La Guardia Civil visita el colegio gijonés Laviada: "Lo mejor fue el furgón de los presos"

Los alumnos del centro disfrutan de una exhibición de ocho unidades del cuerpo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

"Visto lo visto, me gustaría ser guardia civil porque es guay trabajar con los perros". A esa conclusión llegó ayer el pequeño Sergio Rodríguez, un alumno de sexto de Primaria del colegio Laviada que quedó impresionado con la exhibición que ofreció ayer la Guardia Civil en el centro de la calle Juanín de Mieres. La Benemérita mostró ocho unidades del cuerpo. Estuvieron el núcleo de servicios que se encarga de los traslados de los presos, el de desactivación de explosivos, el cinológico, es decir, los perros, el equipo Pegaso y sus drones, el de tráfico, la unidad de seguridad ciudadana, personal de la policía judicial y también personal del Seprona.

Los pequeños pudieron ir rotando por cada uno de los ocho puestos que montó la Guardia Civil en el patio. El que más llamó la atención fue el núcleo de servicios, puesto que los niños se podían montar en un novedoso furgón que sirve para hacer traslados, entre otros lugares, a la cárcel de Asturias. Para darle más realismo, algunos pequeños entraban esposados y se metían dentro del cubículo de los detenidos. "Será raro, pero eso ha sido lo que más me ha gustado porque es una experiencia diferente", explica Raquel Gómez, una de las alumnas. "El furgón tiene muchas cosas, además poder entrar dentro y estar a oscuras llama mucho la atención. Me ha gustado tanto por fuera como por dentro", detalló Mario González, otro de los alumnos que disfrutó con la visita de ayer.

La muestra estuvo tutelada por el capitán jefe Juan José Camporro. Los agentes disfrutaron tanto (o más) que los estudiantes. Los pequeños pudieron ver de cerca muchos aparatos y también vestirse con algunas de las prendas que utiliza la Guardia Civil en sus operativos. Algunos se pusieron hasta los cascos, cogieron las porras, los arietes para reventar puertas y los escudos antidisturbios. "Hacer visitas como esta presta mucho", comentó Camporro. La guinda de la visita llegó a última hora. Tras toda la mañana sonando las sirenas de los coches, la Guardia Civil realizó una exhibición con perros antidrogas y también un simulacro de detección y desactivación de un explosivo. El resultado fue que el colegio Laviada quedó rendido a la efectividad y versatilidad de la Benemérita.

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