Una renovación de líneas de autobús con pros y contras para los pasajeros

Los usuarios de la red apoyan la agilización de rutas, aunque no ocultan sus dudas: "No sé si me va a convenir"

Melody Encarnación, ayer, disponiéndose a subir al autobús en la parada de la Gota de Leche. | Marcos León

Melody Encarnación, ayer, disponiéndose a subir al autobús en la parada de la Gota de Leche. | Marcos León / Sergio García

Sergio García

"Me parece genial, así no tienes que ir con prisas a todas partes o antes de tiempo". Así se expresaba ayer Melody Encarnación, usuaria habitual de Emtusa en su rutina diaria, tras conocer la reordenación de líneas planteada para los autobuses municipales. Como ella, miles de viajeros tendrán que acostumbrarse, poco a poco, al nuevo modelo, previsto para implementarse a lo largo del año. La reestructuración, de cara a hacer más eficientes las rutas entre los barrios sin necesidad de pasar por el centro de la ciudad, cuenta con el beneplácito de Encarnación, que cada día se desplaza desde La Calzada hasta El Polígono para acudir al instituto. Un trayecto de alrededor de media hora de duración. "Vendrá bien que los viajes sean más rápidos", indica.

José Antonio Pontigo consulta el gráfico de LA NUEVA ESPAÑA sobre las nuevas líneas de Emtusa. | Marcos León

José Antonio Pontigo consulta el gráfico de LA NUEVA ESPAÑA sobre las nuevas líneas de Emtusa. | Marcos León / Sergio García

Melody Encarnación también apoya la mayor cobertura impulsada para Nuevo Roces. "Hay personas que quieren ir desde La Calzada hasta allí y tienen que pasar por el centro, hacer transbordo... Es difícil", explica la joven, que se muestra crítica con el sistema actual por el tiempo que requiere por parte de los usuarios. "Hay mucha gente que tiene que salir muy temprano de casa para coger el autobús", apunta.

A María José Urbaneja, sin embargo, el plan de Emtusa le genera incertidumbre. "No sé si me va a convenir o no. Y como yo, otros tantos", asevera Urbaneja, que suele trasladarse hasta La Camocha. "Si hay que hacer transbordo, por ejemplo, ya me joroba", sentencia la usuaria, que mantiene la prudencia. "Hasta que no vea cómo va a funcionar…", asegura María José, algo recelosa ante la viabilidad del proyecto municipal. "Depende", es su respuesta a si las medidas presentadas son de su agrado.

Belén Cavielles, por su parte, no utiliza con asiduidad el transporte público, aunque agradece una iniciativa destinada a agilizar los trayectos y, así, captar más viajeros para recuperar las cifras que manejaba Emtusa con anterioridad a la pandemia. "Cuanto más se facilite el desplazamiento y el movimiento, mejor", subraya Cavielles, que admite estar "encantada" con la renovación del servicio programada para este año. Pese a que considera apropiado revitalizar el modelo, Belén tampoco ve indispensables cambios drásticos. "Hay mucha frecuencia de buses", recalca la usuaria, que también respalda el desarrollo del sistema de transporte a demanda en la zona rural. Aunque, eso sí, matiza que en ese entorno de la ciudad "seguramente no viaje tanta gente".

En un tono similar se expresa José Antonio Pontigo, que a diario emplea la línea 12 desde el centro para regresar a su casa, en El Llano. Para él, la estructura existente "de momento, está bien así". Pontigo no tiene ninguna queja en cuanto a las frecuencias de las rutas y refleja sus reticencias hacia modificaciones que alteren los hábitos de los usuarios. "Si hacen muchos cambios, nos pueden fastidiar", asevera José Antonio, que reconoce que la conformidad de los viajeros respecto al nuevo plan está condicionada a las particularidades de cada uno.

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