Un dron como un ave rapaz o un catamarán para limpiar el mar: los retos del Uniovi Innovation Skills para 40 estudiantes del Campus de Gijón

"Es una gran iniciativa que nos permite desarrollar la creatividad y la innovación", coinciden los participantes de la tercera edición de Uniovi Innovation Skills

Los cuarenta participantes, junto al concejal Santos Tejón y Luis Díaz, gerente de Gijón Impulsa, además de varios representantes de la Universidad de Oviedo, en el Parque Científico durante una de las jornadas.

Los cuarenta participantes, junto al concejal Santos Tejón y Luis Díaz, gerente de Gijón Impulsa, además de varios representantes de la Universidad de Oviedo, en el Parque Científico durante una de las jornadas. / G. Cuesta

G. Cuesta

Diseñar un dron, potenciar a nivel nacional una empresa de coches eléctricos de alquiler, instalar una experiencia digital en el ascensor o conseguir un método para retirar del mar pequeños vertidos de hidrocarburos son los cuatro retos a los que cuarenta alumnos, divididos en grupos, se enfrentaron en la tercera edición de Uniovi Innovation Skills, un programa de networking financiado por Gijón Impulsa que otorga una primera experiencia a estudiantes de la Universidad de Oviedo a través de retos reales de empresas de la Milla del Conocimiento. "Es una gran iniciativa que nos permite desarrollar la creatividad y la innovación y poner en práctica los conocimientos adquiridos en los grados. Y con un acercamiento a las empresas que nos permite conocer el funcionamiento de nuestro sector y abrirnos oportunidades", coinciden los participantes.

Con la ayuda de cuatro mentores y diez expertos en tecnología e innovación, los alumnos abordaron estos proyectos durante dos meses a través de cuatro fases diferenciadas. Tras una conceptualización del problema para el que se busca una solución, se trabajó en desarrollar las habilidades creativas de los alumnos con diferentes herramientas de convergencia y divergencia. Después realizaron la propuesta creativa teniendo en cuenta el modelo de negocio, la viabilidad del producto, la realización de un prototipo, las ventas y el marketing. Y por último, comunicaron este plan al cliente, en este caso un jurado.

El primer reto lo lanzó la Autoridad Portuaria de Gijón. El proyecto "CleanPort" afrontó la creación de un método de recogida y limpieza para pequeños vertidos de hidrocarburos que generan una película fina en la superficie del agua derivados de la actividad portuaria. En este caso, los alumnos propusieron la construcción de un catamarán autónomo inteligente capaz de localizar los hidrocarburos a través de los sensores y dotado de skimmers en la parte trasera para la recogida de los mismos. "Hemos desarrollado nuestras ideas para un reto muy desafiante", coinciden Alba Fernández y Marina Eirin, estudiantes de cuarto del grado de Ingeniería Química Industrial en la Escuela Politécnica.

Otro proyecto, el de Alisys. En este caso, un dron que replica el aspecto y vuelo de un ave rapaz para espantar a las aves en cultivos, piscifactorías y vertederos. Además, cuenta con sensores para recopilar información durante el vuelo. Sara García y Pedro González, estudiantes de segundo de Ingeniería Electrónica Industrial e Ingeniería Mecánica respectivamente, explican que "ha sido muy intenso. Nos hemos visto inmersos en el mundo de la robótica y hablado con expertos, además de visitar empresas".

Ander Esteban y Carolina Martínez, junto a otros compañeros, buscaron soluciones para introducir la marca Guppy, de alquiler de coches eléctricos, en la provincia de León y otras zonas de España. Acuerdos con ONGs o el refuerzo de las redes sociales fueron algunos de los aspectos puestos encima de la mesa. "Es muy integrador. Te permite crear contactos en el sector y descubrir habilidades propias de las que no eres consciente", desliza Esteban, de segundo de Ingeniería de Tecnologías Industriales, y Martínez, que cursa el cuarto año del grado de Comercio y Marketing. El cuarto caso se desarrolló de la mano de la firma TKE, que buscaba otorgar un servicio digital en sus ascensores. Para ello, los participantes trabajaron el concepto de un ascensor inteligente, con servicios personalizados a cada usuario del edificio. Noticias personalizadas, información de servicio, una selección de música… Sin alejarse de la posibilidad de utilizarlos como plataformas de comunicación y marketing. "Hemos podido trabajar desde una perspectiva práctica y no tanto teórica. Es otra visión que emplearemos en el futuro y serán de gran ayuda", concluyen Alba Coto y Miguel Chana, de Comercio y Marketing y Náutica y Transporte Marítimo. Lo que queda claro es que para la Milla del Conocimiento hay cantera.

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