Pablo Argüelles García sucumbió a la vocación de ejercer la medicina, con lo que soñaba mientras estudiaba Derecho, años después de acabar sus estudios jurídicos. Volvió a la Universidad de Oviedo y ejerce como facultativo en una clínica ovetense, como paso previo a abrir en Gijón el próximo año su propio centro sanitario. El pasado jueves, el colectivo gastronómico Puente de Mando le dio un homenaje en un restaurante gijonés, en reconocimiento a su labor divulgativa con el libro que recientemente ha publicado, prologado por Carlos López Otín, titulado "La biología molecular en siete metáforas". Es una obra destinada a recaudar fondos para financiar a la Asociación de Padres y Amigos de Cardiopatías Congénitas (APACI).
Pablo Argüelles, el mayor de dos hermanos, nació el 26 de enero de 1984 en la maternidad del hospital de Oviedo. Por entonces su familia residía en Langreo, pero antes de que cumpliera los tres años se trasladaron a vivir a Gijón. Es el mayor de los dos hijos del empresario Aquilino Argüelles Aller y de quien fuera profesora de inglés en el Instituto Jovellanos de Gijón, Asunción García Sánchez.
A su llegada a Gijón la familia se afincó en una vivienda próxima al parque de Isabel la Católica. El Colegio Las Mestas fue el primer centro al que acudió de niño, en la etapa preescolar, Pablo Argüelles, que cursó la educación primaria en el Colegio Clarín y la secundaria inicialmente en el Instituto Río Piles, para completarla con Bachillerato Internacional en el Instituto Jovellanos. De muy joven se inició en una de sus pasiones, el ajedrez, jugando entre 1995 y 1999 en el equipo del Grupo de Cultura Covadonga y siendo en varias ediciones uno de los integrantes del equipo asturiano que participaba en los campeonatos de España juveniles de ajedrez, alzándose en 1998, con 12 años, con la victoria en ese torneo en el que participaban ajedrecistas menores de 16 años.
Su futuro profesional parecía que iba a estar en el ámbito jurídico cuando comenzó a cursar la carrera de Derecho, aunque ya entonces comentaba a sus compañeros de Universidad que le habría gustado ser médico. Tras concluir Derecho, preparó durante varios años las oposiciones a registrador de la Propiedad. No llegó a presentarse. Un acontecimiento luctuoso desencadenó un giro copernicano en su vida: fue el fallecimiento en un corto espacio de tiempo de sus dos abuelas lo que le llevó a tomar la decisión de convertirse en médico al pensar que, de haberlo sido, él podría haber hecho algo. Una decisión tomada con el corazón: el fallecimiento de una de sus abuelas por una neumonía y de otra por un ictus originado por un embolismo tras haberse roto un brazo fue lo que le llevó a tomar la determinación de volver a la Universidad de Oviedo, con 27 años, para iniciar la carrera de Medicina, que acabó en 2018.
En aquellos años comenzó su interés por la biología molecular. Aprovechando que por entonces aún estaban próximas las facultades de Medicina y Biología, asistió como oyente durante cinco cursos consecutivos a las clases en esta última del profesor López Otín. También, cada año, participaba en la Escuela de Biología Molecular, en el seno de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, curso organizado bajo la batuta de Margarita Salas y en la que junto a ella impartían la formación alternativamente cada año Carlos López Otín y Jesús Ávila.
Tras concluir sus estudios de Medicina, hizo el MIR en el Hospital de Cabueñes, que concluyó este mismo año. Ahora ejerce en Oviedo como especialista en cardiología en la Clínica Asturias, del grupo Laber. Con experiencia previa en la gestión empresarial, al haber participado en la administración de empresas de la familia, en 2024 va a abrir su propio centro médico junto a los antiguos juzgados de Poniente: Clínicas Cardialis, con consultas y gimnasio medicalizado.
Pablo Argüelles es vecino de Somió y dueño de dos perras golden retriever. Aunque hace años que dejó el tablero en torneos en vivo, sigue dándole al ajedrez a través de canales de Internet, con los que colabora en una faceta didáctica, y también en los que juega y donde le conocen como "El Capa", ya que tiene un canal de YouTube al que ha puesto el nombre de quien fuera campeón del mundo, el cubano José Raúl Capablanca. Un campeón del mundo con un estilo de juego clásico, como clásicos son los gustos de este cardiólogo gijonés que es un apasionado de los tangos y las milongas de Carlos Gardel y de las rancheras y los boleros de Pedro Infante. Lo clásico no sólo le atraen en la música, también en el cine, en las bellas artes y hasta en la moda.
No sólo el ajedrez es una de sus aficiones. También el tenis. Además de socio del Grupo de Cultura Covadonga, también lo es del Club de Tenis de Gijón. Se decidió a escribir el libro que acaba de publicar después de idear una forma sencilla de explicarle a su familia qué es eso de la biología molecular. Algo que ahora ha puesto al alcance de todos los públicos.