El proyecto para fabricar eólicos en El Musel facturará 400 millones anuales

La mediación del secretario general de Industria, Francisco Blanco, clave para cerrar la negociación con un pacto "muy equilibrado" de Zima y Duro

Vista de la ampliación de El Musel, en una imagen de archivo.

Vista de la ampliación de El Musel, en una imagen de archivo. / MARCOS LEON

M. C.

La fórmula elegida por Zima y Duro Felguera para pasar de ser competidores a socios en el proyecto para fabricar plataformas para aerogeneradores marinos en la ampliación de El Musel, evitará tener que repetir toda la tramitación ante la Autoridad Portuaria para que les otorguen la concesión de 120.000 metros cuadrados en el Muelle Norte por la que ambos grupos empresariales habían presentado ofertas. Tras meses de negociaciones, ambos grupos industriales ya han alcanzado un acuerdo, tal y como adelantó ayer LA NUEVA ESPAÑA. Una vez que el proyecto esté en marcha, se prevé una facturación anual de 400 millones de euros. El proyecto, además, supondrá la creación de unos 800 puestos de trabajo entre directos e indirectos. Será también solidario con otros talleres asturianos, a los que subcontratará.

La negociación giraba en torno a constituir una sociedad conjunta para la fabricación de plataformas flotantes para aerogeneradores marinos. De constituirse una sociedad nueva, ambos grupos deberían de haber renunciado a su petición a El Musel y presentar una nueva con esa empresa, lo que supondría un nuevo retraso en la implantación de una instalación fabril que Zima preveía haber comenzado a construir en el Muelle Norte en enero de 2022. En lugar de constituir una nueva sociedad, el acuerdo pasa porque Duro Felguera tome una participación accionarial en la empresa constituida en enero del año pasado por el grupo Zima para solicitar la concesión en El Musel; Dea Astúrica, sociedad que lleva el nombre de una diosa astur.

Según fuentes al tanto del proceso de negociación entre las partes en los últimos meses, fue determinante la entrada en escena del recientemente elegido secretario general de industria y pyme, el gijonés Francisco Blanco Ángel, para desbloquear la negociación entre las empresas, que llevaba meses estancada. "El acuerdo se consiguió gracias al Ministerio de Industria, en concreto de Francisco Blanco, el secretario general, que fue capaz de aunar todas las voluntades de manera discreta y muy bien hecha y eso lo ha desbloqueado" después de un año sin llegar a acuerdos, explican las fuentes consultadas. Al final se ha alcanzado "un acuerdo muy equilibrado", agregan, añadiendo el interés que han mostrado todas las administraciones en que este proyecto salga para adelante.

Los términos concretos del acuerdo aún no han trascendido, más allá de que aún falta su rúbrica formal. Al no cambiar la sociedad que solicitó la concesión al Puerto, es previsible que el asunto se analice en la reunión del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Gijón que está previsto que se celebre la semana que entra. El plazo del Puerto para pronunciarse sobre el trámite de competencia entre los proyectos que habían presentado Zima y Duro lleva semanas vencido, si bien la Autoridad Portuaria no dio ese paso a la espera del resultado de las negociaciones en marcha entre las empresas, de las que estaban al tanto en el Principado y en diversos ámbitos empresariales asturianos.

Con un año de retraso respecto a las previsiones para iniciar la obra, acelerar los trámites en lo posible es clave dado que la fábrica de plataformas flotantes para sustentar a los aerogeneradores marinos debe estar en producción en 2025, para no llegar tarde a un mercado en plena expansión a nivel mundial, en el que para esa fecha los potenciales clientes esperan contar con sus pedidos y en el que la actual capacidad de producción a nivel mundial de esas plataformas flotantes es muy limitada.

Las alternativas por las que están apostando quienes quieren entrar en ese mercado son las de utilizar astilleros o montar instalaciones ad hoc, como será el caso de la de El Musel. Algo que tiene la ventaja de hacer algo a la medida respecto a adecuar una factoría concebida para otros fines como es la construcción de barcos.

El proyecto de El Musel implica una inversión de 80 millones de euros, de los que aproximadamente la mitad serán en la adquisición de bienes de equipo y más de 30 millones en obra civil y edificaciones. La obra empezará previsiblemente hacia el verano, si bien quienes tendrán la labor más complicada serán los técnicos encargados de las compras de materiales y bienes de equipo debido a las posibles complicaciones en la cadena de suministro. En esos 80 millones de euros no se incluye la partida para circulante, los fondos necesarios para comprar los suministros para empezar a fabricar aerogeneradores.

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