El nuevo servicio de bicicletas eléctricas de Gijón empezará a operar en mayo: estas son las 47 estaciones

Las obras para la instalación de paradas, 31 de ellas con espacios de carga rápida, se iniciarán mañana | La plaza Mayor se suma al listado

Nuevo servicio de bicicletas eléctricas en Gijón

Nuevo servicio de bicicletas eléctricas en Gijón

El macroplan del servicio de bicicletas compartidas de la ciudad comienza mañana con las primeras labores de adecuación de unas obras que se esperan ágiles y que prevén poder impulsar en mayo la nueva red de 250 bicicletas eléctricas en un total de 47 estaciones por toda la ciudad. El proyecto, muy ligado al Plan de Movilidad y valorado en 3,8 millones de euros para una concesión de tres años –podrá alcanzar los 4,7 millones si se firman las dos prórrogas previstas–, enmarca su mapeo definitivo con las sendas ciclables y los carriles bus de la ciudad ya existentes o proyectados, y supondrá nuevas estaciones en enclaves como el Hospital de Cabueñes, la plaza Mayor, la playa del Arbeyal y el entorno de El Molinón.

Las obras previstas son sencillas y se limitan a adecuar e instalar las estaciones de las bicicletas y los "totems" que las identificarán. De los 47 puntos de recogida y dejada de bicicletas, 31 de ellos se habilitarán con espacios de carga rápida –todos los vehículos son eléctricos– y las 17 restantes, como meros espacios de anclaje. Las labores comenzarán en las estaciones de carga, que serán las más complejas de instalar, pero se espera que todo el proceso dure entre cuatro y cinco semanas y que la red pueda ponerse en marcha de manera definitiva a lo largo del mes de mayo.

El servicio de bicicletas eléctricas pretende cambiar el modelo de un sistema que a inicios de mandato tenía 64 vehículos y ocho estaciones y que se marca un objetivo ambicioso dentro del Plan de Movilidad: que antes de 2050 el 7 por ciento de los desplazamientos locales se hagan en bicicleta. Ahora mismo el volumen de actividad ronda el 1 por ciento. Para ello, la distribución de la nueva red se amplía a los barrios y cubre buena parte de los "puntos ciegos" del entorno urbano. La parada en el Hospital de Cabueñes, por ejemplo, completará en la zona Este un entorno ciclista que se unirá con el Parque Científico Tecnológico y el entorno de la Pecuaria. Habrá también estaciones en el Palacio de los Deportes y en El Molinón.

La nueva red de servicio de bicicletas

La nueva red de servicio de bicicletas

Al otro extremo, en la zona Oeste, la nueva red dará sentido a las obras del carril bici de La Calzada con una estación en Cristasa, que se unirá con un carril continuo hasta Cuatro Caminos y con nuevas paradas en la playa del Arbeyal y el parque Fábrica de Loza. Entornos como Los Fresnos, el parque de La Serena y la calle Feijóo –vial que tiene previsto un nuevo carril bici en el Plan de Movilidad– también tendrás sus propias estaciones de bicicletas. En el centro, habrá paradas en La Escalerona y en la plazuela de San Miguel. Al sur, la estación más alejada será la de Nuevo Roces.

Desde el área de Movilidad explican que los 47 puntos están, o bien ya enmarcados en un tramo con carril bici o ciclocarril, o con previsión de adaptarse como tal en los próximos años en la hoja de ruta del Plan de Movilidad, y aseguran que la propuesta busca "dar cobertura", en mayor o menor medida, a todos los distritos.

El proyecto, encargado a Inurba Mobility y Fifteen, está solo pendiente de aprobar sus tarifas, que se esperan aprobar en sesión plenaria el próximo mes, y que plantearán precios diferentes para los usos esporádicos –que se espera que sea el más utilizado–, pases de un día y abonos para usuarios recurrentes.

