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Las "pequecampanadas" desbordan la plaza Mayor de Gijón

"Es una iniciativa genial para que los niños duerman a la hora", celebran las familias, que celebraron el nuevo año por la tarde comiendo gominolas y gusanitos en vez de uvas

Se subía el telón del escenario de la plaza Mayor con el DJ Cuco Jiménez pinchando a todo volumen el tema "Nochentera" y con el bailarín Bruno Álvarez, vestido con un jersey navideño verde y rojo, marcando los pasos de una coreografía sencilla. La plaza se había llenado de familias hacía más de media hora para la que fue, con mucho éxito, la primera edición de las "Pequecampanadas", una sesión vespertina e infantil para recibir el nuevo año. Una iniciativa que las familias tildaron de "muy acertada" porque les permitió, por un lado, celebrar la Nochevieja con sus hijos sin temor a afectar a su rutina de sueño y, por otro, por el "gran ambiente" que se vivió en la plaza, que se convirtió en una gran pista de baile de canciones infantiles.

La mayoría de los pequeños recibieron el año con gominolas y, los de menor edad, con gusanitos, para no atragantarse. Los bricks de zumo y los vasitos de plástico con fanta sustituyeron a las copas de brindis. "Está genial porque para los niños esperar a medianoche supone irse a dormir mucho más tarde de lo normal. Ahora pueden despedir el año por la tarde y los adultos ya nos despreocupamos el resto de la noche", señaló Silvia Peñalba, que se llevó a toda su familia a la plaza: los adultos Eduardo Muñiz, Daniel Peñalba, Fran Bolaños y Lorena Fernández y los niños Paula Muñiz, Daniel y Silvia Bolaños y Alice Peñalba. Esta última, la más pequeña del grupo, fue la que motivó que la comitiva optase por comerse doce gusanitos y evitar cualquier riesgo de atragantarse. Sus padres, como deseos para el próximo año, reconocen que piden que los niños se porten en 2024 "un poco mejor".

Así sonó el "Gijón del alma" en las "pequecampanadas" para despedir el año en familia

Sandra F. Lombardía

Los dos animadores a cargo de la jornada reunieron un repertorio que mezcló canciones de moda con temas clásicos infantiles. Los cientos de personas en la plaza Mayor bailaron lo mismo al ritmo de Sebastían Yatra que al de "Soy una taza". Para poder ver el escenario, los más pequeños que tienen la suerte de tener padres con buenas espaldas vieron el espectáculo subidos a sus hombros. Fue el caso de Mateo Villa y Martín Casielles, de cinco años, que pese a estar casi al fondo de la comitiva tuvieron buenas vistas sentados sobre unos pacientes Daniel Villa y José Luis Casielles. Sus parejas, Beatriz Paramio y Sonia Trapiella, sujetaban las golosinas para cuando disesen las ocho en punto. "Son unas gominolas de uvas que dan suerte", aseguraron. También ellas defendieron la "buena iniciativa" de estas campanadas adelantadas.

Con uvas de verdad despidieron el año Alejandra y Patricia Beberide, mellizas de ocho años, hijas de Patricia Beberide. "Traemos hasta copas para brindar como es debido", presumió la madre. Las tres llevaban unas gafas de purpurina rotuladas con los números del nuevo año. Las copas, eso sí, las llenaron de Nestea y de Fanta. Las pequeñas explicaron que no se plantean propósitos para el 2024. Su único deseo es que lleguen cuanto antes los Reyes Magos. Si se portaron bien, les traerán una Nintendo Switch.

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