Dolor en el tanatorio de Pola de Siero por Francisco Javier Rodríguez Tobajas, natural de la parroquia de Carbayín Bajo. Los restos mortales del hombre asesinado a cuchilladas en Gijón llegaron en la tarde de ayer a su concejo natal para ser velados por su familia en la intimidad. A lo largo de la jornada, fueron varios los allegados y amigos que se acercaron al velatorio despedir a quien no dudaron en calificar como "una persona de diez", apuntaba con pesar Beto Simón, que trabaja de notario en su inmobiliaria. Y como él "cualquiera que lo conociera te diría lo mismo". "Han asesinado a una grandísima persona y todos los que trabajamos con él así lo sentimos", indicó, antes de afirmar que la familia, como es lógico, "está completamente destrozada en estos momentos tan duros".
En una tarde a ratos lluviosa se fue produciendo un goteo de personas a la puerta del tanatorio sierense para dar el último adiós a Rodríguez Tobajas, antes de la celebración de su funeral, que será esta misma tarde. El cadáver será incinerado en la intimidad familiar y sus cenizas serán recibidas a las cinco y media de la tarde en la iglesia parroquial de Santa Marta de Carbayín Bajo, donde se celebrará el oficio por su eterno descanso. Acto seguido, sus restos serán trasladados al camposanto de Pola de Siero.
La noticia del violento fallecimiento de Rodríguez Tobajas en Gijón rodó rápidamente por su parroquia natal, donde los vecinos comentaban aún ayer durante toda la jornada la "mala suerte" que parece haberse cebado con su familia en los últimos tiempos. No en vano, su único hermano, José Luis, falleció hace poco tiempo debido a una larga enfermedad. Una doble pérdida a la que deberán reponerse sus padres, así como las dos hijas que deja huérfanas el dueño de la inmobiliaria Golden Star, Iris y Melodie. Y con la triste circunstancia de que el finado acababa de ser abuelo, con lo que "el mazazo para la familia debe ser tremendo". "Lo que deben estar pasando los padres es muy gordo", indicaba a media tarde de ayer una vecina de Pumarabule.
Nacido en 1967, Rodríguez Tobajas se crió en la barriada, donde llegó a ser minero y donde muchos residentes aún lo recuerdan. "De crío y de chaval cuando andaba por aquí, era muy conocido", indicaban ayer varios de ellos. También es recordado por muchos de su etapa en la Pola en varios bares de copas en la etapa de la movida de la capital sierense.
Y por encima de todo ello, sus allegados lo recuerdan como "una buena persona, siempre pendiente de su familia, de sus padres, a los que incluso ayudó a mudarse de la parroquia minera de Carbayín a El Berrón, más céntrico, para poder verlos con más frecuencia, con mejores comunicaciones para desplazase a visitarlos.
Una pérdida dolorosa y para todos sus conocidos y familiares "inexplicable", que deja un gran vacío entre quienes han compartido vida y trabajo con él, con una persona jovial, viajera y vital, que cultivaba la amistad y compartía sus experiencias con todos los que lo apreciaban. Y que hoy mismo le darán el último adiós, tras un crimen que ha conmocionado Gijón y Siero.