Aunque pendientes de aclarar su precio definitivo, lo que sí se sabe de las tarifas del nuevo servicio de bicicletas es que tratarán de priorizar los viajes más bien breves, para facilitar una mayor rotación de los vehículos y asegurar que todas las estaciones estén operativas en todo momento. La idea pasa por abaratar los primeros minutos del trayecto e ir encareciendo las tarifas en tiempos de uso más prolongados, lo que implicará también que para largos viajes resulte más apropiado utilizar el transporte público de autobús. También se tiene claro que los sistemas de pago serán ágiles y que las bicicletas aceptarán tanto el pago con tarjeta bancaria –el sistema se acompañará de una aplicación móvil– como con la tarjeta ciudadana.

Un modelo pensado para viajes cortos y abierto a los turistas

La aplicación de móvil apunta con ser una herramienta básica del servicio. Se llamará «Gijón bici» e informará en tiempo real de las estaciones disponibles y permitirá planificar el punto de destino del viaje para finalizar el servicio en una estación cercana al lugar de llegada. En los modelos de bicicletas que acompañan al plan, además, figuran que los vehículos podrán incorporar también un lector de tarjetas de transporte en el propio vehículo, que podrá activarse directamente presionando el manillar izquierdo. 

Cada una de las 47 paradas se identificarán con totems que, como en las paradas de autobús, ilustrarán en un mapa el resto de estaciones de la red y también qué tramos de cada recorrido puede realizarse en un carril bici. La cartelería incorporará códigos QR para facilitar la descarga de la aplicación móvil y toda la rotulación informativa estará en español, asturiano e inglés, facilitando con esto último la comunicación con los turistas que quieran probar el servicio. 

El modelo de bicicleta eléctrica elegido –customizado de color rojo y con la doble toponimia Gijón/ Xixón– tiene pedales asistidos, lo que facilita los desplazamientos en zonas con pendientes. La concejalía de Movilidad había instado a los posibles licitadores a presentar un modelo de vehículo ligero y, sobre todo, que no se demorase mucho en los tiempos de carga. La idea es que la batería de cada bicicleta pueda cargarse por completo en unas cuatro horas, pero que con apenas 40 minutos de reposo ya pueda reactivarse para trayectos no muy largos. El modelo elegido, en cualquier caso, informará al viajero sobre su estado con un sistema simple de colores. El color azul, por ejemplo, indicará un nivel óptimo de batería y el ámbar avisará de la necesidad de poner el vehículo a cargar en cuanto sea posible. La bicicleta se iluminará en rojo cuando esté bloqueada, un modelo que permitirá al viajero hacer una pausa en su recorrido sin tener que buscar una estación ni dar por finalizado el trayecto. Toda esta información vendrá más detallada en la aplicación, que podrá informar a tiempo real tanto del porcentaje de batería de la bicicleta como de los tiempos y velocidad del viaje. Para evitar posibles actos vandálicos, además, se espera dotar a todos los vehículos de un sistema de geolocalización por GPS y un sistema de alarma. 

La autonomía de los vehículos, que en los modelos modernos ronda los 60 kilómetros, permitirá que con un uso ordinario –unos 3,5 kilómetros por viaje y entre tres y cuatro viajeros por bici y día– cada vehículo pueda funcionar sin un proceso de carga completo durante dos o tres jornadas. Se espera que la nueva red ayude a incentivar el transporte en bicicleta, pero, también, que la red sirva para reducir la ocupación de aparcamientos de bicis con vehículos privados en espacios públicos. Mientras avanzan las obras de instalación, los totems que se vayan poniendo tendrán carteles provisionales anunciando el servicio. 

Este nuevo servicio, financiado en parte con fondos europeos, se enmarca en una hoja de ruta del Plan de Movilidad que se plantea como otra de las prioridades ampliar el trazado ciclista del entorno urbano. El documento proyecta una inversión de 4,1 millones de euros para ampliar en más de 32,5 kilómetros las vías ciclistas, la mayoría con carriles bici, pero también con los llamados ciclocarriles y con vías compartidas en sendas peatonales.

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