La Policía toma un polígono de Tremañes: cultivaban miles de plantas de marihuana y "no era normal el olor a droga que había"

Los agentes, que detuvieron a una persona china en el registro de dos naves, se incautaron de más de dos mil plantas y "muchos kilos" de cannabis

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Más de 2.000 plantas de marihuana, muchos kilos de droga lista para su venta y hombres de nacionalidad china viviendo prácticamente las 24 horas del día en naves industriales de Tremañes para cultivar el cannabis. Esas son las líneas maestras de la macrooperación contra la droga ejecutada por la Policía Nacional ayer en Gijón con la que se desarticularon al menos dos importantes plantaciones de cannabis en dos construcciones industriales. Una en el polígono de Promosa y la otra, en Bankunión 2. Hay, por ahora, un detenido. Se trata de un chino que, según las fuentes consultadas, sería supuestamente un mero empleado de una organización criminal más potente a la que la Policía le sigue la pista. "No era normal el olor a droga que había", apuntaron varios trabajadores del polígono de Promosa.

La Policía Nacional llevaba varias semanas cocinando la operación, pero fue ayer cuando decidió ir un paso más allá entrando en las dos naves. Una multitud de agentes se personaron en el número 40 de la calle W7 del polígono de Promosa, al pie de la avenida de Los Campones. Había agentes uniformados, otros de paisano, de la científica y algunos mandos. La voz cantante la llevaba la brigada de Estupefacientes. También había varios coches. Solo por los comentarios que se hacían los policías entre ellos se podía intuir que la cantidad de droga en el interior era importante. "Vas a tener que tirar esa ropa", le dijo uno de los agentes más veteranos, en tono de broma, a una más joven de la científica, en referencia al fuerte olor que deja la planta de cannabis en el ambiente.

Las diligencias están abiertas en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Gijón. Personal de este juzgado ya estaba presente en la nave cuando a las 12.53 llegó el, por ahora, único detenido. Es un chino de mediana edad al que trasladaron en coche y esposado. La Policía le necesitaba para efectuar el registro. No pudieron entrar inmediatamente porque tuvo que esperar a que llegara un traductor. Según fuentes muy cercanas al caso, la hipótesis es que esta persona solo sería un peón de un organigrama criminal más complejo. Tampoco sería el único trabajador. Habría varios más prácticamente viviendo en las naves registradas para estar al cuidado de las plantas.

El registro llamó la atención de muchos trabajadores de Promosa. Varios comentaron que el inmueble registrado llamaba la atención por su olor. "Los días de viento se notaba el tufo a droga", explicó un operario. El edificio es similar a otras naves de la zona, aunque sin ningún cartel de ninguna empresa y con fachada mucho más descuidada. Tiene un gran portón de garaje y llama la atención en su frontispicio por un gran ventanal desde el que se podría ver el interior de no ser porque se encuentra perfectamente tapiado. Según cuentan los trabajadores, tampoco se percibieron movimientos extraños en los últimos días. "Entro a las siete de la mañana y me voy a las cinco de la tarde todos los días y nunca vi a nadie por aquí", explicó otro empleado. Muchos creen que la nave la explotaban en régimen de alquiler.

La operación policial se prolongó durante horas. A las 13.23, llegaron dos operarios de la Empresa Municipal de Aguas. Estuvieron dentro del edificio hasta las 14.08 horas. "Como nos paren ahora con el coche, verás", le dijo uno a su compañero tras haber terminado su labor, otra vez en referencia al importante olor a droga que debía haber tras el portón azul. La Policía Nacional, tras acabar las pesquisas en Promosa, se dirigió al polígono de Bankunión 2 para registrar otra nave. La operación se prolongó hasta última hora de la noche. Duró tanto por la gran cantidad de plantas a inventariar. El saldo fue la incautación de cerca de dos mil plantas de marihuana y muchos kilos de droga lista para vender. Las plantaciones serían tan grandes que prácticamente ocuparían toda la superficie de las naves. El golpe al tráfico de drogas fue, por tanto, muy importante. En 2019, la Policía Nacional desmanteló otra plantación de una mafia china en Mareo donde había unas mil plantas.

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