El fiscal jefe de Gijón: "La IA puede ser una herramienta o usarse para un delito"

Alberto Rodríguez alerta en una jornada sobre tecnología y justicia del uso de la inteligencia artificial para generar pruebas falsas: "Costará diferenciar"

Por la izquierda, Alberto Rodríguez, Julio Martínez Zahonero, Miguel Ángel Balbín y Encarnación Vicente, en la mesa redonda celebrada ayer por la tarde.

Por la izquierda, Alberto Rodríguez, Julio Martínez Zahonero, Miguel Ángel Balbín y Encarnación Vicente, en la mesa redonda celebrada ayer por la tarde. / P. P.

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Los avances que pueden implementarse en los Juzgados para agilizar trámites sencillos, las posibilidades de la inteligencia artificial (IA) en un proceso de instrucción, pero también los peligros que entraña esta tecnología a la hora de poder fabricar pruebas falsas tales como imágenes o hasta grabaciones que simulen ser las de una cámara de seguridad. De todo ello se habló ayer en el Parque Científico y Tecnológico a lo largo de la jornada "Legal y Justicia Tech Lab". En concreto, estos asuntos se trataron en una interesante mesa redonda en la que participaron Julio Martínez Zahonero, titular del Juzgado de instrucción número 3 de Gijón y juez decano de la ciudad; el secretario de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias, Miguel Ángel Balbín, y el fiscal jefe de Gijón, Alberto Rodríguez. Fue él precisamente quien alertó sobre las bondades de la IA, pero también de sus peligros. "Puede ser como un cuchillo: una herramienta, o usarse para cometer un delito", aseguró.

Rodríguez comentó todo esto después de una pregunta lanzada por la viceconsejera de Justicia, Encarnación Vicente, que fue la encargada de moderar esta mesa redonda. "La IA, como fiscal, la veo desde una doble perspectiva. La ayuda que puede ser, pero también el problema que trae consigo", arrancó. "El crecimiento de las estafas se está disparando. Cuando se use esta herramienta para, por ejemplo, hacer ‘phishing’ no sé adónde podemos llegar", valoró. El fiscal jefe explicó que la IA es una herramienta a tener en cuenta, pero avisó de que entraña "problemas éticos jurídicos difíciles de delimitar".

Habló de la regulación que se puede hacer en la Unión Europea e incidió en que esta regulación no tiene por qué ser efectiva cuando quien use la IA lo haga, por ejemplo, desde Rusia, China o Estados Unidos. "En el Principado ya hemos sufrido ataques. Está claro que hay que tomar medidas, no sé cuáles, pero hay que tomarlas", concretó. Una parte interesante del discurso de Alberto Rodríguez tuvo que ver con el uso de la IA para generar bulos o imágenes y vídeos falsos. Y todas las complicaciones que ello pueda entrañar a la hora de probar la comisión de un delito. "Hasta ahora, las cámaras de seguridad son una prueba en toda regla, pero cada vez será más complicado discriminar si una grabación es legítima o está generada", aclaró. En cuanto a las noticias falsas, puso el ejemplo del aparcamiento del centro comercial Bonaire, en Valencia, y todos los bulos que circularon en torno al número de víctimas –no había ninguna– que allí pudiera haber. "Noticias falsas siempre las hubo, pero ahora se pueden agregar fotos y vídeos. Será complicado discriminar las pruebas", valoró.

Por su parte, Martínez Zahonero habló de las aplicaciones de todos los avances tecnológicos desde su visión de juez. Unos avances que no menospreció, pero que dejó claro en todo momento que en su caso tienen que ver con cuestiones mucho más simples como el buen funcionamiento de los ordenadores o de los programas informáticos. "Los jueces tenemos un trabajo muy específico. Hay muchas aplicaciones, pero yo solo necesito una ofimática que funcione y que sea ágil", puntualizó. Lo dijo porque Zahonero recordó que, al final, el trabajo de un juez es tomar una decisión en base a unas pruebas. Y para valorar esas pruebas se requiere un tiempo que difícilmente, por depender del intelecto humano, se podrá acortar. "Nuestras decisiones son sobre las vidas de las personas o de las empresas", insistió Zahonero, que descartó que en el futuro vaya a haber robots que dicten sentencias.

Miguel Ángel Balbín, para cerrar el acto, habló sobre la formación y la gestión del cambio. También sobre tecnologías similares a un reconocimiento facial que, por ejemplo, permitan identificar a aquellas personas inmersas en un procedimiento cuando acuden al juzgado para firmar y así evitar tiempos a los funcionarios. "El ser humano tiene resistencia al cambio, a salir de la zona de confort. Hay que explicar las ventajas para vencer esas resistencias", indicó Balbín. La jornada de ayer arrancó a las cuatro y media de la tarde y la inauguración corrió a cargo de la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo.

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