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Recelo vecinal en el inicio de la obra de la ecomanzana: "No solo contamina el coche"

Los trabajos para crear la nueva zona en La Calzada reciben críticas por la pérdida de aparcamientos y alabanzas por "hacer el barrio más amable"

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En imágenes: la ecomanzana de La Calzada, en marcha Marcos León

Las obras de la ecomanzana dejaron ayer un regusto a polémica en La Calzada. El rechazo de algunos al proyecto quedó plasmado en la pared del Ateneo del barrio con una pintada: "Ecomanzana, no". No obstante, la nota predominante fue la incertidumbre respecto a esta reforma integral a favor del peatón en el tramo que se encuentra entre las avenidas de la Argentina, Príncipe de Asturias e Industrias y la calle Los Andes. A pie de calle, mucha variedad de opiniones, aunque el sentimiento unánime es "la necesidad de dar respuesta a la falta de aparcamientos". También se ve con cierto escepticismo que este nuevo espacio ayude a mitigar la contaminación en un barrio que convive día a día con las emisiones de Arcelor, "la fábrica que más contamina de toda Asturias". Algunos consideran que ese generará un "espacio más amable" y otros lamentan que "dificultará los traslados del día a día".

La iniciativa busca priorizar a la movilidad sostenible y al peatón frente al coche. Recibirá una inversión de 2,3 millones respaldada por fondos europeos para crear la primera zona de este tipo de la ciudad. Las obras durarán año y medio. Ayer comenzaron los trabajos de la primera fase, de cuatro meses, que se desarrollarán en las calles Bolivia, Elduayen y Colombia, además de algunos tramos de las calles Cuba y Costa Rica, para poder abrir cuanto antes el trayecto verde ya habilitado en la calle Costa Rica, ejecutado en otro proyecto anterior. También comenzaron de forma paralela las actuaciones para habilitar de manera inminente las 26 nuevas plazas de aparcamiento en la calle Los Andes, entre las Industrias y Simón Bolívar. Se trata de una de las seis actuaciones, adelantadas por LA NUEVA ESPAÑA, que añaden 197 estacionamientos frente a los 282 perdidos. Un saldo aún insuficiente en opinión de los vecinos. "Es el principal motivo de rechazo y debe darse respuesta", denuncia María Martín Martos. Vive en el barrio desde hace sesenta años y llama a sus vecinos a "hacer un esfuerzo" para adaptarse a la ecomanzana. "También hubo disconformidad cuando se peatonalizó la calle del Ateneo y fue una mejora importante", dice. Más contundente se muestra Evaristo de Diego: "¿Qué va a hacer la gente con el coche? Aquí no hay casi garajes". "La solución tampoco es ir a Veriña a dejar el coche", añade José María Zapico sobre la propuesta de Luis Manuel Flórez "Floro", candidato por el PSOE a la Alcaldía, para habilitar un aparcamiento en las antiguas cocheras de Emtusa. Es una lectura similar a la de Pedro Lanchas, quien pone en duda las bondades del acuerdo entre el Ayuntamiento y el Carrefour para las plazas de este espacio comercial: "Pagar al menos treinta euros por dejar el coche a la intemperie es un precio similar al de un garaje atechado".

También las críticas van a pedales entre vecinos y comerciantes por el carril bici de Los Andes, tensión con los colectivos ciclistas incluida. De hecho, el farmacéutico Sergio Domínguez-Gil ya ha recaudado más de mil firmas para revertir su implantación en la vía, que pasa a sentido único y cambia de dirección. "Había que haberse movilizado antes de la actuación", lamenta María Martín Martos. Zapico ve "útil su implantación para fomentar la bici", pero considera que tenía que "haberse hecho de otra forma". A Pedro Lanchas tampoco le convence su recorrido: "Atraviesa un montón de cruces y cada semáforo tienes que andar mirando". El último, De Diego, muestra una oposición más frontal al considerar que "es gastar dinero a lo tonto para que pasen cuatro en bicicleta. "En esa vía no era necesario", remata.

Los cambios de sentido de algunas vías se ven como "un mero trámite" al que adaptarse, pero las opiniones se dividen cuando se aborda el futuro espacio para el peatón. Será una zona accesible, de plataformas únicas, zonas verdes y donde el tráfico no podrá superar los 20 kilómetros por hora. "Va a ser más amable para el peatón", creen Zapico y Martín. El proyecto incluye remodelación de aceras, alumbrado, saneamiento... En cambio, De Diego lo ve con escepticismo: "La contaminación que hay que frenar es la de Arcelor, no la de los coches de una manzana. Tenía que haberse abordado preguntando al barrio. Hay calles que necesitan intervenciones más urgentes que están desatendidas". Lanchas, por su parte, se mueve en un punto intermedio. "El entorno mejorará, pero será menos funcional para el día a día", zanja.

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