Caja Rural de Gijón ganó tres clientes diarios en 2022 por el «trato personal»

El presidente de la entidad, que hoy celebra su asamblea, destaca la facilidad de atención sin cita previa en las diez oficinas del concejo

José Ramón Fiaño, presidente de Caja Rural de Gijón.

José Ramón Fiaño, presidente de Caja Rural de Gijón. / MARCOS LEON

M. C.

«El incremento de socios y clientes se debe al esfuerzo de la plantilla de estar desde las ocho y media de la mañana hasta las dos, sin tener que pedir cita previa para la realización de gestiones, y a que todas nuestras oficinas disponen de cajero automático». José Ramón Fiaño, presidente de Caja Rural de Gijón, explica así el motivo por el que la cooperativa de crédito ganó el año pasado 1.160 nuevos clientes, una media superior a los tres al día, e incorporó a 464 socios. «Ofrecemos un trato muy personal, que la gente mayor y la de mediana edad prefieren, en vez de hacer las gestiones vía telemática o informática», añade, ante la asamblea anual de la entidad, que se celebra hoy en el Palacio de Congresos del recinto ferial Luis Adaro.

Durante la cita, se someterá a la aprobación de los socios las cuentas del año pasado, así como modificaciones de los estatutos sociales y la propuesta de reducir las remuneraciones a los miembros del consejo rector, que no podrán cobrar más de 36.000 euros brutos anuales ni dobles ni triples dietas, además de reducir de 12 a 10 el número de consejeros. Las remuneraciones a los consejeros son en concepto de dieta: «las reuniones del Consejo son los jueves a las ocho y media de la noche a final de mes, porque la gente tiene sus propios trabajos», explica Fiaño, que resalta la «bajada considerable de dietas» que se somete hoy a la consideración de los socios.

Caja Rural de Gijón cuenta con diez oficinas repartidas por el concejo, cinco dirigidas por mujeres y cinco por hombres. La entidad está «entre el diez por ciento de las cajas rurales de toda España con mayor liquidez» con un coeficiente de cobertura de liquidez del 899,50%. En cuanto al ratio de solvencia era del 17,37% al cierre del ejercicio. Fiaño señala que el de 2022 fue un buen ejercicio económico, en el que los préstamos y anticipos alcanzaron la cifra de 311,24 millones de euros, con un aumento del 7,49%, destacando dentro de estas cifras el aumento en préstamos a entidades de crédito y sociedades no financieras. Los recursos de clientes ascendieron a 409,49 millones de euros, con un aumento del 5,64%, correspondiendo a fondos depositados. El margen de intereses o diferencia entre los ingresos y costes financieros, alcanzó la cifra de 6,07 millones de euros, con un aumento del 14,04%.

El resultado del ejercicio fue de 1,9 millones de euros, lo que representa un incremento del 79,07% respecto a los 1,06 millones de 2021. En 2022, el resultado de las actividades de explotación fue de 2,44 millones de euros, cifra a la que se llega a partir de un margen bruto de 7,59 millones (un 15,06% más), unos gastos de administración de 4,63 millones (un 5,42% más) y amortizaciones por 211.000 euros, otros 426.000 de dotación para provisiones y unas recuperaciones de pérdidas por deterioro de activos financieros de 109.000 euros. «En 2023, en condiciones normales contamos con mejorar los resultados, dada la subida de los tipos de interés, pero en cuanto dependerá de cómo se pague el pasivo», algo que a su vez depende de la competencia entre las distintas entidades de crédito. Actualmente, Caja Rural de Gijón está ofreciendo depósitos con hasta el 2% de remuneración.

Fiaño señala que también en este año se prevé ir acometiendo arreglos en diversas oficinas y rótulos exteriores de las mismas, actuaciones que tendrá que aprobar el Consejo Rector. De ese modo se continuará el proceso que la cooperativa de crédito gijonesa ya inició con «el adecentamiento de la oficina 5, que está en La Calzada, y también se modernizó toda la oficina 8, la de la calle Aguado para su accesibilidad a personas con discapacidad».

Por otro lado, el juzgado de lo mercantil número 3 de Asturias, con sede en Gijón, recibió el pasado mes de enero la demanda interpuesta por Caja Rural, una acción de responsabilidad social contra antiguos directivos de la entidad, para recuperar los honorarios que se abonaron al bufete madrileño de Uría y Menéndez de Madrid, durante el conflicto interno de la entidad de 2020 con motivo del relevo en la presidencia de la misma. Una crisis ya superada, aunque con la resolución de la acción social pendiente de la contestación a la demanda y la decisión del juez.

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