Hablan los trabajadores de Arcelor tras el incendio: "Es una catástrofe para la siderurgia de Asturias"

"Nunca se había visto una cosa así; ha habido mucho susto", afirman los empleados que vivieron el incendio en primera persona

Los trabajadores de Arcelor hablan de "catástrofe"

Los trabajadores de Arcelor hablan de "catástrofe"

Yago González

Yago González

Con palabras de honda preocupación por el futuro de la actividad en la factoría gijonesa de ArcelorMittal: así reaccionaron ayer los trabajadores de la planta que abandonaban a cuentagotas durante toda la tarde el recinto, con dos salidas principales: una en Veriña y otra, en Moteana. «Es una catástrofe para la siderurgia de Asturias», coincidían varios de ellos. A las 17.50 horas, las llamas comenzaron a devorar el horno alto A de la factoría gijonesa de Arcelor. Casi al instante, empezaron a sonar las ensordecedores sirenas de alarma. Era la señal de que los trabajadores debían evacuar la planta de inmediato. «Ha habido mucho susto, pero afortunadamente nadie ha salido herido», suspiraba uno de los obreros, mientras seguía las labores de extinción junto a sus compañeros desde el punto de encuentro, tal y como establecen los protocolos de seguridad de la empresa. En ese lugar pasaron un largo rato antes de poder abandonar las instalaciones. «Es un hecho inédito, algo casi increíble», comentaba el operario Javier Suárez.

Según fuentes de la empresa, todo ha sido producido por una reacción violenta dentro del horno, que estaba siendo preparado para un parada. En un momento del proceso, comenzó a salir arrabio (hierro líquido incandescente) por una de las toberas que desencadenó en un espectacular fuego que ha generado una impresionante columna de humo visible desde varios kilómetros a la redonda. «Nunca se había visto una cosa así», afirmaba aún incrédulo un trabajador de una subcontrata. Algo parecido apuntaba uno de sus compañeros, Federico González: «Es un hecho que nunca había ocurrido y que nunca pensé que pudiera ocurrir».

El horno alto A, afectado por el siniestro, estuvo parado entre el 28 de septiembre y el pasado mes de febrero a causa de la caída de la demanda. La vida útil de esta instalación vence a finales de 2024 y está previsto que sea sustituida por las nuevas inversiones en descarbonización mediante la construcción de un horno de reducción directa de mineral de hierro (DRI). El siniestro puede comprometer la continuidad del horno alto A hasta la fecha en que pudiera ser sustituido. Si bien, desde la empresa aseguran que éste es un extremo que deberán valorar en las próximas horas, cuando puedan acceder a él para cuantificar los daños. «Si este accidente retrasa la sustitución del horno A, la empresa puede tener muchos problemas», señalaba un empleado del taller de chapa que prefirió no identificarse.

Además, desde la empresa aseguran también que el incidente hizo valorar la parada del horno alto B. Y que incluso se llegaron a iniciar las maniobras para su enfriamiento que, finalmente, y ante las rápidas labores de extinción, no fue necesario ejecutar. De hecho, fuentes de la compañía afirman que todos los trabajadores de la instalación acabaron el turno con normalidad.

Los trabajadores del horno A abandonaron las instalaciones poco después de que se produjera el incendio. Mientras, los del horno B pasaron varias horas en el punto de encuentro establecido por el protocolo de seguridad, para después abandonar la factoría en torno a las diez de la noche. «Escuchamos un gran ruido y nos asomamos para ver qué pasaba. Era todo humo y había unas llamas enormes», subrayó José Luis Ruipérez. Casi al mismo tiempo, muchos vecinos de las parroquias de Veriña, Monteana, Poago y San Andrés de los Tacones presenciaban espantados la enorme llamarada. Un fuego que ha marcado ya un antes y un después en la historia de la factoría de Arcelor en Gijón.  

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