Aparcar en La Calzada, misión imposible tras comenzar las obras de la ecomanzana

Los comercios notan menos clientes y los vecinos critican la dificultad para estacionar: "Para dejar el coche casi hay que ir hasta El Arbeyal"

"Las obras quedarán bien cuando terminen, pero yo ahora puedo tardar 40 minutos en aparcar todas las noches". Lo decía ayer, bastante resignado, el gijonés Cristian Mora, vecino de la calle Cuba desde hace un año y donde convive con su pareja Virginia Real. Las obras para la ecomanzana de La Calzada, que cumplen hoy una semana, han empezado por este tramo y tiene ya zonas acordonadas en las calles Bolivia y en la nueva manzana verde entre Costa Rica y Colombia. Un inicio bastante acotado en el extremo del barrio pero que ya da a entender a los vecinos cuál podría ser el panorama en los próximos meses. Incluso ayer, un día muy tranquilo y sin apenas paseantes por cualquiera de los tramos del inicio de obras, aparcar en estas manzanas era misión imposible. Apenas se veían peatones, pero todos los aparcamientos en línea estaban ocupados. Mora se encoge de hombros: "Cuando intento aparcar acabo cada vez más cerca de El Arbeyal que de mi casa".

En esta primera semana de obras los cambios más sustanciales se ven en este primer tramo de la calle Cuba, en su trazado entre Colombia y Bolivia, que ha sido el primero en someterse a labores de levantamiento de firme, ya bastante avanzadas. Las dos únicas máquinas de obra presentes en todo el entorno estaban ayer paradas justo delante de la única sidrería del tramo. Sus empleados las miraban también con cierta resignación: "Hay que aguantar, nos han dicho que entre dos semanas y 18 días esta parte estará casi lista". Hasta entonces, dan por hecho que la actividad de su negocio se verá afectada. Ha sido una primera semana "sin apenas movimiento" de clientes y buena parte de la plantilla ya se había organizado de antes para ir a trabajar en autobús o compartiendo coches. La esperanza, tras una obra que eliminará las dos filas de aparcamientos con aceras más amplias, es una licencia de terraza. "Si nos dejan ponerla, podría ser incluso bueno para el negocio", señaló el empleado Fabián Munza.

El desvío que obliga ahora a girar en esta esquina de Cuba con Colombia no parece estar generando grandes trastornos. Los vecinos, en realidad, explican que el giro más molesto está siendo el de la calle los Andes, con un carril ya liberado para su carril bici –un cambio que motivó varias quejas en los comercios–, pero en general el tráfico no parece estar provocando demasiadas molestias.

El temor, no obstante, es que los coches dando vueltas para aparcar en la zona acaben aumentando la densidad del tráfico. "Por esta zona es que simplemente no hay garajes. Son edificios antiguos que no tienen o los que hay ya tienen todas las plazas ocupadas. Las pocas que hemos visto son demasiado estrechas, antiguas", señaló Virginia Real, que explicó estar embarazada y que, cuando pueda volver a conducir, aparcar cerca de casa va a ser un problema. Reconoció, sin embargo, que la filosofía de la ecomanzana sí podría tener sentido. "Supongo que para la hostelería podrá venir bien que la gente se pasee, sobre todo si surgen nuevas terrazas, pero por esta zona se están quitando demasiadas plazas de aparcamiento y por ahora no las han repuesto en calles de por aquí, que es lo que necesitamos", señala. Por lo demás, y aunque las obras ponen a la calle ya en pie desde las ocho de la mañana, los residentes reconocen que las labores parecen ir "bastante rápido".

Las nuevas plazas en la calle Paraguay, casi terminadas

Esta primera fase de obras ha comenzado también en las calles Bolivia, Elduayen y Colombia, ya acordonadas en sus laterales, y en el entorno de la nueva zona verde de Bolivia con Costa Rica, que ayer lucía también protegida por vallas y con una pintada de "ecomanzana no" en uno de sus muros. Las fuertes rachas de viento de estos últimos días, sin embargo, ha hecho colapsar algunas estructuras y ha movido de sitio algunos conos, así que ayer aún se podía ver a algún vehículo aparcado en márgenes que técnicamente ya están bloqueados. Todos los viales con garajes, sin embargo, sí permiten la entrada y salida de vehículos de residentes, y las aceras en general lucen liberadas y solo se utilizan por ahora algunos entronques especialmente amplios, como la esquina de Bolivia con Cuba, como zonas provisionales de escombrera.

En toda esta manzana, calculan los vecinos, se han perdido varias decenas de aparcamientos, los últimos los de la calle Toledo por su nuevo carril bici. "Quizás, el problema en muchas casas está siendo familias con dos coches que tras la crisis solo pagaban una plaza de garaje y dejaban uno durmiendo fuera", valora el vecino José Andrés Álvarez. Él vive más barrio adentro y sí cuenta con garaje, y ayer era de los pocos paseantes que se acercaron hasta la zona en obras. "Por aquí vive mucha gente más bien mayor que depende del coche para hacer compras y recados. La obra quedará bien, pero no tiene mucho sentido que sigan eliminando plazas sin dar ninguna solución viable", valoró la también paseante Susana Fernández.

A juicio de Carlos Arias, líder vecinal de La Calzada, el problema de aparcamientos en el barrio es ya "muy grave". Entiende el presidente que las obras deberían haberse iniciado con la adecuación de plazas que sustituyesen "lo máximo posible" a las que se están eliminando. "En el barrio tener coche no es un lujo, la gente que lo tiene es para trabajar, es porque lo necesita, y necesita tener opciones de aparcamiento gratuitas", reprocha el líder, que insiste en que justo en estas manzanas los edificios, antiguos, apenas tienen garajes.

Por ahora, todos los ojos están puestos en las nuevas plazas que se están habilitando en la calle Paraguay, en su entronque con Los Andes, y cuyas obras ya lucían ayer muy avanzadas. Serán plazas en batería, por lo que se espera paliar en parte las que ya se han perdido en línea en el entorno. "Hay un gran malestar porque la realidad económica de la zona es frágil", reconoce Héctor Colunga, de Mar de Niebla.

Sobre los accesos y desvíos, no hay demasiadas quejas. Las familias del García Lorca no han notado más atascos en horario escolar y en la calle Los Andes, aunque las quejas de los comercios persisten por el tramo ocupado por el carril bici –que obliga ahora a dar "rodeos" para llegar a entornos como el pabellón de Mata Jove, según reconoce Cancio–, ayer el tráfico resultaba fluido.

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