Pullas políticas, reivindicaciones y carcajadas: así fue la primera gala del Concurso de Charangas de Gijón

Se abrió el telón del Jovellanos y a los espectadores se les escapó un grito que era sinónimo de expectación. Las colas que se vivieron para conseguir una entrada eran clara señal de que el Concurso de Charangas de Gijón, en su 36.ª edición, está más vigente que nunca. Fueron un par de horas de Antroxu en todas sus vertientes. De música, bailes, líricas agudas, colorido, mensajes de reivindicación y muchas risas. La actualidad local, regional y nacional se coló con sigilo en las letras de las cinco agrupaciones que tuvieron ayer la oportunidad de lucirse. El cariz político estuvo presente en las actuaciones de varias, que supieron endulzar las críticas con su habitual guasa.

A las carcajadas contribuyeron en buena medida Alberto Rodríguez, en su rol de Agustín Fernández, Arantxa Nieto y las «Hermanas Tologordo». También la divertida «África». Los asistentes no tenían tiempo para aburrirse, pues entre show y show charanguero tocaba un número cómico a cada cual más desternillante. La sardina y su séquito fueron los espectadores de lujo en una gala que sirvió para reconocer la labor de Luis Cascallana, jefe técnico del Jovellanos, que se jubila este año y que tuvo una improvisada cita con «Tinina».

«Los Acoplaos» fueron los primeros en salir a escena, ataviados con un llamativo plumaje y sin escatimar detalles en el vestuario. La narrativa del espectáculo iba en consonancia con el momento de renovación que atraviesa el grupo. El disfraz de ave fénix parecía más que acertado. Para ilustrar ese relevo generacional apareció un crío que despertó la ternura del público. Era el «resurgir de las cenizas» de «Los Acoplaos». Hasta se produjo un momento al estilo Rafiki y Simba en lo alto de un volcán. «Hemos nacido del fuego, podemos resucitar», decía la letra. A los ritmos de Melendi, la charanga cantó «Desfilando por la vida» y tiró una pullita a la censura. «¡Reclamamos libertad!», proclamaron.

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«La Última y Marchamos», por su parte, invitó a su «gran circo». Había un puesto de tickets y de palomitas y una legión de magos, bailarinas y malabaristas de frenéticos movimientos. «Para llegar a fin de mes, malabarista te tienes que hacer», clamaba uno de sus versos. La música de Miki Núñez ejerció de trampolín para lanzar una petición a la Alcaldesa, Carmen Moriyón. «Locales del municipio / que se están cayendo a cachos / charangas pidiendo sitio / no mires para otro lado», soltaron.

Por una crónica vital y los problemas que surgen en diferentes etapas apostó «Folixa pa toos». Para mostrar a un incomprendido, nada mejor que el archiconocido «Joker». A nivel escenográfico, había unas escaleras con una apariencia a la sazón entre las que figuran en la popular película y las del Rock de Cimadevilla. Los guiños locales estuvieron a la orden del día, al igual que un repaso al panorama político. «La multiplicación la aprendo viendo a Pedro Sánchez / cada día que pasa, con más fuerzas tiene que pactar», cantaron. Al llegar a la época de adolescencia, expresaron un ruego. «Ayuntamiento / te pido que vigiles esa zona de Fomento», palabras que suscitaron aplausos entre parte del público, que estalló de euforia cuando Agustín Fernández preguntó por el resultado del derbi entre Sporting y Oviedo. Para «Folixa pa toos», el Antroxu es «una locura que pocos entienden».

Después llegó el turno de «Perdíos de los nervios», que arrancó con una versión remozada de «Soy minero». Barrieron con todo. Literalmente, ya que eligieron el «outfit» de barrenderos para criticar a quien tira basura en las calles y playas. «En Gijón mandan las gaviotas», subrayaron también los charangueros, que no de olvidaron de sus escobas y cubos. No faltó el dardo político. «El gobierno se ríe en tu cara y encima nadie nada», señalaron. Al son de «Mago de Oz» criticaron que el jurado «es de cristal» y con «Imagine Dragons» denunciaron la proliferación de graffitis en la ciudad. Incluso se alinearon con la estatua de Pelayo al reinterpretar «Se acabó», de María Jiménez.

El fin de fiesta corrió a cargo de «Los Mazcaraos», vigentes campeones del certamen. El despligue de colores y ritmos encandiló al público, volcado con la última actuación de la velada. «Los Mazcaraos» se decantaron por la temática espacial, por expresar el sueño que tiene cualquier niño de ser una estrella, un planeta o un satélite. Hubo hueco para ensalzar las bondades de Gijón, como el Puerto o la playa de San Lorenzo. Los tambores retumbaban en un teatro que hoy vivirá su segunda jornada de escenario con la participación de las seis charangas restantes. El listón está muy alto. La folixa continúa esta tarde.