño", reivindicó. "Ha sido genial, es muy buena", añadía Lucía González, compañera de clase de Irina. "Es un deporte bonito que requiere trabajo y precisión", valoró otro amigo, Jorge Alonso, tras una exhibición sobre patines que supuso uno de los últimos coletazos de una pista de hielo que, un año más, ha sido un rotundo éxito. Hoy, última jornada para disfrutarla.

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