Descartan la implicación de la tripulación del barco que llegó a Gijón con 130 kilos de cocaína

La toma de declaraciones no permite vincular a los marineros del buque "Iraklis" con la droga, que sigue bajo análisis para determinar su pureza

El polizón detenido con cocaína en el puerto de Gijón pretendía crear una nueva ruta de narcotráfico entre Sudamérica y Europa

I. Peláez

I. Peláez

La investigación policial para esclarecer todo lo que rodea al hallazgo de 130 kilos de cocaína a bordo del "Iraklis", el barco de la bandera de Liberia que llegó el pasado lunes a El Musel desde el puerto de Barranquilla (Colombia), ha servido para exonerar de responsabilidad a todos los integrantes de la tripulación, la mayoría de nacionalidad filipina. Ninguna prueba objetiva se ha logrado durante la toma de declaraciones que vincule al polizón colombiano de 58 años, de iniciales J. M. L., con el resto de personas que emprendieron la travesía el pasado 5 de marzo hasta Gijón. Todo apunta a este individuo, sorprendido dos días después de zarpar escondido en una grúa de cubierta, que niega tener relación con la droga y que explicó ante la juez de guardia que solo viajaba en esas condiciones para "buscar una vida mejor".

Las pesquisas también están a la espera de que el laboratorio analice la sustancia aprehendida. Todos los paquetes obtenidos, repartidos en cuatro fardos, contenían un peso total de 130 kilos. Según las fuentes consultadas, el kilo de droga está a un precio de unos 30.000 euros (podría ser más barata si se adquiere en el punto de venta, lo que rebajaría el precio de 24.000 a 26.000 euros). No obstante, la clave para determinarlo estará también en la pureza de la cocaína, puesto que si supera el 80% de pureza la cifra sería el doble.

Más difícil será comprobar a qué organización criminal asentada en Colombia permanece la mercancía. "Antes, era más común que cada grupo tuviera unos distintivos, pero ahora se copian y varían con frecuencia", detallan las fuentes consultadas. No obstante, esas labores también están en marcha para poder averiguar qué banda pretendía crear una nueva vía de narcotráfico entre Sudamérica y Europa a través del puerto de Gijón. Que el único detenido, ya en prisión preventiva, niegue saber algo de la droga dificulta aún más esas pesquisas.

De todas las actuaciones, se hará cargo la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Gijón, que se encontraba de guardia cuando el capitán alertó del hallazgo de la cocaína. Por el momento, este individuo se enfrenta a un delito contra la salud pública.

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