Entrevista | Álvaro Domínguez-Gil Hurlé Doctor en Farmacia, da una charla

"El ‘doctor Google’ tiene efectos adversos: da datos incompletos"

"Cumplir con el plazo y el horario de un tratamiento es clave para que funcione, pero muchos pacientes no le dan importancia"

Álvaro Domínguez-Gil.

Álvaro Domínguez-Gil. / Marcos León

El gijonés Álvaro Domínguez-Gil, doctor en Farmacia y especialista en farmacéutica hospitalaria, hablará hoy a las 19.00 horas en el salón de actos de la Escuela de Comercio, invitado por el Ateneo Jovellanos, sobre el escaso cumplimiento de los tratamientos médicos. Explica que la falta de información de la ciudadanía hace que muchos pacientes abandonen o modifiquen las dosis de su medicación por su cuenta o por las recomendaciones que encuentra en internet.

–¿Qué cree que falla en la prescripción de tratamientos?

–El resumen del problema es que muchos pacientes no cumplen los tratamientos prescritos por los médicos. Y no lo hacen por varios motivos, entre ellos, el olvido, las vacaciones o el cambio de horarios, pero también porque reciben instrucciones confusas que no entienden. Lo principal, sin embargo, es la falta de motivación del paciente y que aún no tenemos en cuenta la situación, por ejemplo, de personas sin hogar. Y este tipo de asuntos influyen mucho en el cumplimiento.

–¿Falta información?

–La comunicación es un factor clave, porque por mucho esfuerzo que pongamos en crear nuevos y mejores fármacos para mejorar los tratamientos, el incumplimiento de los tratamientos que tenemos ahora ya retrasa muchas veces la mejoría física y psíquica del paciente. La información es clave porque el Organización Mundial de la Salud (OMS) ya dio en 2012 la voz de alarma diciendo que el 50 por ciento de los pacientes no cumplían correctamente los tratamientos prescritos por el médico. Ya hay datos.

–¿Cuáles son los riesgos de no cumplir con las indicaciones?

–Variados. Por mi formación, y porque realicé mi tesis doctoral sobre farmacocinética, siempre he hablado de cómo hay que dosificar un medicamento para que produzca los efectos terapéuticos deseados. Cree un juego, los "cubos de la salud", que es muy visual y con el que trato de explicar precisamente los elementos fundamentales de un medicamento, cómo afectan al cuerpo, y qué provoca no tomarlos correctamente.

–Es muy habitual interrumpir un tratamiento de una semana si a los pocos días el paciente ya se encuentra mejor.

–Claro, eso es muy frecuente. Pero es que los medicamentos están diseñados de maneras muy concretas. Algunos están hechos para que se tomen durante toda la vida y otros para que solo se tomen durante periodo de tiempos muy cortos. Eso de que la gente deja de tomar la medicación cuando se siente mejor es muy habitual, y quizás el tema de los antibióticos es un ejemplo visible y conocido. Muchos se prescriben para ocho o diez días y se debe tener mucho cuidado con los horarios, con los tiempos de toma. Y es importantísimo cumplir bien las indicaciones de horarios de toma porque así consigues mantener en tu organismo la medicación en una concentración eficaz. Pero la gente no es muy consciente de eso y hace sus propios cambios. Por eso también los pacientes en un hospital se enfadan cuando les despierta la enfermera de madrugada para su siguiente dosis porque no entienden que tengan que despertarles para tomar una pastilla.

–Esos antibióticos que se dejan de tomar antes de tiempo después se quedan en casa y muchos aún recurren a ellos por su cuenta cuando vuelven a enfermar.

–Sí... Yo recuerdo un caso, bueno, hubo muchos, pero recuerdo uno concreto de una señora. Ella iba a la farmacia todos los meses a por la medicación que le había prescrito el médico. Era hipertensa y diabética. Bien, pues esta señora ingresaba en el hospital cada tres o cuatro meses muy descompensada de ambas patologías. En Cabueñes la tenían allí unos días, controlaban su situación y le daban de alta, pero a los pocos meses volvía a estar igual. Esta señora acabó falleciendo, y entonces la sobrina me trajo a la farmacia una caja entera de cosas que tomaba. Resulta que esta mujer, por su cuenta, había dejado la medicación y tomaba solo hierbas. Lo de los herbolarios a veces puede ser un problema porque algunos quieren ser prescriptores, pero el único prescriptor posible es un médico. La falta de información de la que hablábamos antes también se aplica aquí, porque la gente no sabe el daño que puede causarse hacer esos cambios por su cuenta.

–¿El "doctor Google" es un problema al alza?

–El "doctor Google" tiene claramente efectos adversos porque la información que da es limitada. Cuando te compras un coche nadie te dice que te puedes matar con él. Pero es que la información de este tipo de cosas no la tiene que dar internet, sino los sanitarios, que son los que tienen una base de formación sobre la toma de medicamentos. Con mis cubos también intento explicarle eso a la gente. Y hay que tener en cuenta, además, que el tema del cumplimiento terapéutico y de tratamientos tampoco es algo que se haya estudiado demasiado desde la sanidad, o al menos no lo suficiente. Este tipo de temas se comenzaron a investigar a partir del año 2000, así que también es normal que no sea hasta ahora cuando se está empezando a crear conciencia sobre esto.

–Junto a los antibióticos, quizás el otro tratamiento del que se abusa o no se usa correctamente con frecuencia sean los tranquilizantes, las pastillas para dormir.

–Sí. El problema de los inductores del sueño es que está relacionado también con el nivel de vida de las personas. Yo en la farmacia veo a gente que tiene a su padre con un ictus y a la madre con Alzhéimer y ellos tienen que trabajar. Claro, eso es angustioso, es como para dormir mal. Debemos ponernos en su situación. Porque cuando hablamos del consumo o abuso de ciertos medicamentos también hay pensar en por qué ocurre. La gente no toma medicación por capricho. Lo que hay que averiguar es cuál es la causa de esas conductas e intentar corregirlo en el origen.

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