La Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, un legado que "perdurará siempre"

Un multitudinario acto en el Antiguo Instituto rinde homenaje a la trayectoria del cuerpo en la ciudad | «Lo estamos haciendo con tacto; todas las unidades siguen existiendo», defiende el coronel Puerta al explicar los avances en la unificación de las sedes

I. Peláez

I. Peláez

Con imágenes de las distintas unidades de la Guardia Civil proyectándose en la pantalla (fotografías de ayer y de hoy) y ante un patio del Centro de Cultura Antiguo Instituto completamente lleno tuvo lugar ayer la presentación del libro sobre la historia de la Comandancia de Gijón, una iniciativa que sirve para rendir homenaje a todos los guardias civiles que han desempeñado sus labores durante décadas en la demarcación del oriente asturiano, desde Soto del Barco hasta la frontera con Cantabria. "Queríamos hacer un libro homenaje, un recuerdo que perdurara para siempre y que no desapareciera, como ha pasado con la Comandancia", señaló el teniente Samuel Fernández, coautor del libro junto a José Antonio Landera.

El acto estuvo presentado por el teniente coronel Alberto Aguilera Acuyo, último jefe de la Comandancia de Gijón, que arrancó con unas palabras de recuerdo para el agente de Tráfico Manuel Sierra Diego, fallecido el domingo a los 63 años. Lo primero, fue dejar claro el punto de partida y el por qué de esta publicación. "Desde agosto de 2021, supimos que iba a haber una reorganización que llevaba la supresión de la Comandancia de Gijon. Eso hizo que nos planteáramos hacer algún tipo de homenaje a los guardias civiles que han prestado servicio aquí y pensamos que el formato adecuado era un libro, porque era perdurable en el tiempo y porque teníamos un montón de material", destacó Aguilera durante la presentación de una obra que incluye alrededor de las 250 fotografías.

Junto a Aguilera, compartieron escenario los dos autores del libro, así como el secretario de la Fundación Caja Rural de Gijón, José Antonio Migoya; el coronel de infantería jubilado y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Raúl Suevos; la guardia civil Celia Doval; el redactor jefe de LA NUEVA ESPAÑA Eloy Méndez; y el director de "El Comercio", Marcelino Gutiérrez, que ensalzó el libro como "una fuente fiable y veraz que quedará para el futuro". Por videoconferencia lo hicieron José Javier Esparza, prologuista del libro; y José María Fúster–Fabra, doctor en derecho y profesor de la Universidad de Barcelona. "Encarnáis lo mejor de la historia moderna de España", señaló Esparza en su vídeo.

El libro se fue llevando a cabo poco a poco y con mucho esfuerzo. Como desveló Migoya, se buscó información entre los vecinos de la zona rural para poder añadir anécdotas como la donación de un vecino de Jove de una motocicleta con la que un Guardia Civil patrulló la parroquia. "Es un libro bonito que va a gustar a toda la ciudad de Gijón", señaló Migoya.

Entre las anécdotas descritas durante la presentación del libro, y que se incluyen en la obra, destacan desde el atraco al Banco de Gijón en 1923 o el intento de asesinato al Rey Alfonso XIII entre otras muchas actuaciones destacadas de la Guardia Civil. También recordaron la llegada del Instituto Armado a la ciudad en agosto de 1845, primero como compañía y luego, en 1942, como Comandancia. Entre las anécdotas, además, recordaron Fernández y Landera la llegada del primer vehículo oficial que tuvieron los guardias en Gijón, y que data de 1926. "Visitamos muchos archivos, hemerotecas, universidades, archivos de fotografía histórica, registros, actas, museos", reconoció Samuel Fernández, que, a pesar del "marrón" que les habían encomendado dieron ejemplo de "adaptabilidad", "una cualidad que tenemos todos los guardias civiles", para sacar el proyecto adelante.

La entrada de la mujer en el Instituto Armado copó también buena parte de la celebración de este lunes de la mano de Celia Doval, una de las primeras guardias en Asturias e integrante de la oficina de comunicación de la comandancia. Ahora "nadie se imagina una sociedad sin mujeres presentes en todas las profesiones; pero no siempre fue así", recordó Doval, que también ha colaborado activamente en la creación del libro. Primero llegaron las matronas de la Guardia Civil, hasta que vía Real Decreto se impulsó la llegada de la mujer al cuerpo en 1988. Fueron 197 las primeras, entre ellas tres asturianas. Doval, que fue de la séptima promoción, reconocía que en sus inicios suponía "una sorpresa para la sociedad y para muchos compañeros" dentro de una institución que poco a poco se fue amoldando en cuanto a temas de uniforme y vestuarios para las mujeres en todos los puestos y cuarteles. No faltaron en la intervención de Celia Doval los homenajes a compañeros fallecidos en acto de servicio, entre los que se incluyen los asesinados por la banda terrorista ETA, como la que fue su compañera de promoción, la gijonesa Irene Fernández Perera (que hoy da nombre a la calle de Contrueces en la que se ubica la comandancia), y el langreano Juan Carlos Beiro.

Al cierre, el redactor jefe de LA NUEVA ESPAÑA Eloy Méndez puso en valor la "excelente labor de comunicación" del servicio de prensa, al tiempo que destacó el valor sentimental que para los gijoneses de cuna tiene la Comandancia. No faltaron los recelos hacia una fusión en la que "quizás faltaron explicaciones" sobre lo que supondría. De hecho, en un primer momento, el Tribunal Supremo tumbó esa decisión del Consejo de Ministros que, finalmente, no se hizo efectiva hasta el pasado mes de abril. Precisamente, en el turno de preguntas todas fueron sobre cómo afectaría esa fusión de las comandancias en una sola, con sede en Oviedo. "Lo estamos haciendo con tacto. Todas las unidades siguen existiendo, nos quedamos solo sin estructura de mando", señaló el coronel Francisco Javier Puerta, que tomó la palabra desde el público para poner el broche a un acto que cumplió con creces el objetivo de rendir homenaje a la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón.

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