"Folixa pa toos", amistad muy familiar en el Antroxu de Gijón

Tías, sobrinas y varias primas forman parte de la charanga que ensaya en Roces, en la que reina el "buen rollo": "Tenemos muy buena relación"

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Laura y Estela Novoa son primas, pero como si fueran hermanas. Se llevan doce días entre sí, viven puerta con puerta, celebraron la comunión juntas, hacen los cumpleaños juntas también y hasta tienen el mismo grupo de amigas. También son dos de las integrantes de la charanga "Folixa pa toos", una agrupación que este año supera el medio centenar de integrantes y que promete unos ritmos de quitar el hipo. El caso de estas dos jóvenes no es el único de familias que hay en la agrupación que ensaya habitualmente en el pabellón del colegio Alfonso Camín, en Roces. Si todos sacaran sus documentos nacionales de identidad se vería que muchos de ellos comparten apellidos. Tienen un árbol genealógico que da gusto verlo. Hay papás, mamás, hijos, tías, sobrinas y hasta algún que otro abuelo. Y los que no comparten sangre, lo que sí tienen es una relación de amistad de esas que son ya para toda la vida. "La relación que tenemos entre todos los que formamos la charanga es muy buena", avisan a voz en grito los integrantes de "Folixa pa toos".

Los casos de familiares abundan en esta agrupación. Ahí va otro. Sole Morgado y Sara Rodríguez tienen 28 y 31 años. Nadie lo diría a simple vista y viendo sus apellidos pero son sobrina y tía respectivamente. Se lo toman todo con humor. La mayor se enroló en "Folixa pa toos" gracias a un profesor que tuvo en el instituto que le metió el gusanillo del Antroxu. Gusanillo que le dura todavía hasta ahora. Y la segunda, la más joven, lo hizo porque estaba su tía ya dentro y quiso seguir sus pasos. La familia, ya se sabe, tira mucho y en estos casos más que nunca. "El ambiente que tenemos es muy guay. Es mucho curro, sí, pero bueno esto nos presta. Eso sí, a los de casa los tenemos locos con tanto disfraz para arriba y tanto disfraz para abajo", comentan, entre risas, las dos chicas, que son todo alegría y espíritu carnavalero.

La agrupación se fija en el Jovellanos, pero no en el puesto: "Nos gusta mucho actuar"

Mientras ellas conversan, llegan al ensayo en el centro de Roces Bárbara Abad, que es prima y sobrina respectivamente de las dos mujeres anteriores. "Me reclutaron cuando tenía 16 años y aunque tuve dos años de parón ahora he vuelto", explica. Volviendo a las dos primas, Laura y Estela Novoa, las dos están contentas de que se haya sumado este año nueva gente a la charanga. Antaño eran unos 43 y ahora sobrepasan el medio centenar. "La gente nueva que ha venido es muy competente. Además, entre todos nosotros tenemos muy buena relación. En el grupo también están amigas que consideramos íntimas", añaden.

La amistad es algo muy importante en esta charanga, cuyo presidente es Miguel González, conocido en los ambientes carnavaleros como "Migue". Llega al ensayo con el tiempo pegado a los talones para supervisar los últimos retoques de una puesta en escena en el teatro Jovellanos que tendrá mucho ritmo. Las canciones que están componiendo prometen mucho y lo único que se puede avanzar es que toman como ejemplo temas muy moda.

Miguel González trabaja como camarero en una conocida sidrería de Pumarín, el restaurante El Saúco. "Lo de estos días es lo de siempre, que vas con prisas a todas partes", cuenta. Lo dice porque como sucede en todas las charangas en esta recta final antes de descorchar el carnaval, en "Folixa pa toos" están ultimando los últimos retoques antes de salir a darlo todo por las calles de la ciudad. González reconoce sin tapujos que subirse a las tablas del teatro Jovellanos es algo que gusta, y mucho, a este grupo que lleva el color verde por bandera. "El pasacalles está muy bien y lo hacemos con mucho interés, pero a nosotros lo que nos gusta es actuar", relata en referencia al concurso de charangas sobre las tablas del imponente teatro Jovellanos.

Se lo toma, no obstante, con calma. No en vano, tiene mucha experiencia en el tema. La charanga lleva en marcha desde el 2008. "Las charangas tenemos que madurar. Me refiero a que nos tiene que importar poco el puesto", concreta González. Lo dice porque al final la clasificación la determina un juzgado de unas pocas personas y es más importante gustar al público general que al que pone las notas. "Lo que cuenta es gustarle a la gente. Ese tiene que ser el premio. Si te fijas mucho en el puesto al final cuando no consigues el que crees que mereces te acabas desanimando", añade. Eso no parece que vaya a pasar en "Folixa pa toos", que ya logró el triunfo en el 2017 y otros dos segundos puestos desde que empezaron a meter mucho ruido en el Antroxu de Gijón. Este año, con unos ritmos que van a dar mucho que hablar y con el mismo buen rollo de siempre, la charanga llega en muy buen momento.

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