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El Principado fue advertido en 2004 del riesgo de pérdida del patrimonio de la Laboral

Proyectos de El Molinón, pinturas y libros antiguos, cientos de historias clínicas y esculturas como una cruz de la victoria, en el inventario

La cruz de la victoria, en una antigua aula de Ciencias.

El descubrimiento de que en algún rincón de la Universidad Laboral podrían seguir almacenadas las pinturas de la artista Delhy Tejero como base para un mosaico, que nunca llegó a instalarse, en el paraninfo del complejo, ha indignado al colectivo de antiguos alumnos y suscitado preguntas entre especialistas en el complejo arquitectónico sobre el estado y el paradero del patrimonio, en general, y mobiliario, en particular. Un informe elaborado en 2004 para el Principado, en el que se inventariaba buena parte del patrimonio de la Laboral (algunas dependencias no pudieron supervisarse entonces al no encontrarse la llave) ya advertía al Gobierno regional de la urgencia de adoptar medidas, entre ellas desenrollar y estudiar en detalle las pinturas que ahora se ha descubierto que son de Tejero, pintora vanguardista con obra en el Centro de Arte Reina Sofía.

Uno de los arcones en los que se guardan pinturas, entre ellas los retablos del siglo XV.

Aquel informe, de 150 páginas, más varios anexos es la "Propuesta de inventario y organización del Patrimonio Histórico de la Universidad Laboral ‘José Antonio Girón’", elaborado en 2004 por Carmen Carriles y del que durante años hubo una copia depositada en la Biblioteca del Archivo Municipal de Gijón, que posteriormente fue retirada del mismo, y del que hay otra copia en el Archivo Histórico de Asturias como documento de uso interno. No obstante, el inventario ha sido citado en diversas ocasiones en trabajos académicos, por personas que han tenido acceso al mismo. El director general de Patrimonio del Principado, Pablo León, informó a los antiguos alumnos de la Laboral sobre su existencia en una reunión que mantuvieron hace meses, señala la portavoz de la asociación, Nuria Rabasa.

Mobiliario acopiado en una estancia de la Laboral.

En aquella asistencia técnica elaborada para el Principado por la documentalista gijonesa Carmen Carriles, se indica sobre el patrimonio que aún se conservaba en la Laboral que "sería urgente acometer una labor extrema de vigilancia para evitar su última y definitiva pérdida", después de años en los que el patrimonio había ido menguando "por sucesivas donaciones, por su deterioro con el uso diario y por el expolio sufrido en las diferentes etapas de su existencia". Muestra del expolio al que se refería la documentalista es que parte del mobiliario adquirido para la Laboral a Aurelio Biosca en los años 50 del siglo pasado, todavía se podía encontrar a la venta en anticuarios de Gijón en 2013 o en Wallapop en 2019. Otro tipo de enseres de la Laboral aún se podían encontrar por este canal ayer mismo.

Escaparate de un anticuario de la calle Espronceda, comercio que actualmente ya no existe, en noviembre de 2013.

En las primeras páginas de su informe, la documentalista gijonesa proponía realizar "una campaña de difusión y recuperación entre los antiguos habitantes de la casa, para invitarles a depositar en ella objetos, documentos, etcétera, que puedan poseer de su pasado en el centro ofreciéndoles su custodia permanente y exposición, frente a la pérdida en manos de sus sucesores que, en muchos casos, no dan valor a lo atesorado", así como realizar "grabaciones sonoras de todos los trabajadores y alumnos que lo deseen", algunos de los cuales ya por entonces contaban con una edad avanzada, para contribuir a documentar la historia de la Universidad Laboral. "Este legado que ahora vemos incompleto deberá ser atendido como se merece lo más rápidamente posible. Para ello, se procederá a recopilar los diferentes enseres de la institución, a su reproducción fotográfica y su tratamiento específico e instalación definitiva "que asegurará su conservación para las generaciones futuras".

En cuanto al patrimonio inmobiliario, el informe señala que "además del valor del edificio en sí", contiene otros elementos que "aumentan su riqueza artística", citando el vitral que había en la capilla de la residencia de los Jesuitas que reproduce la última cena; mosaicos (los hay de Santiago Padrós y de Francisco Ferreras); alicatados pintados a mano por ceramistas de Talavera de la Reina, de los que había abundantes cajas de repuestos; esculturas en su mayoría de Manuel Laviada y pinturas murales. Entre las esculturas, la autora del informe resalta "por su valor innegable" dos piezas: la figura de un caballito de mar en metal que había en la antigua sala de personal (la actual cafetería) y la Cruz de la Victoria que remataba la fachada de la Iglesia, que se guarda en una estancia tras haberse desprendido y sobre la que el informe plantea que precisa una restauración para poder reponerla en su lugar de origen. En cuanto a los frescos, la mayor parte son de Enrique Segura. También los hay de Francisco Arias. En ese apartado también es donde la autora del informe hace referencia a las pinturas enrolladas de Delhy Tejero (si bien confundiendo el nombre de la artista) instando a su estudio "con detalle y profundidad".

Respecto al patrimonio documental, el informe destaca tres libros copiadores de cartas por guardar "una copia en papel tisú de toda la correspondencia salida de la casa, entre los años 1951 y 1959. Así como modelos de gran tamaño correspondiente a pago de haberes, que hoy en día son, posiblemente, ejemplares únicos, difíciles de encontrar en otros lugares". También apunta que se encuentran proyectos de construcción, entre ellos el de tribunas en el estadio de fútbol de El Molinón (que era propiedad de la Fundación José Antonio Girón hasta que en 1956 se vendió al Ayuntamiento) esbozadas en acuarelas y carboncillos sobre madera que precisaban de la eliminación de carcoma. En el apartado documental también se destaca que en la antigua enfermería "permanecen arrumbadas cientos de historias clínicas de todos los usuarios del servicio desde sus inicios hasta el momento actual", considerando que "esta documentación es de gran valor y permitirá investigar toda la casuística sanitaria desde mediados de siglo, hasta casi su fin. Por este motivo deberá ser rescatada rápidamente de su lugar y organizada con el fondo del archivo para su instalación en él".

Se hace referencia a los alrededor de 5.400 libros "muy interesantes y de gran riqueza desde el punto de vista bibliográfico" con un ejemplar del siglo XVI ("La quarta (-séptima) Partida del sabio Rey don Alfonso el Nono" (Lyon, 1550), así como 15 volúmenes del siglo XVII, 137 del XVIII y 1.326 del XIX. El informe también destaca la pinacoteca de la Laboral, con algunas pinturas que habían sido restauradas recientemente "lo que explica el buen estado de los lienzos y tablas, pese a sus deficientes condiciones medioambientales", urgiendo a trasladarlas a un museo, garantizando así su adecuada conservación y haciéndolas accesibles a los ciudadanos. Posteriormente a la elaboración de este inventario, las pinturas se guardaron en sendos arcones. No todas. El óleo "Salida de la mina" de Mariano Moré, adorna el despacho del presidente del Principado. Otras pinturas destacadas son dos retablos del Grupo Vergós de finales del siglo XV ("San Martín" y "San Félix"), el óleo del siglo XVII "El Cardenal", de Juan Carreño Miranda o bodegones de Julia Alcayde.

El inventario detalla también el amplio patrimonio fotográfico, audiovisual, educativo con material didáctico, material deportivo, mobiliario "de buena calidad, en algunos casos excelente"; la maquinaria del primer ascensor que se instaló en la laboral así como sus planos, vestuario de los alumnos y lencería del hogar, menaje y un automóvil de la marca Borgward. El inventario incluye numerosas fotografías.

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