Así era Honorino, el "gijonés alegre" de la esquela viral: "Le encantaría ver que está arrancando risas"

"Le gustaba estar metido con los amigos en el bar, lo de estar en casa no era lo suyo", cuenta su familia, encantada con la oleada de buen humor que ha generado la esquela

El gijonés Honorino Molleda, junto a la curiosa esquela que le ha hecho famoso

El gijonés Honorino Molleda, junto a la curiosa esquela que le ha hecho famoso

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Gijón

A Honorino Molleda Iglesias era habitual verle siempre con una sonrisa, alegre y disfrutando con su familia y amigos. Ni siquiera algunos achaques que se le presentaron durante su vida le hicieron cambiar su ánimo. Por eso tenía claro que cuando se muriese sus familiares y amigos le recordasen de esa misma manera, con una sonrisa. Esta es la historia del gijonés de la esquela que se ha vuelto famosa por sus peculiares mensajes.

Honorino falleció el pasado viernes y su familia recogió el guante. En su esquela, debajo de su nombre, aparece una de sus frases más utilizadas. “Ya vos dije yo que taba malu”, en alusión a cómo se tomaba siempre con filosofía y buen humor las dolencias que iban apareciendo. La esquela, que no ha pasado desapercebida, también incluye otro guiño en el tramo final: “Por expreso deseo de Honorino NO SE ADMITEN FLORES, prefiere que guardéis les perres pa tomar algo”. 

La curiosa esquela del gijonés alegre: "Ya vos dije yo que taba malu"

La curiosa esquela del gijonés alegre: "Ya vos dije yo que taba malu"

Honorino Molleda Iglesias, natural de Peón, pero afincado gran parte de su vida en Gijón en el barrio de Laviada, falleció a los 67 años. En la tarde de este sábado, en el Tanatorio de Cabueñes, se celebró el acto de despedida, previo a la incineración de sus restos mortales en el mismo tanatorio. 

“Mi padre siempre fue muy sociable. Le gustaba estar metido con los amigos en el bar, lo de estar en casa no era lo suyo. Siempre estaba de broma y alegre. Y también decía que el día que muriese que eso de andar con lloros y eso que nada. Y quería también poner algo gracioso en la esquela”, cuenta su hija, Vanesa Molleda.

Esa frase de que ‘ya vos dije yo que taba malu’ la usaba mucho, porque aunque era joven, siempre andaba con alguna dolencia”, añade. Respecto a lo de las flores, su hija cuenta con una sonrisa: “La idea original era poner que se tomasen un cacharru, pero igual había gente que se sorprendía y lo pusimos un poco más suave". Recurrieron así a la fórmula más genérica de "tomar algo". 

La esquela no ha pasado desapercibida. La familia se ha despedido de Honorino Molleda Iglesias con una sonrisa y un buen recuerdo. “Yo misma fui la primera que me eché una risa cuando la vi nada más ponerla”, dice su hija. “Me presta mucho pensar que mi padre estaría encantado de ver que está arrancando risas a gente que ni siquiera conocía”, añade. 

Sus familiares también destacan la necesidad de afrontar el duelo de la pérdida con naturalidad y quedarse con lo positivo. “El problema no es morir, la clave es estar vivo con calidad de vida, y que mientras estés puedas disfrutar, como él hizo”, concluye su hija. 

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS

Tracking Pixel Contents