Los colegios de Gijón se entregan a la paz con bailes y dibujos

La vacuna contra el coronavirus y la guerra en Ucrania centran los actos contra la violencia en los centros educativos de la ciudad: "Es importante plantear este día en positivo"

Más de mil grullas de papel, un paseo de la fama hollywoodiense, una mochila contra la violencia... Los colegios gijoneses celebraron ayer el Día de la Paz, este año ya sin las restricciones que trajo la pandemia, tras una semana de talleres y manualidades en grupo. Con la guerra de Ucrania y la importancia de la vacunación tras la crisis del covid-19 como protagonistas, los profesores defendieron la importancia de retomar sin mascarillas una jornada que suele aprovecharse para difundir la labor de ONG’s locales y para desarrollar los proyectos educativos de buenos tratos, hoy en día ya extendidos por toda la red educativa.

Cada centro innovó a su manera. En el colegio Lloréu, los niños y sus familias decoraron el centro con cientos de grullas de papel. Lo hicieron tras descubrir la historia de Sadako Sasaki, una pequeña japonesa que, enferma de un cáncer tras su exposición a la bomba atómica de Hiroshima, se propuso el reto que le recomendó una amiga de realizar mil grullas de papel para llamar a la suerte y poder curarse. "Falleció cuando llevaba más de 600, y sobre ella hay un libro que leímos en clase para aprender que desde entonces la grulla es el símbolo de la paz en Japón", aclara Milagros González, directora del centro, que explica que el reto se superó con creces gracias a la implicación de las familias. "Debimos de colocar más de 1.500 grullas por el centro y ahora hay niños que quieren ver si podemos llegar a los 2.000, aunque igual son demasiadas", bromea. El colegio se sirvió también de la historia de Hiroshima para explicar a los pequeños los motivos del actual conflicto de Ucrania y aprovechó que dos de los padres de la comunidad educativa son músicos para organizar una actuación en directo. Fueron David González Montenegro, del dúo "Moriarty" y el guitarrista Emilio Ribera, ambos progenitores de sendos alumnos de cuarto curso. El repertorio se centró en dos temas icónicos del Día de la Paz: "Color esperanza" de Diego Torres y "No dudaría", de Antonio Flores.

En el colegio Jovellanos, por su parte, la temática escogida este año para el Día de la Paz fue África y los diversos proyectos de solidaridad y contra la pobreza que se desarrollan en el continente. "Los más pequeños aprendieron sobre el tema con cuentacuentos y los de Primaria, con un formato de ‘scape room’", explica Yolanda López, responsable del centro. Todo el alumnado se preparó una coreografía de "flashmob" al ritmo de "Me gusta la vida", de Funambulista que representaron ayer en el patio de recreo rodeados por una gran paloma que realizaron con materiales reciclados.

En el colegio Virgen Mediadora de las Dominicas, hicieron un "Dominicas Walk of Peace", una versión particular del paseo de la fama de Hollywood con el que cada clase consensuó una idea que les definiese como grupo y que representase sus logros particulares en favor de la convivencia. Los niños de 1.º B acordaron que su estrella premiaba su empatía. Los de 1.º A pusieron en la suya: "Querernos mucho". Los de 4.º B pactaron que su gran lema es el diálogo. El alumnado redecoró después todo el colegio para organizarse como un bulevar, sirviéndose de sus pasillos para inventarse nombres de calles. Algunos de los viales elegidos fueron "calle a Tope de Fe" y "Luces de empatía". "Intentamos variar la temática cada año y hacer propuestas en positivo", razonó la docente María Rivera.

El Día de la Paz se celebró en el Patronato San José con un acto breve pero muy pensado. Los niños jugaron con la idea de imaginarse qué meterían en su mochila para lograr la paz. Metieron, entonces, una goma, "para borrar lo que está mal", unas tijeras "para cortar la violencia y los insultos" y un "tipex" para "corregir, pero no tachar". Lorena Barreñada, la directora, sigue con la lista: "Metimos ceras de colores porque todos somos diferentes y necesarios, un subrayador para resaltar lo bueno que tenemos cada uno y pegamento para fomentar aquello que nos une. También una calculadora para aprender a sumar, compartir y multiplicar los abrazos. Fue un acto sencillo, pero muy bonito".

Una idea de Unicef y la crisis del covid-19 sirvieron al Corazón de María para expresar en cartulinas la receta de una posible vacuna por el buen trato. En Los Campos, por último, explican haber celebrado el día "a toda máquina", porque cada clase del centro diseñó en cartulinas un vagón que acabó formando un tren de la paz lleno de dibujos y lemas por el buen trato.

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