El lamento de la familia del trabajador fallecido tras caerle encima un andamio en la cabeza en Gijón: "Quería jubilarse y no pudo"

Pedro Rodríguez Rico, de 62 años, había empezado en la construcción de unas viviendas en Nuevo Roces el 30 de septiembre tras año y medio de baja: "Tenía lesiones en la espalda y no le dieron la incapacidad permanente"

Técnicos inspeccionan el lugar del accidente, donde se ven los andamios que provocaron el suceso. En el recuadro, Pedro Rodríguez Rico.

Técnicos inspeccionan el lugar del accidente, donde se ven los andamios que provocaron el suceso. En el recuadro, Pedro Rodríguez Rico. / Marcos León

"Destrozados". Así están los allegados de Pedro Rodríguez Rico, el trabajador de 62 años que perdió la vida este martes mientras realizaba labores en la obra de un edificio en construcción en el barrio de Nuevo Roces. Un trágico accidente ocasionado por un andamio móvil, que se vino abajo por causas que todavía se investigan, y que ha dejado a una familia rota de dolor, que se enteró de la funesta noticia un par de horas más tarde de los hechos. "Se presentaron los policías en casa de mi hijo", cuenta Carmen Infante, esposa de Rodríguez Rico.

Ese hijo es Iván Rodríguez, muy afectado por lo sucedido. "El andamio le cayó en la cabeza y murió en el acto", afirma sobre su padre, nacido en Badajoz, en Extremadura, pero llegado a Gijón cuando era un niño. Residente en Montevil y dedicado buena parte de su trayectoria a la construcción, se da la circunstancia de que Pedro Rodríguez Rico había empezado a trabajar en la obra de Nuevo Roces el 30 de septiembre, hace poco más de una semana. "Llevaba año y medio de baja, tenía lesiones en la espalda y no le dieron la incapacidad permanente, así que se tuvo que poner a trabajar", explica Carmen Infante. "Quería jubilarse y no pudo", agrega Iván Rodríguez.

Pedro Rodríguez Rico participó en obras del túnel de Olloniego, del Puerto de Avilés o en El Musel, donde el pasado mes murieron otros dos trabajadores durante su jornada laboral. Muy familiar, le encantaba pasar tiempo con los suyos y la caza era una de sus aficiones. "Tenía muchas ganas de vivir", reivindica su mujer, mientras su hijo Iván destaca la "felicidad" que irradiaba su progenitor. "Era muy atento con todos", indica Iván sobre su padre, que comenzó muy joven a trabajar. "Repartía piezas de recambio a talleres y luego ya empezó en la construcción con su padre", sostiene el hijo de Pedro Rodríguez Rico.

Las muestras de cariño y apoyo eran una constante este martes. "El trabajo no puede costar la vida", proclama Adrián Barbón, presidente del Principado, en sus redes sociales. Por su parte, Gerardo Argüelles, responsable de Salud Laboral de CC OO Asturias, aseveraba que "la única certeza en esta escalada de la siniestralidad laboral es que las muertes las ponemos los trabajadores".

El operario, por quien se guardó un minuto de silencio esta mañana en el Pleno municipal, trabajaba en las obras del edificio Titanio, gran torre residencial de la constructora Los Álamos. Lo hacía, apunta su familia, en una subcontrata. "Cuando el que la lleva supo que estaba sin trabajo lo metió enseguida, sabía que tenía experiencia", señala Carmen Infante. Los restos de Pedro Rodríguez Rico reposan en el tanatorio de Cabueñes, cuyo salón de actos acogerá mañana, a las 13.00 horas, el acto de despedida del fallecido, que deja a su esposa Carmen Infante, a sus hijos Iván y Yasmín, a sus nietos, Mateo y Carla, a sus hermanas, Manoli y Teresa, y a más familia y amigos que todavía están digiriendo el fatal incidente ocurrido en Nuevo Roces.

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