Los análisis permiten el traslado de lodos del estanque pequeño de Isabel la Católica

Los 1.200 metros cúbicos de fango retirados se llevarán a vertederos de residuos "no peligrosos" | Bombeos para impulsar la entrada de agua

Los análisis permiten el traslado de lodos del estanque pequeño de Isabel la Católica

I. Peláez

Gabriel Cuesta

Los trabajos para la puesta a punto de los estanques del parque Isabel la Católica cogen velocidad de crucero. El agua volvió ayer de manera visible a través de un sistema de bombero a la laguna pequeña, ya saneada, coincidiendo con la llegada de los resultados del análisis de sus lodos, que serán enviados a un vertedero de materiales inertes al ser calificados como "no peligrosos". De esta manera, con los resultados ya encima de la mesa del Ayuntamiento, se da luz verde al traslado de los 1.200 metros cúbicos de lodos extraídos durante las labores de drenaje, que se han depositado en torno al estanque de mayores dimensiones de forma temporal.

La empresa Eurofins Envira fue la encargada de realizar la caracterización básica como residuo de estos fangos a través de los criterios marcados por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC). En definitiva, se trataba de conocer sus características fisioquímicas y de peligrosidad. La conclusión, según desliza el informe firmado por el director técnico de la firma, es que "cumple los criterios para los residuos admisibles en vertedero de residuos no peligrosos". Para ello, esta empresa especializada en realizar auditorías energéticas y medioambientales recogió una muestra de más de 2,5 kilos de los lodos del estanque pequeño, además de una segunda en un bote de vidrio ámbar con capacidad para 250 centímetros cúbicos.

El muestreo se realizó hace algo más de un mes, durante la mañana del pasado 17 de febrero, en diez puntos de la laguna directamente sobre el fango, una vez que toda el agua ya había sido retirada. El residuo seleccionado, según detalla el documento, "corresponde a la capa del lodo presente en el estanque formado por un espesor de hasta 50 centímetros y removido en el muestreo con una pala retirando los diez primeros centímetros en contacto con el aire". Además, algunos restos de hojarasca se separaron de la muestra. Precisamente, la extracción del agua de la laguna por completo facilitó de manera considerable este proceso al "reducir el volumen y peso" gracias al secado el fango. En el informe, los expertos de Envisa explican que "cumple con los criterios de humedad para su gestión en vertedero" como consecuencia del drenado, "entendiendo ese proceso como un tratamiento previo al residuo". De hecho, son "fangos constituidos por arcilla marrón oscuro con olor a materia orgánica", según detalla el estudio, caracterizados por ser "homogéneos en su conjunto y granular. Y continúa: "Permite su lixiviación, aunque con gran dificultad para hacer la filtración".

Todos los parámetros de la muestra se encontraban dentro de los límites legislativos: una temperatura en torno a los 15,4 grados celsius, con un 62% de humedad y un PH de 7,89. Para su traslado y conservación, se preservó a ocho grados, con alguna variación durante el transporte, y a en oscuras para evitar alteraciones. En ese sentido, el lodo no requiere "precauciones adicionales" para su traslado. Incluso el estudio abre la posibilidad a su reciclado. "Se puede estudiar la metodología más adecuada para producir un material vermicompostado u otras técnicas que higienicen el lodo para permitir la aplicación agrícola con plenas garantías".

Llenado de agua

La recepción de estos resultados despeja el camino para el traslado de los 1.200 metros cúbicos de lodo extraído del estanque pequeño, que se trasladaron en el torno del de mayores dimensiones. Precisamente, ayer el agua volvió a ser visible en la laguna de menores dimensiones, una imagen inédita desde que comenzasen las labores de drenaje a finales de enero. Las labores de llenado metieron una marcha más gracias al sistema de bombeo que conectó ambas lagunas para el transvase de esta agua. Tardarán días en ocuparse esta superficie de 2.502 metros. Eso significa que los trabajos cumplirán los plazos previstos del proyecto, que contemplaba tener listo antes de abril este pequeño estanque para la época de anidación de las aves, cerca de comenzar.

Ahora, los esfuerzos de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón (EMA) se centran en el drenaje del estanque grande, una tarea más laboriosa al tratarse de una superficie cuatro veces mayor que alcanza los 10.630 metros cuadrados. La obra tiene un plazo de ejecución de seis meses, por lo que debería estar lista a finales de julio. Se trata de la primera intervención de este tipo en cuarenta años, con la que se pretende eliminar el fango acumulado durante décadas para aumentar el calado del estanque. La ejecución de estos trabajos, con un coste de un millón de euros, mejorará la calidad ambiental de ambas lagunas, evitando la proliferación de cianobacterias, además la de las aguas del Piles y la playa de San Lorenzo, donde desembocan.

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