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Los policías que localizaron a un desaparecido en una finca en Somió: "Es un caso infrecuente"

Los agentes hallaron al hombre tirado en una parcela de grandes dimensiones que la familia había revisado sin éxito horas antes: "Nos lo encontramos como catatónico", afirman

Por la izquierda, el subinspector Buelga y el inspector Torollo en la comisaría de la Policía Nacional de El Natahoyo. | Athenea Eugon

"Cuando se investiga una desaparición vale más activar todos los protocolos que quedarse cortos". Quienes hablan son el inspector Torollo y el subinspector Buelga, dos agentes de la Policía Nacional que hace dos semanas le salvaron la vida a un hombre de 45 años cuya familia había denunciado su ausencia y que fue localizado de madrugada en Somió tras haber sufrido horas antes algún tipo de shock mientras trabajaba. Desapariciones como esta, considerada de las "inquietantes" en la jerga policial, son poco frecuentes en Gijón, explican los agentes a LA NUEVA ESPAÑA. La mayoría de ausencias se resuelven a los pocos minutos, pero la rapidez en casos como el de Somió, y la capacidad para recabar "cuantos más datos mejor" son factores clave para resolver situaciones tan angustiosas.

La Policía Nacional investiga todas las desapariciones que se denuncian. Se clasifican en dos tipos. Las inquietantes y las que no. Las primeras responden a un perfil de gente que deja de dar señales de vida cuando tienen una rutina fija y a los que, tras unas horas, son ilocalizables. Confluyen muchos factores para que se tipifiquen así, como haber dejado una nota o que no haya antecedentes de comportamientos similares. Las que se alargan las asume la UDEV, pero las patrullas de calle juegan un papel clave en la fase inicial de la investigación. Reciben la foto y todos los datos relevantes para comenzar con la búsqueda.

La de Somió encaja como inquietante. El día que se ausentó trabajaba como jardinero en una finca de grandes dimensiones. Divorciado, había quedado a la una y media para ir a comer con su hija. Nunca llegó a esa cita. "La familia buscó por su cuenta. Incluso fueron a la finca en la que trabajaba y en la que luego le encontramos para ver si veían su coche, pero no lo vieron", relatan los dos agentes. Recabados los datos de la denuncia, un factor importante, explican, es volver a hablar con los allegados del desaparecido. "A veces los datos son incompletos porque la familia no te cuenta todo o porque lo desconocen", añaden. "Hay que corroborar que se estén dando bien todos los pasos", apostillan. En este caso, el fallo estuvo en la propia finca. Un hermano del desaparecido había ido a buscarle a este lugar, pero al no ver el coche infirió que su familiar no estaba en ese lugar. No fue así.

Se dio la circunstancia de que este terreno era enorme y complejo de ubicar en el mapa. Los agentes buscaron allí de madrugada y con la ayuda del hermano, que vino desde Pola de Siero, para localizar la finca. En esta finca, explican, hay un palacete con las puertas metálicas que estaban abiertas. "El terreno era enorme y si veías desde fuera no lo apreciabas todo", explican. "Al final optamos por entrar y vimos el coche. En ese momento nos pusimos en lo peor", declaran.

Por suerte no fue así. El hombre estaba con vida, pero se encontraba en mal estado y con claros síntomas de haber sufrido una fuerte hipotermia.

"Lo encontramos como catatónico. Estaba consciente, pero no sabía ni donde se encontraba. Estaba como el hielo de frío. Los médicos nos dijeron que si tardamos un poco más habría fallecido", cuentan. Que le pasó exactamente no lo saben. Saben que era diabético y que andaba hace tiempo renqueante de salud. Casos así son poco habituales. La mayor parte de las desapariciones se resuelven rápido. Es común que las protagonicen personas mayores o menores fugados de centros. O niños que se despistan al volver de clase. Importancia se les da a todas. Cuando se trata de menores la implicación es máxima. Las prioridades las establecen las circunstancias. "Cuando te encuentras con casos como el de Somió resolverlos es muy satisfactorio. Marchas para casa feliz", zanjan los dos agentes que salvaron la vida a este hombre.

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