La calidad "excelente" del agua del mar en Gijón se extiende desde El Arbeyal hasta Estaño

Los primeros análisis, que a partir del lunes serán semanales, confirman un estado apto para el baño en los doce puntos de muestreo de la costa

Embarcación de Cruz Roja, en el puerto deportivo, tras la toma de muestras del agua.

Embarcación de Cruz Roja, en el puerto deportivo, tras la toma de muestras del agua. / IRENE SIRGO

I. Peláez

I. Peláez

Los primeros análisis del año de las aguas de baño de la bahía gijonesa reflejan una calidad excelente en los doce puntos de la costa analizados por el laboratorio del servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gijón, desde la playa de El Arbeyal hasta la de Estaño. Este primer estudio, realizado a mediados de mayo y que sirve de orientación, pero no para la media del año, mantiene la tónica habitual de los últimos veranos en los que Gijón recuperó el agua cristalina, especialmente en la playa de San Lorenzo o Peñarrubia, dos de las zonas más afectadas antaño por los vertidos del río Piles y del emisario. Ahora, a partir del próximo lunes, día 5 de junio, los análisis ya oficiales para la estadística se realizarán de forma semanal hasta el 30 de septiembre para mantener un exhaustivo control sobre si la calidad del agua es apta o no para el baño.

La recogida de las muestras se lleva a cabo por parte de los voluntarios de Cruz Roja del Mar (colaboran desde el año pasado, porque antes lo realizaban los bomberos del parque de Roces) en doce puntos de la costa asturiana. Lo ideal, si las condiciones de las mareas lo permiten, es acercarse a la orilla con el agua a un metro de profundidad, aproximadamente. Llenan envases de 250 mililitros que luego llevan en una nevera hasta el laboratorio.

Las muestras se recogen en dos puntos de la playa de El Arbeyal (este y oeste), igual que ocurre en el caso de Poniente. El control en el arenal de San Lorenzo, en cambio, se lleva a cabo en tres puntos, a la altura de la Escalerona, en la escalera 8 y en la escalera 12, la más próxima a la desembocadura del río Piles. Además, el muestro se lleva a cabo también en las playas de Vahones, Rinconín, Peñarrubia, Serín y Estaño. Lo que se analiza en todos los casos es la cantidad de enterococos y e-coli de acuerdo con los parámetros establecidos por Real Decreto sobre la calidad de las aguas de baño. Los resultados del laboratorio están siempre al día siguiente. Y, en el caso de que en alguno de los puntos se haya superado el umbral permitido, se repite la recogida para volver a analizarlo y, en el caso de mantenerse los mismos parámetros, impedir el baño en la zona afectada. Habría que remontarse hasta al verano de 2021 para encontrar un caso en el que un vertido provocó el cierre parcial de la playa de San Lorenzo y fue como medida preventiva después de fuertes lluvias. Historia distinta son las espumas que a veces aparecen, y que según los expertos se deben a los días de mar batida que bañan zonas de arena o de pedrero a las que habitualmente no llega el agua. Se trata de algo natural y que desaparece en cuanto cambian las condiciones de mar.

Muestras recogidas de agua en el laboratorio de Medio Ambiente.

Muestras recogidas de agua en el laboratorio de Medio Ambiente. / IRENE SIRGO

Mejoras ambientales

La calidad de las aguas de baño en las playas de la ciudad ha ido en aumento en los últimos años, en consonancia con otra serie de medidas que se han ido llevando a cabo en temas medioambientales. Por un lado, está la puesta en funcionamiento de la depuradora del Este, la construcción del pozo de tormentas del parque de los Hermanos Castro y la reparación del emisario de Peñarrubia. A esas infraestructuras hay que sumar también todos los controles y medidas llevadas a cabo desde el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento a lo largo del cauce del Río Piles durante los últimos. Por un lado, con las inspecciones habituales de la Unidad de Vigilancia Ambiental de la Policía Local y también con la toma de medidas para evitar vertidos al río. Se llevaron a cabo estudios para evitar que viviendas, complejos deportivos y explotaciones ganaderas siguiesen vertiendo al Piles, algo que, además de ensuciar el río, terminaba llegando a la playa de San Lorenzo.

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