Gran y emotiva despedida a Luis Torres, histórico presidente de la Cocina Económica en La Asunción: "Se va un hombre bueno"

El funeral fue oficiado por cuatro sacerdotes: Ángel Pacheco y Manuel Álvarez, del Opus, así como por Luis Menes y Andrés Fernández

Todos ellos destacaron las bondades de Torres, fallecido el jueves a los 88 años: "Hay que dar gracias a Dios por su vida

El último adiós contó con la presencia de muchas autoridades gijonesa, entre ellas Carmen Moriyón

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Gijón

"Decimos adiós a un hombre bueno en el sentido que decía Machado". Estas palabras las pronunció esta mañana el sacerdote Ángel Pacheco para describir de forma condensada, pero justa a la figura de Luis Torres Sánchez, histórico presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad, la entidad que gestiona la Cocina Económica, durante los últimos 15 años quien falleció este jueves a los 88 años tras toda una vida dedicado a ayudar a los demás. El último adiós a Torres Sánchez se celebró en la iglesia de La Asunción, que se quedó pequeña para despedir a un salmantino de cuna, pero gijonés de adopción, que tanto y tan bueno hizo por la sociedad a lo largo de toda su andadura. A la misa acudieron numerosas personalidades de la sociedad civil de la ciudad pertenecientes a todos los estamentos. Estuvo presente la alcaldesa, Carmen Moriyón.

Torres Sánchez había asumido la presidencia de la Cocina Económica en 2009. Durante sus 15 años de mandato se encargó de capear la crisis económica del 2008 y la que vino después de la pandemia, en 2020. Solventó las muchas dificultades a las que tuvo que hacer frente siempre con sencillez, trabajo y una vocación católica que guió su vida hasta el último día. Como casi prácticamente hasta el último día de su existencia acudió a su cita con la calle Mieres para ayudar a los que menos tienen. Impulsó numerosos avances en esta más que centenaria entidad caritativa gijonesa y durante su mando se fundó la residencia de mayores "La Golondrina", ubicada en Somió.

La misa de esta mañana estuvo conducida por cuatro sacerdotes. Además de Pacheco, del Opus Dei, entidad de la que formaba parte Torres Sánchez desde la década de los ochenta, estuvo también Manuel Álvarez, también del Opus, así como Andrés Fernández, cura de La Asunción y Viesques y capellán del Sporting. También Luis Menes, sacerdote que de forma habitual se encargaba de dar la misa en "La Golondrina", una de las muchas cosas buenas que dejó hechas Torres Sánchez en un legado enorme, difícil de evaluar tan pronto.

Pacheco fue el encargado, en primer lugar, de glosar la figura de Luis Torres. "Que nos haya dejado es algo terrible", comenzó a decir. El cura recordó que el miércoles había estado con él y que ya le había comentado que se encontraba mal aunque ni él (ni nadie) podía esperar el desenlace que terminó por producirse tan solo unas horas después. "Se marcha de imprevisto", añadió.

El sacerdote habló muy bien del presidente de la Cocina Económica. "En la prensa de hoy se pone de relieve su magnanimidad y solidaridad. Se marcha un hombre bueno, como decía Machado. Un hombre de fe", contó. "Un hombre de fe no solo en el sentido sobrenatural, sino también un hombre de fiar. Un hombre con compromiso en su trabajo como compañero, esposo, padre, amigo y gestor social", prosiguió el religioso, que destacó su entrada en el Opus en la década de los ochenta así como su "silencioso sentido del humor". "Manifestaba paz, pese a las dificultades", finalizó.

El funeral contó con mucha representación de la sociedad gijonesa. A nivel político, además de Carmen Moriyón, estuvieron los concejales de Servicios Sociales y de Participación Ciudadana, los populares Ángeles Fernández-Ahúja y Guzmán Pendás. También estuvo el presidente del PP de Gijón y senador, Pablo González. Del PP acudió también el exportero del Sporting, Juan Carlos Ablanedo.

Por la Cámara de Comercio acudió su presidente, Félix Baragaño, así como el vicepresidente Pedro López Ferrer. Estuvo también Álvaro Muñiz, ahora presidente del Ateneo Jovellanos. Además, se pudo ver a Antonio Corripio, expresidente del Grupo Covadonga; a Héctor Colunga, exdirector de la Fundación Mar de Niebla; a Juan Carlos Campo, exdirector de la Escuela Politécnica de Ingeniería y a David Argüelles, expresidente de la Unión de Comerciantes de Asturias, entre otros, como el sacerdote José Antonio García Santaclara.

También estuvieron numerosos representantes de las asociaciones que luchan por mejorar la vida de los más necesitados. Entre ellos, Juan Merediz, coordinador de Cáritas Arciprestal de Gijón. "Luis Torres hizo una labor impresionante. Su obra siempre fue en favor de los más necesitados. Vivió entregado a los demás", contó Merediz.

De la junta directiva de la Cocina Económica, entre muchos otros como Rafa Piñera (actual director o Carlos Meana, vicepresidente segundo) acudió Luis Adaro Jove, uno de los hijos de Luis Adaro Ruiz-Falcó, que fue el presidente de la Cocina Económica que precisamente "fichó" a Luis Torres. "Luis ha sido un hombre imprescindible por su trabajo, que tiene un valor incalculable. Su obra no se puede medir", aseguró Adaro Jove.

Andrés Fernández, el cura de La Asunción, se encargó de cerrar el funeral. Explicó que el féretro de Torres Sánchez iba a ser rociado con agua bendita en señal a su bautismo y también perfumado con incienso, porque vivió su vida terrena dentro del Espíritu Santo. "Debemos dar las gracias a Dios por la vida de Luis", resaltó Fernández, quien destacó como Torres Sánchez siempre acudía a comulgar de la mano de su esposa, Dolores Pérez, "Loli", la mujer con la que el presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad compartió toda su vida, puesto que se conocieron con quince años.

"Loli", así como los hijos y nietos de Torres Sánchez. Sus restos mortales serán enterrados esta tarde en el cementerio de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, donde reposará un hombre que siempre tendrá un hueco en la historia reciente de Gijón por su obra de caridad.

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