Mudanza con escamas en Isabel la Católica: los dragados obligan a trasladar los peces

Los trabajos en el parque siguen con el vaciado de los estanques

Sergio García

El lavado de cara del parque Isabel la Católica sigue su curso. Las primeras labores de dragado en 40 años de los estanques del emblemático espacio, iniciadas el pasado lunes con el objetivo de mejorar la calidad de las aguas y de lograr la recuperación integral del pulmón verde, vivió ayer un capítulo peculiar. Las labores, efectuadas por la empresa avilesina Construcciones Estévez Mena, se centraron en el traslado de los peces del estanque Este, con una superficie de 2.502 metros cuadrados, para ser realojados en el estanque grande central, que ocupa 10.630 metros cuadrados. Una medida que forma parte de un proceso con el se pretende reducir significativamente las cantidades de lodo con cambios en el funcionamiento del sistema hidráulico. Y respetando en lo posible el ecosistema.

Alrededor de medio centenar de ejemplares ya han sido recogidos por los varios operarios que trabajan en el desarrollo de unas labores de dragado, que se prolongarán durante seis meses. Kois, carpas o anguilas son algunas de esas especies presentes en el estanque, que ya ha perdido bastante agua tras la instalación de una bomba de achique hace dos días. José Luis García López, cuidador de los pájaros del parque y uno de los conocedores por excelencia de la fauna del espacio, también colaboró para agilizar el procedimiento. "Echamos una mano al inicio de la jornada", asegura García sobre un traslado preparado para ninguno de los peces sufra daños. Para garantizar esta circunstancia, se hace uso de redes y cubos para el transporte. Los movimientos son además suaves y el "viaje" de un estanque a otro, rápido. Así ninguno de los ejemplares sufre daños.

Muchos de los paseantes en la zona verde se detuvieron ayer para ver cómo se extraían los peces del estanque. "Estábamos paseando y nos llamó la atención ver a unos operarios con redes", asegura Margarita García, que cruzó a media mañana el gran pulmón verde junto a sus hijos, Aurora y Javier Peña. La renovación de todo el espacio acarreará un gasto de un millón de euros. Los trabajos han arrancado con el dragado del lago Este, mediante un desagüe que se realiza por una arqueta que hay al pie del propio estanque para que esta empiece a fluir hacia el canal del Molino. La colocación de las vallas de obra y de las casetas destinadas a que los trabajadores puedan cambiarse mientras desarrollan sus labores es otra de las medidas que atestiguan que la metamorfosis del parque ya avanza a gran velocidad.

El dragado de los estanques es la actuación más cara de cuantas ha llevado a cabo el gobierno local para mejorar la situación de Isabel la Católica. Busca paliar los daños medioambientales causados por la acumulación de lodo e implica el traslado de aves y peces, una labor que los operarios realizan con calma. El parque, uno de los más populares de Asturias, es Bien de Interés Cultural desde 2016. Por tanto, todo debe hacerse con "máximo cuidado". El realojo de las aves y los peces es un paso crucial en el proceso de reforma de uno de los pulmones gijoneses, aquejado en sus zonas con agua de floraciones de algas, toxinas y malos olores, tras décadas sin intervención alguna.

Suscríbete para seguir leyendo