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Sin dinero, sin papeles y con problemas físicos: así llegaron al juzgado los cuatro arrestados de la mafia china de marihuana de Gijón

Las defensas de los arrestados, que no declararon y ya están en la cárcel, sostienen que son "víctimas" de una organización criminal

Uno de los acusados, llegando ayer al Palacio de Justicia en un coche de la Policía Nacional. | Á. G.

Sin papeles, sin dinero, con evidentes problemas de salud y, ahora, en la cárcel. La magistrada del Juzgado de Instrucción Número 1 de Gijón decretó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, aceptando la petición de la Fiscalía, para los cuatro detenidos de la banda china que montó grandes plantaciones de marihuana en Tremañes. Esta "fábrica" fue desarticulada el pasado jueves tras una macrooperación policial desvelada por LA NUEVA ESPAÑA. Los cuatro detenidos, que según los agentes trabajaban en régimen de "semiesclavitud", han quedado acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, delito contra la salud pública y defraudación de fluidos públicos. La Policía Nacional les atribuía también un delito de blanqueo de capitales, que, por ahora, no consta en las diligencias.

Un agente, en una de las plantaciones de Tremañes. | CNP

Los cuatro acusados se acogieron a su derecho a no declarar. Una de las hipótesis que hay encima de la mesa es que estuvieran trabajando en condiciones tan lamentables por "una deuda" con escalafones más altos de esta banda. Así lo indicó Ignacio Cabrero Díaz, el abogado de los tres jardineros. Amor Carballo es la letrada que defiende al otro arrestado, que sería el que los agentes sorprendieron trasladando la cosecha mensual de cannabis desde las naves en los polígonos de Promosa y Bankunión II a un ático en el Náutico en un furgoneta.

"Según las pruebas realizadas, esta gente está a trabajo para otro escalafón de la organización y eso lo demuestran las condiciones en las que se encontraban", argumentó el abogado. "En el caso de mis defendidos, ellos no traficaban. Estaban al cargo de la plantación. Creo que son más víctimas que participantes en un delito", añadió. "Tampoco creo que pueda haber delito de blanqueo de capitales porque ellos no tenían acceso al dinero. Y pertenecer a una organización criminal es diferente hacerlo de modo doloso que por una obligación", matizó Ignacio Cabrero Díaz.

El estado físico de los acusados, debido a las condiciones en las que vivían en las naves de Tremañes, fue muy llamativo. Algunos tenían problemas de audición y otros de visión. La mañana en los juzgados se alargó más de la cuenta. Para hacerse entender, los acusados necesitaron de un traductor de chino. Tampoco hablaban chino mandarín, sino que cada uno lo hacía en su propio dialecto. Fue pasado el medio día cuando la jueza, en funciones de guardia, decretó el ingreso en prisión. En esta decisión ha pesado que los acusados, todo ellos extranjeros, no tienen ningún tipo de arraigo en España. Tres de ellos, de hecho, residían en Tremañes sin papeles y prácticamente sin ningún tipo de recurso económico propio.

El caso, conocido como "operación Cathay", coge ahora otros derroteros. La Policía Nacional da por desarticulada la banda, que consideró la mayor de origen chino dedicada al tráfico de marihuana en Gijón, pero la hipótesis que hay encima de la mesa es que los ahora presos no fueran más que peones de una organización mucho más poderosa. El golpe al narcotráfico fue importante. Se incautaron 3.400 plantas, 160 kilos de cogollo y 3.000 euros en efectivo. La droga no se iba a vender en Asturias, sino en Europa del Norte, sobre todo, en Reino Unido, donde por el cannabis se paga casi el doble que en España.

Los agentes atribuyeron a los cuatro arrestados un delito de blanqueo de capitales, que no consta en las diligencias. El que sí consta es uno de defraudación de fluidos públicos. Es decir, agua y luz. Durante el registro que se hizo en la calle W-7 de Promosa acudieron técnicos de la Empresa Municipal de Aguas. Fueron para verificar que, como suele suceder en estos casos, la banda había pinchado la luz y el agua para abastecer las gigantescas plantaciones que fueron capaces de cosechar. Medios para ello tenían porque, según los agentes, fueron capaces de montar toda una cadena de producción para tener cosechas diferentes todos los meses y también realizar labores de secado y empaquetado de los cogollos.

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