Cadenas de producción, trabajadores "semiesclavos" y kilos de droga para Reino Unido: así era la gran fábrica china de marihuana desmantelada en Gijón

El personal, obligado a dormir en naves de Tremañes, lavaba sus platos en la ducha l Cuatro detenidos y 3.400 plantas incautadas

Así es la nave en la nave de Gijón en la que una banda china cultivaba miles de plantas de marihuana

Policía Nacional

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Producción en cadena en dos naves arquitectónicamente preparadas para tener la logística necesaria para producir cosechas de droga todos los meses, exportaciones al Reino Unido y empleados trabajando en polígonos industriales en Tremañes como «semiesclavos» en pleno año 2023. Así funcionaba la mayor banda de tráfico de marihuana de origen chino de Gijón, un grupo criminal capaz de armar una verdadera fábrica de droga hasta que hace dos días fue desarticulado por la Policía Nacional en una macrooperación desvelada por LA NUEVA ESPAÑA denominada «Cathay». La intervención se desarrolló en dos naves industriales del polígono de Promosa y del Bankunión II, pero también en un ático y un trastero de la zona del Náutico. Los agentes se incautaron 3.400 plantas, 160 kilos de cogollos ya empaquetados y 3.000 euros en billetes de 50. Hubo cuatro detenidos, uno de los cabecillas y tres empleados que vivían en unas condiciones tan lamentables que hasta tenían que fregar sus platos y palillos en la ducha. 

El operativo de la Policía Nacional sirvió para atajar uno de los mayores alijos de droga que se recuerda en los últimos años. La Comisaría de El Natahoyo catalogó ayer al grupo desmantelado como la mayor organización de origen chino dedicada al tráfico de marihuana en Gijón. La investigación llevaba activa varias semanas, desde que la Brigada de la Policía Judicial tuvo conocimiento del posible asentamiento del grupo en la ciudad. Ya desde entonces se creía que la banda tenía trabajadores funcionando como «súbditos». La investigación se aceleró cuando pillaron a uno de los responsables transportando parte de la cosecha mensual a un ático. Había en la nave registrada del polígono de Promosa, situada en la calle W7, aparcada en su interior una furgoneta blanca. 

Dentro de las naves registradas por los agentes había gigantescas plantaciones de marihuana. Toda una jungla de cannabis. La banda se dedica a la plantación «indoor», es decir, en interiores. Lo tenían todo perfectamente medido para conseguir el máximo rendimiento. Las naves habían sido retocadas arquitectónicamente con paneles de madera y escayola para dividir el interior de los edificios en varias estancias. Eso les permitía tener diferentes ritmos de cultivo de tal forma que establecieron «una cadena de producción eficaz y continua», señala la Policía. Lograban tener cosechas todos los meses y luego seguir con el proceso de secado, envasado y empaquetado de la mercancía. Dicha mercancía se llevaba a un trastero frente a El Náutico donde la almacenaban hasta ser exportada a tierras inglesas. Esta clase de droga vale casi el doble en las calles del Reino Unido que en las de España. 

La operación se saldó con cuatro detenidos. Un responsable de la banda y tres peones. Este grupo no solo se dedicaba al tráfico de drogas sino que tenía a estas tres personas trabajando prácticamente las 24 horas del día en las naves industriales registradas en Promosa y Bankunión II. Disponían de muy pocas comodidades y vivían en condiciones insalubres. Dormían, cocinaban, comían y se aseaban como buenamente podían en estos edificios. La Policía Nacional distribuyó varias imágenes tanto de las mayúsculas plantaciones como de las zonas en las que los detenidos hacían vida. En una de ellas se puede ver lo que parece una cocina y un comedor. Se aprecia una encimera llena de cacharros. Sobre ella hay una vitro cerámica eléctrica, garrafas de aceite, cazuelas, ollas, numerosos cuencos, un microondas, una estufa eléctrica y unas cajas del medicamento Frenadol, entre otras cosas. En esta estancia, los trabajadores debían de comer porque los agentes inmortalizaron una mesa llena de platos con restos de alimentos, rollos de papel higiénico y un cenicero lleno de cigarrillos apagados. Por el suelo, se aprecian chanclas, suciedad y alguna que otra colilla. 

Las imágenes distribuidas por los agentes muestran los lugares en los que los trabajadores dormían. En una de ellas se ve un colchón tirado en el suelo cuyo cabecero es una caja de cartón. Hay una modesta mesita de noche, también con un rollo de papel higiénico, un cargador de móvil y varios paquetes de tabaco. Se adivina un bote de lo que parece café soluble, seguramente empleado como cenicero. Aunque la comodidad de esta estancia brille por su ausencia, las fotos de la Policía muestran otras tres literas en las que apenas cabe una persona, encajonadas en un zulo en el que si una persona extendiera los brazos tocaría ambas paredes. 

Los cuatro detenidos están acusados de varios delitos. Se les imputa un delito contra la salud pública, otro por pertenencia a organización criminal y otro por blanqueo de capitales. Pasarán hoy a disposición judicial en el Palacio de Justicia de Gijón. La investigación la lleva el Juzgado de Instrucción Número 1 de Gijón. El juez deberá determinar si ingresan o no en prisión a la espera de que se celebre el pertinente juicio. Uno de los cuatro detenidos participó hace dos días en los larguísimos registros policiales en Promosa. Fue necesario esperar por un traductor  para poder comunicarse con él. 

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