Pedro Roldán | Presidente de la Sociedad Cultural Gijonesa y uno de los impulsores de la candidatura de Luis Miguel Piñera para cronista oficial

"Piñera es a nivel social cronista de Gijón, ahora toca oficializarlo"

"Es extraño que no se recuperase antes esta figura que hace de albacea de la historia y los acontecimientos de la ciudad"

Pedro Roldán, en la sede de la Sociedad Cultural Gijonesa.

Pedro Roldán, en la sede de la Sociedad Cultural Gijonesa. / Ángel González

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Pedro Roldán es el presidente de la Sociedad Cultural Gijonesa, entidad que junto al Ateneo Obrero ha impulsado una propuesta para que Luis Miguel Piñera, historiador y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, sea nombrado cronista oficial de Gijón, un puesto que lleva más de tres décadas vacante. Roldán expone algunos de los motivos que le han llevado a promover esta iniciativa y argumenta las claves por las que considera que Piñera cumple los requisitos adecuados para esa responsabilidad.

–¿Cómo surge la propuesta?

–Hace bastante tiempo que lo habíamos hablado en la directiva de la entidad y, en alguna tertulia informal, con los socios. Conocemos mucho a Luismi todos. Nos parecía un poco extraño que una ciudad como Gijón no hubiese recuperado después de tanto tiempo una figura que tiene un papel clave y que se está recuperando en otras ciudades de Asturias. Es una figura necesaria de carácter honorífico, no remunerado, pero tiene un reconocimiento oficial y público. De alguna manera, es el albacea de la historia y los acontecimientos de la ciudad. Es importante que exista. Es difícil construir el futuro, si no somos capaces de recordar y conocer bien nuestro pasado. Por eso, es importante.

–¿Por qué considera que Luismi Piñera es la persona adecuada?

–Porque su figura conecta perfectamente con ese puesto. Es una persona que lleva muchos años haciendo un trabajo ejemplar. Es una persona tremendamente curiosa, le interesan todos los ámbitos de la historia de Gijón. Pero no solo los grandes datos de la historia, sino también la intrahistoria, en la que es un experto. Luismi Piñera ha escrito libros sobre los diferentes barrios de la ciudad, que cuentan cómo se generaron. Y también sobre diferentes colectivos, no necesariamente emblemáticos, peor que forman parte de lo que es Gijón.

–¿Qué más aspectos de Piñera destaca?

–Dudo que haya algún tema de la historia más reciente de la ciudad, del último siglo, en el que Luismi Piñera no haya trabajado. Puede aportar cosas muy enriquecedoras. No solo es importante conocer la historia de las termas romanas, sino también recordar cómo era la vida, en los barrios y los colectivos locales. Es una persona que tiene una visión muy enriquecedora sobre la memoria histórica y democrática, de las clases trabajadoras, o del pequeño comercio. Es una persona muy discreta para generar amplios consensos porque su trabajo se ha caracterizado siempre por la seriedad.

–¿Cómo ha sido el trabajo conjunto con el Ateneo Obrero para registrar la petición?

–El Ateneo Obrero siempre fue copartícipe de este sentimiento que teníamos todos. Algunos socios nos lo plantearon un poco más formal a ambas entidades. Hablamos con el interesado, que estaba un poco deslumbrado, porque es alguien muy modesto que no tiene afán de protagonismo. Luego, nos dijo que estaba dispuesto, le hizo ilusión la propuesta.

–En apenas dos días, la iniciativa ha recibido un aluvión de apoyos en la ciudad. ¿Lo esperaba?

–Teníamos claro que podía generar un consenso amplio no solo en la política, sino también en el ámbito social. Porque Luismi Piñera en la práctica ya está reconocido como el cronista de Gijón, aunque no sea el oficial. Ahora, tocar dar un paso más para que sea reconocido oficialmente, para que se convierta en derecho el hecho que ya sucede como tal.

–Gijón lleva más de tres décadas sin esta figura. ¿Se ha perdido mucho tiempo?

–Ha sido un gran error que durante 30 años no hubiese cronista oficial, un puesto que ocuparon figuras tan emblemáticas como Julio Somoza. Entender la historia de Gijón sin ese trabajo que hizo Somoza sería muy complicado. En una época de mucha digitalización, y en la que hay riesgo que se pierdan datos importantes de la historia social, de la que Luismi Piñera es un gran experto, era necesario apostar por él como cronista. No entendíamos que una ciudad del prestigio de Gijón no tuviese un cargo de este tipo.

–¿De verdad no le ha sorprendido la gran unanimidad política a la hora de alabar la figura de Piñera?

–Nosotros no hemos hablado con ningún grupo político todavía, han salido hablando ellos al ser preguntados por la prensa. El motivo es que no queríamos que, en un momento como este, cuando no están lejos las elecciones, se mezclen temas. Sabíamos que la propuesta de Luismi Piñera para ser cronista oficial podía generar un consenso muy amplio y preferimos no recabar apoyos de nadie, sino soltarlo como una propuesta bien argumentada y esperar por las reacciones, que como estamos viendo son muy positivas. Así que ahora queremos que siga los cauces adecuados. Me gustaría romper una lanza por los consensos, porque estamos en una época en la que la ciudadanía exige a los políticos que haya ámbitos en los que sí se pueden conseguir. Los partidos no deberían utilizar un tema así como batalla electoral.

–En los tiempos actuales, con un claro proceso de avance de lo digital, ¿en qué medida necesita modernizarse la figura del cronista oficial?

–Más que adaptar la figura del cronista, el que tiene que adaptarse es el cronista, pero como cualquier persona en su trabajo actualmente en cuanto a la digitalización. Luismi Piñera lo tiene claro y una gran parte de su trabajo lo realiza vía internet, de forma digital. La persona que desempeña un cargo tiene que trabajar con las herramientas de su época. No se trata de tener un cronista experto en buscar papeles en bibliotecas, sino también que sea capaz de controlar las herramientas, con los cambios tecnológicos que se producen. Luismi Piñera cumple con creces esa condición.

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