Las víctimas del capataz de Emulsa: "Decía que para ascender hay que tener las tetas grandes"

El encargado sancionado por "encubrir" al jefe despedido niega su implicación en los hechos y pide ser indemnizado con 15.000 euros

Un vehículo de Emulsa.

Un vehículo de Emulsa. / MARCOS LEON

S. F. L.

"Presiones" para acudir a comidas privadas, comentarios sobre el aspecto físico y avisos como que para ascender en Emulsa hay que "tener las tetas grandes" o "tener enchufe". Estas fueron algunas de las acusaciones vertidas ayer por dos de las presuntas víctimas de acoso sexual a manos del capataz despedido de Emulsa que declararon ayer en un juicio celebrado en el Juzgado de lo Social número 1, tal y como relataron los letrados presentes. Un juicio celebrado a causa de una demanda presentada por el encargado sancionado de empleo y sueldo por, a juicio de Emulsa, haber sido conscientes de estos hechos y no haber intervenido. Este empleado, ahora mismo de baja laboral, defiende que no supo que las empleadas se sentían acosadas y que, aunque era posible que el capataz tuviera a veces comentarios "inapropiados", nunca trató de "encubrir" un caso de acoso. "La sanción es correcta y está más que justificada", comentó Antonio Sarasúa, abogado de Emulsa.

Las dos empleadas, explica el letrado, señalaron trabajar en condición de eventuales y que, por tanto, no se atrevían a enfrentarse al capataz, pero que sí avisaron de su situación a otros compañeros. Ayer declaró, de hecho, otro capaz que aseguró que él mismo le había contado al encargado que el jefe ahora despedido estaba comportándose de manera inadecuada. Estas víctimas explicaron también que el capataz las "presionaba" para quedar a comer, que insistía en llevarlas a trabajar en su furgoneta y que pedía hacerles fotografías. Una de ellas aseguró ante el juez que durante su tiempo bajo la órdenes de este capataz ir a trabajar era "lo peor", pero que no quería quedarse sin empleo. Su versión contó con el apoyo del capataz que explicó haber dado la voz de alerta, pero también con la versión contraria de una tercera capataz que explicó que jamás había visto "nada raro" en la empresa.

También fueron citados a declarar tres de los máximos responsables de Emulsa durante estos años: Alfonso Baragaño, exgerente de la empresa –y cesado a raíz de este escándalo a finales de año–; Javier Merás, jefe de servicio en parques y jardines, y Marta González, responsable de derechos humanos. Aclararon cuestiones más bien técnicas. Baragaño explicó que la sanción al encargado se firmó cuando él ya había sido cesado y Merás y González se limitaron a reafirmar que su equipo tuvo constancia de este posible acoso sexual a raíz de una denuncia por acoso laboral que motivó una comisión de investigación. Niegan, por tanto, que este encargado les hubiese comunicado cualquier tipo de incidencia, y entienden que debería haberlo hecho. Esta comisión por acoso laboral que destapó el caso del capataz hizo estallar la polémica el pasado octubre, pero los presuntos comentarios inapropiados llevaban "varios años" ocurriendo.

El demandante, por su parte, entiende que la sanción no es correcta y que se tramitó indebidamente. Y pide que su sanción de empleo y sueldo, que duraría 120 días en cuanto termine su baja, se anule, así como que se le indemnice con 15.000 euros por daños a su honor. Emulsa, por su parte, insiste en mantener su sanción porque ve probado que otros empleados acudieron al encargado para comentarle lo que estaba pasando y que los comentarios que refieren las víctimas sí deben entenderse como acoso sexual.

Suscríbete para seguir leyendo