Las coleccionistas reivindican a galerías y museos para visibilizar a mujeres artistas

"En las galerías y museos se aprende muchísimo", destacaba ayer la empresaria y coleccionista de arte gijonesa Candela Álvarez Soldevilla, una de las participantes en la jornada "Mujer y coleccionismo. Colecciones públicas y privadas dirigidas por mujeres", enmarcada en el proyecto expositivo "EntreArte" que puede visitarse en el Palacio de Revillagigedo de Gijón. Un encuentro para ensalzar el papel femenino en el sector y también el "poder de sanación" del arte, como declaró la diseñadora y coleccionista Sara Navarro.

"Las galerías jóvenes representan a muchas artistas", sostuvo la gestora cultural e historiadora del arte Semíramis González, moderadora de la charla. Candela Álvarez Soldevilla, responsable de la colección "Studiolo" y Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, aseguró que el coleccionismo es "una obsesión maravillosa" y realizó una exposición sobre las creaciones de mujeres que figuran en sus colecciones, como Diana Larrea, Ana Laura Aláez o Chechu Álava. Y también aludió a la "marginación" que sufrieron las mujeres en el arte durante muchas épocas. "Pintaban para sí mismas o para sus familias pero no se atrevían a ofrecerlas al público", manifestó Álvarez Soldevilla, que recordó a las artistas Juana Pacheco, Berthe Morisot y Lee Krasner. La empresaria, a la que los títulos de las obras "le marcan mucho", encomió asimismo a Marina Vargas, que expondrá en el museo Thyssen.

La mexicana Lorena Pérez-Jácome, impulsora de la colección "Collegium", apuntó que "hay mucha más representación de mujeres" en el circuito artístico que tiempo atrás, si bien remarcó que "aún no hay equidad". Pérez-Jácome confesó su gusto por el "arte conceptual". "Nos llama la atención lo que nos cuestiona", aseveró la mexicana, que recalcó que las obras, para ella, "hablan y susurran". También ponderó el "poder transformador" del arte, ejemplificando con Teresa Margolles, que denuncia en sus creaciones la violencia que se vive en las calles de México.

"Si me reencarno en otra vida quiero ser coleccionista", bromeaba Sara Navarro, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas y apasionada del Renacimiento, que manifestó que quien compra arte lo hace porque "produce emoción, genera ilusión y provoca admiración". Navarro alabó a la italiana Artemisia Gentileschi, pintora del siglo XVII, y aseguró que el coleccionismo "potencia el sentimiento de pertenencia". "El arte debe formar parte de nuestra vida cotidiana", prosiguió la diseñadora, que hizo énfasis en que "España tiene gran tradición de damas del arte".

"El mundo del coleccionismo no va a aportar más que beneficios", subrayó Diana Llamazares, presidenta de la Asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Asturias, que destacó que, si las colecciones ahora incorporan más obras de mujeres, también es por el trabajo de galerías y museos, que les otorgan esa visibilidad. "Ayuda a que estén más presentes", indicó Llamazares, que reivindicó las "grandes e importantes colecciones" que poseen muchas mujeres. "El sistema del arte contemporáneo está muy vivo y gracias a todo el colectivo y a estas actividades damos a conocer que desde Asturias se hacen cosas de forma constante", señaló tras una jornada reivindicativa y organizada en colaboración con la Oficina de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón.