Han sido, hasta ahora, cuatro las ciudades españolas que han logrado la capitalidad europea de la Cultura. Una designación que a España le toca volver a ostentar en 2031 y en cuya carrera compiten ya Granada, Burgos y Toledo, entre otras. En el anterior mandato, se habían asentado los mimbres para que la ciudad optase también a una credencial a la que, ahora, el gobierno local renuncia, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, al entender que sus competidoras, varias con proyectos ya avanzados, anulan cualquier posibilidad real de que Gijón gane. La edil de Cultura, Montserrat López Moro, explicó que el ejemplo de Burgos, que ya cuenta con su propia página web para el proyecto, demuestra que otras ciudades han iniciado ya una inversión económica que se calcula en varios millones y que la batalla por Gijón ya está perdida, al menos, para la candidatura de 2031. Las ciudades que ya lograron el título también habían lanzado ambiciosos planes de inversión.
Santiago de Compostela
Se hizo con la capitalidad en el 2000, un año en el que el título se compartió con otras ciudades europeas. La ciudad llevaba más de una década impulsando inversiones en cultura que se llegaron a cifrar en más de 80.000 millones de pesetas, más de 450 millones de euros.
La capitalidad se ostenta durante un año y la primera ciudad española en lograrla fue Madrid, en 1992, cuando el título aún se llamaba Ciudad Europea de la Cultura. Aquella designación, parte ensombrecida por los Juego Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, puso sobre la mesa, se calcula, unos 6.000 millones de pesetas, más de 35 millones de euros, y sirvió para impulsar dos equipamientos: el Museo Thyssen (que completó un eje cultural con el Prado y el Reina Sofía) y el Teatro Real como espacio operístico.
Salamanca
Logró la capitalidad en 2002 y, con una inversión estimada en 12.000 millones de pesetas, impulsó la restauración del Teatro Liceo y la reconversión de una cárcel provinciana en el Domus Artium. También creó el Centro de las Artes Escénicas y la Música y cientos de actos culturales.
Después llegó el turno de Santiago de Compostela en el año 2000. Fue una capitalidad especial, por la entrada al nuevo siglo y milenio, y compartida con otras ocho ciudades europeas. La prensa local cifró en alrededor de 80.000 millones de pesetas (al cambio serían más de 450 millones de euros) el dinero invertido en la ciudad, eso sí, a lo largo de más de más una década. Bajo el lema "Europa y el Mundo", se impulsaron un millar de actos culturales sobre todo tipo de disciplinas artísticas y vinculadas a las rutas jacobeas.
San Sebastíán
Su capitalidad de 2016 tuvo un enfoque especial, centrado en la recuperación del diálogo en una ciudad castigada por la violencia y el terrorismo. Se calcula que las administraciones públicas invirtieron en el proyecto alrededor de 70 millones de euros y que se impulsaron unos 3.000 actos.
Dos años después, en el 2002, el título se logró para Salamanca, que ya había optado a la capitalidad en anteriores ocasiones. Se cifró la inversión en unos 12.000 millones de pesetas (al cambio, unos 72 millones de euros) solo en el apartado de infraestructuras, con proyectos como la restauración del Teatro Liceo y la reconversión de una cárcel provincial en el centro de arte Domus Artium. En el marco de la capitalidad también se rehabilitó un antiguo colegio como sala de exposiciones y se creó el Centro de las Artes Escénicas y la Música. Se impulsaron conciertos de grandes artistas como "Radiohead", Patty Smith y "The Cranberries", así como una ambiciosa exposición sobre Rodin con más de 50 esculturas de bronce y mármol. Por último, San Sebastián se hizo con el título el pasado 2016, y se estima que solo desde la administración pública se invirtieron unos 70 millones de euros en un proyecto que, bajo el lema "Cultura para la coexistencia", impulsó unos 3.000 actos con el objetivo de tender puentes en una ciudad castigada por el terrorismo.
Madrid
Fue la primera ciudad en lograr la capitalidad en 1992. La prensa local cifró entonces la inversión en más de 6.000 millones de pesetas (más de 35 millones de euros), con la puesta en marcha de dos grandes equipamientos: el Museo Thyssen y la apertura del Teatro Real como espacio operístico.
Ahora, en la carrera por la capitalidad está Granada, que ya cuenta con trabajo adelantado por haber peleado por el título en otras ocasiones, y Burgos, que es la ciudad que acabó por convencer al actual gobierno local de que la candidatura gijonesa está perdida. Cuenta con un equipo de 30 agentes culturales y un enfoque: que Burgos sea un laboratorio de ideas contra el despoblamiento, la fuga de talentos y el envejecimiento poblacional. Las Palmas de Gran Canaria y Toledo también han mostrado su interés en la candidatura.