Un largo puente festivo de lleno

Los turistas abarrotan Gijón por Semana Santa: "La ciudad nos enamora"

Los visitantes, que destacan la gastronomía y la amabilidad gijonesa, colman plazas, calles y bares hasta el diluvio de la tarde

Las reservas con las que contaban los establecimientos hosteleros y hoteleros de la ciudad desde hace varias semanas ya vaticinaban la llegada en masa de turistas para el puente festivo, y las calles lo confirmaron en la mañana de este sábado. «Gijón nos está enamorando», expresaron Sebastiana Villamayor y Antonio Tomás, dos de los múltiples visitantes que pasearon por el centro de la ciudad antes de la tromba de agua que cayó por la tarde.

El cielo despejado y la temperatura agradable con la que amaneció Gijón ayudaron a que tanto gijoneses como turistas abarrotaran lugares emblemáticos de la Villa como el paseo del Muro, la plaza Mayor o la plaza del Marqués. «Es nuestra primera vez en la ciudad y realmente la experiencia está siendo maravillosa», afirmaron los madrileños Carlos Díaz, Victoria Díaz, Isadora Díaz y Leliane Almeida, quienes aseguraron que «nos ha enamorado la ciudad, sobre todo por el trato amable y cordial de la gente». «También nos ha gustado mucho poder ver el mar constantemente, porque eso se echa en falta en Madrid», señaló Carlos Díaz, mientras contemplaba la playa de San Lorenzo desde la explanada del Campo Valdés.

No eran los únicos que acudían a Gijón por primera vez. En la plaza Mayor, recorriendo los distintos puestos del Mercado Artesano y Ecológico, se encontraban Roberto Palazuelo, Agustín Comendador, Ossama Fikry, Justi Díaz, Alberto Carpintero, Mario Cabanillas y Luis Palazuelo.

Este grupo de jóvenes llegó el jueves desde el municipio toledano La Villa de Don Fadrique. «Veníamos por primera vez y nos ha encantado», comentó Roberto Palazuelo. Todos coincidían en cuál será el mayor recuerdo que se lleven de este viaje: «la comida, lo mejor». «Nos hemos hinchado a comer todos los días de cachopo y fabada», bromeó Luis Palazuelo.

Sin embargo, muchos otros repetían destino. «Hemos venido muchas veces en Semana Santa porque el ambiente y la gastronomía nos gusta», contaron a escasos metros de la estatua de Pelayo Medea Sales, José Andrés Valerio y su hija, Enola Valerio, una familia que reside en Mendavia, Navarra. «Esta ciudad nos tiene enganchados y ahora, con el tren, mucho mejor», reconocieron, por su parte, los madrileños Sebastiana Villamayor y Antonio Tomás, que, pese a que ya habían veraneado varios años en Asturias, Gijón se les resistió hasta el verano pasado. «Vinimos en julio, en diciembre y ahora hemos vuelto. Estamos viendo muchísima gente», indicaron, antes de subrayar el aliciente que más les atrae. «El paseo por la playa de San Lorenzo nos encanta. Nos levantamos y nos vamos para allá a caminar viendo el mar», ensalzaron. Además, Villamayor y Tomás son de los que han optado por desplazarse hasta el Principado en tren, aprovechando la variante de Pajares. «Es la primera vez que venimos así y está fenomenal. Es un logro que hace que ahora sea muy fácil venir a Gijón», celebró Villamayor.

A mediodía hubo colas a las puertas de diferentes restaurantes. Al igual que en las Letronas, donde había turistas como la barcelonesa Mari Carmen Vera y su hijo Jorge Fernández, aguardando su momento para conseguir su anhelada fotografía. «La ciudad es preciosa por sus monumentos, la bahía y la gastronomía. La oferta cultural está muy bien», dijo Vera, que manifestó que «me ha causado mucha impresión que la gente, aunque llueva, va de tapas y de sidras». «Tenía muchas ganas de conocer Gijón y me llevo muy buena impresión», agregó.

El partido que enfrentó a las 18.30 horas en El Molinón a Sporting y a Racing de Santander también propició un aumento considerable de transeúntes durante toda la mañana. Por cualquier rincón aparecían hinchas cántabros con bufandas y camisetas verdiblancas. «Ha salido un día muy bonito. Amenazaba con agua, pero está siendo una gozada», destacaron Jesús Ángel Vázquez y su hijo, Álvaro Vázquez, que hicieron hincapié en que «ya hemos estado hablando con un montón de sportinguistas y son muy amables». «Es una jornada de hermanamiento. Venir a Gijón es como venir a casa», culminaron.

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